“No se me reconoce el derecho a ser madre con la mujer que amo”
En Suiza, a las personas homosexuales que quieren ser padres o madres les espera un arduo camino. Entre deficiencias y procedimientos engorrosos, la ley todavía está lejos de garantizarles la igualdad de trato. Las parejas del mismo sexo están poniendo todas sus esperanzas en el proyecto del matrimonio para todos, que el Parlamento debatirá en marzo. El Gobierno está a favor del matrimonio gay, pero sin reproducción asistida.
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Sí al matrimonio gay, pero sin reproducción asistida
“Durante mucho tiempo me he dicho que no tenía el derecho. Mi pareja mencionó muy pronto la posibilidad de tener un hijo”, recuerda Véronique. Después de muchas reflexiones, largos y costosos procesos y muchas emociones, Véronique y Julie*, registradas desde 2013 como unión civil o pareja de hecho, han cumplido su deseo común de formar una familia.
Un banco de esperma en el extranjero
En Suiza, el acceso a la reproducción asistida está reservado a las parejas heterosexuales casadas. Las dos mujeres, que viven en el cantón de Berna, barajaron varias soluciones alternativas. “Primero pensamos en una donación privada de esperma y preguntamos a un par de hombres, pero no estaban interesados en el proyecto”, explica Véronique.
Así que la pareja acudió a una clínica de fertilidad en Londres. “En este asunto, nos dimos cuenta de que la legislación inglesa era similar a la suiza; la donación no es anónima. Nuestra hija podrá, si lo desea, obtener información sobre su donante cuando alcance la mayoría de edad. Una condición que consideramos decisiva”, cuenta Véronique.
Para la inseminación, hubo que planificar un viaje a la capital británica en el momento adecuado del ciclo hormonal de Véronique, que se quedó embarazada en el primer intento. “Tuvimos suerte”, dice Véronique. Ahora Véronique y Julie son madres de una niña de tres años. Sin embargo, su viaje para que la ley les considere una familia no ha terminado todavía.
¿Tener más de dos padres?
“Lo ideal sería poder tener cuatro padres”, dice Fabien*. Este bernés de 45 años y su pareja (hombre) tienen un hijo de siete años. “Su madre es mi mejor amiga desde la adolescencia. Ambos somos homosexuales y teníamos el deseo de ser padres”, narra. En este caso, no existe la necesidad de utilizar la reproducción asistida ni un procedimiento de adopción. Fabien y su mejor amiga han construido juntos su proyecto de copaternidad. Sus respectivas parejas no siempre han estado involucradas y no pueden ser reconocidas por la ley como padres, ya que la legislación prohíbe tener más de dos padres. “Esta sería, sin embargo, una práctica a reconsiderar, porque hoy en día no es raro ver crecer a niños con más de dos adultos, tanto en las familias arco iris como en las otras”, indica Fabien. No obstante, en la actualidad, ningún país concede la posibilidad de tener legalmente más de dos padres.
*Nombre ficticio
Un procedimiento de adopción intrusivo, largo y costoso
Hasta finales de 2017, solo Véronique (la madre biológica del bebé) podía ser reconocida como madre legal. Gracias a una revisión de la ley suiza de adopción, que entró en vigor el 1 de enero de 2018, ahora las personas homosexuales pueden adoptar al hijo o hija de su pareja.
Para que Julie pudiera ser reconocida por la ley como la madre de la niña, tuvo que embarcarse en un procedimiento de adopción, que dista mucho de ser una simple formalidad administrativa. En primer lugar, la legislación impone ciertos criterios preliminares: los padres [o madres] tienen que haber compartido tres años de vida y la criatura tiene que tener, como mínimo, un año.
“Este plazo permite a las autoridades garantizar que ambos padres [o ambas madres] estén realmente involucrados con la criatura”, asume Véronique que explica que, sin embargo, podrían surgir problemas en caso de que fallezca la madre biológica. “Mis padres podrían, por ejemplo, querer recuperar a la niña. En nuestro caso, afortunadamente esto no sucedería porque nuestras familias nos apoyan”.
El procedimiento varía según el cantón o la región lingüística. Primero hay que reunir una gran cantidad de documentosEnlace externo, incluidos un resumen de los antecedentes penales, un certificado de la fiscalía, una copia de la tributación de impuestos, un certificado médico, una biografíaEnlace externo detallada, etc. Después se realiza una encuesta social en el seno de la familia, que incluye una visita al domicilio y, a veces, incluso una audiencia al menorEnlace externo si tiene más de seis años. Las familias también tendrán que echar mano a la cartera, ya que el procedimiento cuesta alrededor de 1 000 francos. Y hasta más de 3 500 francos, en algunos cantones de habla alemana.
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«Nadie puede negarnos el derecho a ser madres”
Un sistema inadecuado
El sistema es el mismo que el que se creó en 1973 para las familias reconstituidas. “En la mayoría de los casos, el padrastro adopta a los hijos de su esposa, mientras que el padre biológico es desconocido, fallecido o ‘desentendido’. Un procedimiento que no se adapta, en absoluto, a la realidad de las familias arcoíris”, manifiesta Catherine Fussinger, copresidenta de la Asociación de Familias ArcoírisEnlace externo.
“A veces me enfado por ser tratada como alguien que tiene que ‘enseñar la patita’”
Véronique *
La organización trata de sensibilizar a las autoridades sobre las especificidades de las familias del mismo sexo, así como de apoyarlas en el proceso. No tiene conocimiento de ningún procedimiento que hubiera dado lugar a una decisión negativa, pero muchas solicitudes están pendientes. “La larga espera hasta que la adopción se completa perturba la unidad y la identidad de la familia”, ha lamentado Maria von Känel, directora de la asociación, en una reciente rueda de prensaEnlace externo. Sin olvidar que el procedimiento deberá repetirse por cada nuevo hijo o hija en la familia.
De momento, Véronique y Julie siguen esperando una respuesta de las autoridades a su solicitud. Un período de tiempo durante el cual su familia no tiene una cobertura legal adecuada. “A veces me enfado por ser tratada como alguien que tiene que ‘enseñar la patita’. Si fuera una mujer sola, sería reconocida como madre, pero no me lo reconocen con la mujer que amo”, dice Véronique.
La solución: el matrimonio para todos
Para acabar con las desigualdades que persisten, las asociaciones de derechos de los LGBTIQ abogan por introducir un “matrimonio civil para todosEnlace externo”, que garantice a las personas homosexuales los mismos derechos que tienen las personas heterosexuales. Esto incluye el acceso a la adopción, así como a la reproducción asistida y a la doble filiación desde el nacimiento, para las parejas de lesbianas. De esta manera, ya no habría que recurrir a un procedimiento de adopción, ya que, automáticamente, la esposa de la madre biológica sería reconocida como el segundo progenitor legal.
En Suiza, como en la mayoría de los países europeos, el uso de la maternidad subrogada seguirá estando prohibido. Sin embargo, algunas parejas de hombres eluden la ley viajando al extranjero para hacerlo, mientras que otros optan por un proyecto de paternidad conjunta con una mujer.
En el terreno político, la situación sigue siendo incierta. La Comisión de Asuntos Jurídicos del Consejo Nacional (cámara baja del Parlamento), el pasado 30 de agosto, se pronunció a favor de abrir el matrimonio a las parejas del mismo sexo, excluyendo la posibilidad de utilizar la reproducción asistida. Y esto a pesar de que durante el procedimiento de consultaEnlace externo, la mayoría de los partidos se manifestaron a favor de que las parejas homosexuales puedan recurrir a la donación de esperma para tener un hijo.
Ahora cabe aguardar a que el Consejo Nacional tome una decisión que, como muy pronto, será en marzo de 2020. La pelota está, de nuevo, en el tejado del Parlamento.
*nombres ficticios
¿Y en el extranjero?
Tal y como destaca la Asociación de Familias Arcoíris, 11 países occidentales no solo conceden el matrimonio a las parejas del mismo sexo, sino también todos los derechos parentales relacionados, es decir, la adopción intrafamiliar y extrafamiliar, el acceso a la reproducción asistida y el reconocimiento de la doble filiación de ambos padres [o madres] del mismo sexo, al nacer.
Suiza es uno de los cuatro países de Europa Occidental que menos derechos concede a las parejas homosexuales. Está justo delante de Grecia, Liechtenstein e Italia, que conceden a las parejas del mismo sexo el derecho a formar una unión civil, pero les niegan todos los derechos parentales, como muestra este gráfico.
“Nuestro país está muy mal rodeado por sus grandes vecinos”, lamenta Catherine Fussinger. De hecho, Francia y Alemania han abierto el matrimonio a las parejas del mismo sexo. Pero estos últimos no tienen todavía acceso a la reproducción asistida. Sin embargo, después de acalorados debates y manifestaciones de quienes se oponen, Francia podría dar el salto el año que viene; la Asamblea Nacional acaba de decir “sí” a la reproducción asistida para todos, mientras que el Senado debe votar en enero.
Traducción del francés: Lupe Calvo
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