Histórico proceso de Terre des Hommes VS pedofilia

Escuela para niños desplazados por el conflicto en Montes de María (Bolívar). Ahí, entre otros, Terre des Hommes imparte cursos sobre prevención de abusos sexuales. Terre des Hommes

Yesid Torres no alcanzó a llegar al hospital. Una sobredosis de cocaína mató en el camino a este joven colombiano de apenas15 años. Pero la droga no fue su solo victimario: el italiano de 72 años que le proporcionaba la coca y lo sometía a explotación sexual, habría ido más lejos…

Paolo Pravisani, acusado de pornografía infantil, actos sexuales con menor e incitación a la prostitución, aguarda sentencia, pese a las argucias de su defensa. Calificado de “histórico”, el suyo es el primer proceso de ese tipo contra un extranjero y obedece a los esfuerzos de Terre des Hommes.

“Los abogados del italiano se obstinan en tratar de suspender el proceso, pero continuaremos hasta el fin y vamos a mostrar a todos los que practican el turismo sexual que incluso en Colombia pueden ser castigados por eso”, señala Pierre Zwahlen, portavoz de la ONG suiza, en entrevista con swissinfo.ch.

Subraya que pese a la impunidad que pueda haber en el país, “es muy importante que los extranjeros no se sientan al abrigo cuando cometan ese tipo de crímenes contra los niños”.

Por su parte, el abogado de Terres des Hommes y responsable del caso, Fredy del Toro, manifiesta su optimismo de que durante las próximas audiencias, a mediados de mes, se conozca el veredicto contra el septuagenario cuya defensa ha pretendido hacer pasar por débil mental, entre otros subterfugios.

El último, la solicitud de nulidad del proceso (22.04) bajo el argumento de que el italiano habría sido imputado en español, lengua que desconocía. El juez, denegó la solicitud. “Pravisani no sólo habla español, sino que todo el mundo lo sabe y su abogado siempre estuvo con él”, precisa Fredy del Toro, en entrevista telefónica con swissinfo.ch.

Cartagena paraíso e infierno

La desafortunada historia de Yesid ocurre en Cartagena y, como lamenta Pierre Zwahlen, “no es para nada un caso aislado”.

En efecto, en la señorial ciudad caribeña, principal destino turístico colombiano, florece un comercio sexual que no escatima a los menores y que se nutre de la indigencia de parte de la población, en particular, aquella hacinada en la periferia.

“El turismo sexual es algo muy importante en Cartagena y la costa Caribe. Hay centenares de chiquillos que son víctimas de ese fenómeno resultado de la gran pobreza, de la miseria, en particular entre las personas desplazadas”, enfatiza Pierre Zwahlen.

La historia de Yesid

Hacía meses que Paolo Pravisani hacía venir a su apartamento, en el lujoso barrio de Crespo, a menores, jóvenes adultos y prostitutas. Sin embargo, ese inusitado peregrinaje no pareció atraer la atención de nadie.

No fue sino hasta el 23 de febrero de 2009 que el portero del edificio llamó a la policía. En la vivienda del italiano las autoridades hallaron buen número de fotografías pornográficas, drogas y whisky. En calzoncillos y ebrio, al propio dueño y , junto a él, desnudo y convulsionando, al joven colombiano. Muy tarde, el chico murió en el trayecto al nosocomio.

Yesid había sido “contratado” por el septuagenario para “tareas domésticas”. En realidad, de acuerdo con el abogado que lleva el caso, su trabajo consistía en tomar parte en actos sexuales con otros menores -uno de ellos de 13 años- y jóvenes adultos, en presencia del italiano.

“Parece que Yesid quiso liberarse de esa influencia, y que tenía una amiga. Nos preguntamos si esa sobredosis de cocaína no fue provocada por la rabia y, de alguna manera, los celos del italiano”, comenta el portavoz de Terre des Hommes.

Empero, la acusación de homicidio no progresó porque no pudieron establecerse las pruebas necesarias.

Las argucias de la defensa

Además, el proceso por los cargos de pornografía infantil, actos sexuales con menores e incitación a la prostitución, ha sido objeto de las tácticas dilatorias de la defensa del acusado que pretende hacerlo pasar por trastornado mental o que buscó la nulidad del proceso con base en la supuesta ignorancia de la lengua de imputación por parte del acusado.

Y ello, sin tomar en cuenta que el abogado del italiano trató de comprar a la familia del propio Yesid para que retirara los cargos, un ardid al que los representantes legales de Terre des Hommes han debido enfrentarse en otras ocasiones.

“Es extremadamente difícil. Los explotadores tienen buenos abogados. El nuestro también lo es, pero ellos utilizan todos los hilos para retardar procedimientos o tratar de corromper a los jueces”, comenta Pierre Zwahlen.

Narra que asistió a una audiencia en la que era evidente que el abogado del acusado había comprado a los padres de las víctimas para que testimoniaran contra sus propios hijos. “¡Todo eso por dinero!”, deplora nuestro entrevistado.

Con todo, Terre des Hommes ha logrado que 11 colombianos implicados en la explotación sexual de menores fueran condenados y, con el proceso contra Paolo Pravisani, sigue su lucha y envía un mensaje claro y contundente más allá de las fronteras colombianas: “¡No hay impunidad en el turismo sexual!”

Marcela Águila Rubín, swissinfo.ch

Desplazados y vulnerables

Más de cuatro millones de colombianos han tenido que abandonar sus hogares como consecuencia de los enfrentamientos armados o las presiones de narcotraficantes y trasnacionales.

Las empresas, por ejemplo, “convencen” a los campesinos de vender su agro. “Se les hace entender que tienen que dejar sus tierras y acaban por venderlas”, explica Pierre Zwahlen. Muchos de esos terrenos son empleados luego para el cultivo de productos usados como agrocarburantes y que agostan la tierra.

Despojada de lo suyo, esa gente del campo se dirige a las ciudades donde subsiste en condiciones de miseria.

Presente en Colombia desde 1979, Terre des Hommes desarrolla diversas estrategias en pro de la población desplazada y un programa de lucha contra la explotación sexual. Este último, amén de una serie de medidas de prevención, incluye la defensa jurídica de las víctimas. Una de ellas… Yesid Torres.