Hogares suizos para solicitantes de asilo
Luego de meses de retraso, finalmente arranca un proyecto para albergar a solicitantes de asilo en hogares suizos. Alrededor de 300 familias han ofrecido compartir su techo. swissinfo.ch visitó el primer caso, cerca de Morges.
Los dos pequeños de Alain Christen luchan juguetonamente con un hombre joven y fornido de Eritrea en el sofá de la sala. Uno le muerde el brazo y el otro trata de saltar sobre sus hombros.
“Morad es como un hermano mayor para ellos”, explica el padre.
El solicitante de asilo, de 24 años, quien se mudó a la casa de la familia Christen en Lully, cerca de Morges, el 1º de marzo, sonríe.
Después de meses de lucha -huye de su país a través del desierto, trabaja para pagar la peligrosa travesía mediterránea, sortea la muerte y vive en el limbo como solicitante de asilo en Suiza- disfruta nuevamente la vida.
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“Morad, como un hermano mayor”
Cada mes, unas 4 000 personas huyen de Eritrea. Alrededor de 20 000 viven en Suiza, sede de la mayor diáspora de ese país. Morad es el primer solicitante de asilo en ser elegido para participar en un amplio programa implementado por la Organización Suiza de Ayuda a los Refugiados (OSAR) en 2013, para aquellas personas que tienen posibilidades de quedarse en Suiza.
“Creemos que la mejor manera de integrar a alguien en una sociedad compleja como la Suiza es llevarlo lo más cerca posible de ella”, explica el portavoz de la OSAR, Stefan Frey.
Más de 300 familias suizas, como la Christen, han ofrecido abrir sus hogares.
“En los últimos dos meses hemos vivido una real aventura”, comenta Alain Christen, quien trabaja como asistente social para menores. Su esposa Anick se enteró del programa a través de una emisión de la radio nacional (RTS) y lo persuadió de inscribirse para tomar parte.
“Solemos viajar mucho y alojarnos en pensiones que ofrecen ‘cama y desayuno’, o en airbnb (casas particulares)”, subraya la mujer. “Compartimos nuestra intimidad con todo tipo de personas”.
Según el acuerdo firmado entre la OSAR y el Establecimiento para Migrantes del cantón de Vaud, Morad, cuya solicitud de asilo está en trámite, permanecerá con los Christen por un período inicial de seis meses.
“Después ya veremos dónde estamos y lo que quieren hacer. Depende de su capacidad para integrarse”, señala Frey.
La prioridad de Essa Morad es aprender francés. Ha hecho enormes progresos desde que se unió a la familia, y en retorno ellos han aprendido algo de árabe.
“En paralelo, estamos buscando, con la red de la familia Christen, un trabajo”, agrega el vocero de la OSAR. Morad sueña con ser mecánico.
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Viaje de Morad a Europa
Además del caso de Morad, una familia de sirios vive con una pareja de suizos mayores en Sins, en el cantón de Argovia, desde abril.
“Nuestra familia puede finalmente pensar en el futuro, el trabajo y una posible formación profesional”, declaró a la televisión suiza Milad Kourie Ablahad, quien trabajaba en Siria como orfebre, y cuya esposa daba clases antes de huir de la guerra.
El cantón mantiene la responsabilidad de los refugiados, la asignación de los pequeños gastos diarios y, esencialmente, el pago del alquiler a las familias.
La OSAR anunció el programa que nos ocupa hace más de 18 meses, pero recién está despegando. Sin embargo, aumentan las ofertas.
“Esta semana recibí 20 llamadas y mensajes de personas interesadas”, indica Frey.
No es la primera vez que hogares privados suizos otorgan alojamiento en el marco de un programa coordinado. Tras el golpe militar en Chile, en la década de 1970, Suiza recibió a 250 solicitantes de asilo. Fueron albergados inicialmente en centros cantonales y muchos de ellos se trasladaron luego a casas particulares. Desde entonces esos esquemas son raros.
Cuarenta años después, con las trabas administrativas, el sistema para albergar a solicitantes de asilo en hogares suizos se ha vuelto más complicado. Bajo el sistema federal cada cantón tiene su propia forma de trabajar y sus normas, precisa Frey.
“El programa empezó, pero lo que hemos creado en Suiza en estos últimos 25 años es un monstruo burocrático en el sistema de asilo. Tratamos a las personas como números”, deplora. “Tenemos 26 interpretaciones diferentes de la ley de asilo en Suiza”.
Cauteloso
Después de los cantones de Vaud y Argovia, el gobierno de Berna recién dio luz verde al programa, pero el sistema de vivienda es complejo. Las organizaciones regionales que trabajan con el cantón tienen que ocupar sus estructuras de asilo para poder transferir al resto de las personas a hogares particulares. El cantón de Ginebra también ha expresado su deseo de participar.
“Hay dos o tres cantones interesados, pero por razones políticas son muy cautelosos y observan qué sucede. El clima político en Suiza no es muy acogedor para los inmigrantes”, acota Frey.
En los últimos meses, diversos políticos y asociaciones han instado a las autoridades a recibir a más solicitantes de asilo, en particular a la luz de la reciente oleada de muerte en el Mediterráneo. Sin embargo, el alojamiento se mantiene como un escollo importante. A escala local hay mucha resistencia a la acogida, especialmente en las regiones de habla alemana.
Frey dice que el esquema de la OSAR no es una respuesta directa a los problemas de alojamiento o a las situaciones de emergencia en el Mediterráneo.
“Nuestras cifras son demasiado modestas. La idea es introducir un instrumento complementario. Queremos crear una red de 300 a 400 familias dispuestas a abrir sus puertas y a contribuir a la integración. Con 400 familias podemos multiplicar por tres el beneficio y lograr alrededor de mil personas mejor integradas en el sistema suizo, y eso hace la diferencia. Pero aún nos queda un largo camino por recorrer”.
La organización espera contar con una docena de hogares piloto a finales de año y lanzar el programa de una manera más normalizada en 2016.
Esquema de hogares suizos
Las autoridades federales suizas son responsables de los procedimientos de asilo, pero corresponde a los 26 cantones del país, que gozan de una gran autonomía, aplicar la política y supervisar asuntos tales como el alojamiento.
El nuevo esquema de la Organización Suiza de Ayuda a los Refugiados (OSAR) para el alojamiento en hogares particulares no está destinado a los recién llegados, sino más bien a solicitantes de asilo con permiso provisional (F) o con perspectivas de conseguir uno.
La OSAR trabaja con un socio cantonal, como el Establecimiento para Migrantes del cantón de Vaud. Al cuerpo cantonal corresponde la selección de los refugiados que vivirán en hogares suizos, mientras que OSAR es responsable de identificar tales hogares. Las familias se comprometen a ofrecer vivienda por un plazo mínimo de seis meses, una habitación separada que se pueda cerrar para garantizar un mínimo de privacidad, y en caso ideal, un aseo también separado.
El o los refugiados permanecen en el sistema administrativo suizo bajo la responsabilidad del cantón, en particular en lo que atañe a los pagos de vivienda y de seguros. Morad, por ejemplo, recibe dinero para gastos diarios, como alimentos y transporte (12 a 15 francos por día) y paga a la familia a través del organismo cantonal según un acuerdo de subarriendo.
Traducido del inglés por Marcela Águila Rubín
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