“Subiendo en el aquí y en el ahora”
Billi Bierling, periodista y montañera, rinde homenaje a su amigo Ueli Steck, el escalador suizo de élite que murió el domingo en una expedición al Everest.
Me reuní por primera vez con Ueli en 2007 y llegué a conocerlo bastante bien, en parte debido a la Base de Datos del HimalayaEnlace externo y al trabajo que hago para ‘Miss Hawley’ (Elizabeth Hawley) y en parte a título privado.
Lo que me gustó de Ueli fue su modestia y el hecho de que a pesar de sus sorprendentes logros, mantenía los pies en la tierra. Nunca era arrogante. En su CVEnlace externo de su página web, anota: Profesión: “carpintero profesional”, antes de la lista de sus increíbles hazañas de montañismo.
Siempre fue un placer verlo en Katmandú y hablar con él sobre sus ascensiones para los récords de la base de datos del Himalaya de Miss Hawley. De vez en cuando también lo entrevisté como periodista, y en particular para swissinfo.ch. Siempre se dio tiempo para hablar conmigo, pese a que casi nunca se quedó en Katmandú por más de 24 horas.
Recuerdo el incidente con los sherpas en 2013. En ese momento yo estaba en el Campamento de Base del Everest y, por supuesto, recibí una llamada telefónica que no necesariamente deseaba, de Dale Bechtel, editor del servicio inglés de swissinfo.ch, preguntándome si podía entrevistar a Ueli. Yo no quería molestar a Ueli con eso, ya que para mí era más que un tema para un buen reportaje, era un amigo. Pero aun así -en el fondo soy periodista-, fui a verlo. Al principio dijo que no iba a hablar con los medios de comunicación, pero por la noche se acercó a nuestro campamento y me dijo que confiaba en mí y que iba a hablar conmigo. Realmente aprecié el gesto y la conversación puso de relieve cuánto lo había perturbado todo el asunto.
Etiqueta ‘Máquina Suiza’
Una cosa que a Ueli no le gustaba particularmente, era la designación ‘Máquina Suiza’. Estaba marcado con ella, pero nunca le había entusiasmado esa descripción de sus habilidades. Así que al leerla ahora en todos los medios, casi me pone triste. Era mucho más que una máquina: era una persona amable, realista y bastante introvertida.
Todos sabemos que fue extraordinario, no necesito ahondar en ello. Pero me siento afortunada de haber conocido a Ueli personalmente y de haber tenido la suerte de disfrutar de su confianza. Recuerdo que cuando volvió de la cara sur del Annapurna 1, no tardaron mucho en surgir los primeros escépticos. Yo estaba de caminata en el Khumbu cuando recibí un correo electrónico de un periodista tratando de sacar algo sucio sobre el ascenso.
Realmente me consternó que tan poco tiempo después de esa impresionante escalada, la gente ya estaba tratando de estropearlo. Le envié un texto rápido para advertirle y él respondió simplemente: “Gracias – es genial tener amigos como tú”. Me entristece que hasta el día de hoy, la gente dude de su ascenso al Annapurna 1 y, por supuesto, solamente Ueli sabe si llegó a la cima o no. Pero tanto Miss Hawley como yo siempre lo hemos creído, ya que estamos convencidas de que era absolutamente capaz de hacerlo. Creo que muchas de las dudas vinieron del hecho de que la gente no pensaba que fuera factible, pero con Ueli lo era. Hizo posible lo imposible.
Capítulo de Annapurna
Cuando me enteré de este trágico accidente el domingo por la mañana, estaba en medio de la traducción de su último libro, en el que he estado trabajando durante los últimos dos meses. Ueli y yo estábamos muy emocionados con el hecho de que uno de sus libros fuera finalmente publicado en el mundo de habla inglesa, ya que siempre había querido tener una versión en inglés de una de sus obras. Así que viví y respiré Ueli durante los últimos dos meses. Quisiera compartir un fragmento del capítulo ‘Cara sur del Annapurna’, que volví a leer varias veces después de escuchar la noticia de su accidente. Tal vez esta parte pueda ayudarnos a entender mejor, de dónde venía Ueli:
Extracto del libro
“Yo estaba completamente desconectado del resto del mundo. No había nada más que escalar. Sin meta, sin futuro, sin pasado. Yo estaba subiendo en el aquí y en el ahora. Un golpe de piolet tras otro. Un paso tras otro. Solamente veía mi piolet y cómo penetraba en la nieve y el hielo. Mi visión se estrechó y adopté una suerte de visión de túnel. Ahí estaba yo; en medio de esta gigantesca pared con un equipo muy limitado. Me sentí ligero, pero también extremadamente expuesto. Sabía que el más mínimo error significaría una muerte segura. Sin embargo, no tenía miedo de cometer un error. Todavía estaba dando órdenes y controlando a la persona que subía la cara sur del Annapurna. No sentía que fuera yo mismo. Si esa persona caía, no me afectaría realmente”.
Recuerdo cuando una vez le pregunté cómo podía no tener miedo al escalar paredes gigantescas sin cuerda. Me respondió: “Escalar es como subir las escaleras. Nunca espero resbalar y caer. ¿Tú sí? “Así es exactamente como él veía la escalada, como subir las escaleras. Desafortunadamente, el domingo esas escaleras le fueron fatales. Es una gran pérdida para la comunidad montañista; una gran pérdida para sus amigos y familiares y, por supuesto, una pérdida enorme para su esposa Nicole. Mis pensamientos están con todos ellos y sin duda recordaré a Ueli como un alpinista increíble, un buen amigo y una inspiración para mucha gente. A pesar de su fervor por los ascensos rápidos, nunca perdió su amor y su pasión por las montañas.
Traducido del inglés por Marcela Águila Rubín
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