Homosexualidad y relaciones queer no son contra natura
Unos setenta países reprimen aún la homosexualidad, considerándola inmoral e incluso contra natura. Una exposición en Berna nos recuerda que las relaciones homosexuales no solo son de naturaleza generalizada, sino que también pueden fomentar la cohesión social. ¿Qué podemos aprender de los animales?
«Mucha gente piensa que la homosexualidad y las relaciones queer son fenómenos marginales y perversos. Dicen que no son naturales», afirma Christian Kropf, biólogo del Instituto de Ecología y Evolución de la Universidad de Berna. «¡Pero esto es una insensatez!».
Kropf es especialista en invertebrados y colabora con el Museo de Historia Natural de Berna. Es el curador científico de Queer – La diversidad está en nuestra naturalezaEnlace externo, una exposición en curso en la capital suiza que presenta la diversidad de género y de orientación sexual en seres humanos y otras especies. La exposición abarca desde descubrimientos biológicos hasta debates actuales sobre la homosexualidad con la intención de crear un puente entre naturaleza y sociedad.
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El término significa en inglés “extraño” o “raro” en español, es utilizado para indicar a las personas que rechazan la definición tradicional de macho o hembra y la etiqueta relativa a la preferencia sexual.
Homosexualidad en 1 500 especies animales
Los ejemplos de comportamiento homosexual en la naturaleza son múltiples. Los delfines, por ejemplo, tienen una sexualidad algo desinhibida. Entre los tursón (delfines nariz de botella), muchos individuos son bisexuales y algunos pueden formar parejas homosexuales de larga duración. «Los delfines macho introducen el pene en todas partes, incluso en el orificio respiratorio de su pareja, ubicado en la cabeza», explica Christian Kropf.
La homosexualidad también es común entre los carneros europeos. El 6% de entre ellos se aparean exclusivamente con otros machos, indica un panel en la exposición de Berna. «Aunque tienen la opción, no se interesan en las hembras. Los machos de oveja tienen un contacto intenso, se lamen los genitales y tienen sexo anal», señala el biólogo.
La homosexualidad se ha observado en unas 1 500 especies y probablemente está presente en todos los vertebrados sociales, anota Kropf. «No siempre es clara la razón de las relaciones homosexuales. Sin embargo, sabemos que fortalecen los lazos sociales y pueden contribuir a la unidad del grupo».
En los delfines, el comportamiento homosexual podría ser la clave de su organización social, según una investigación de la Universidad de Murdoch en Australia. Las interacciones entre animales del mismo sexo ayudan a establecer jerarquías y vínculos que pueden resultar útiles durante la caza.
Los chimpancés bonobo recurren a menudo a actos sexuales entre dos individuos del mismo sexo, para aliviar tensiones y resolver conflictos dentro de la población.
En la naturaleza, subraya Kropf, los roles de género no siempre están definidos y los casos de familias del mismo padre están generalizados. Entre los albatros de Laysan, una especie marina nativa de Hawái, hay parejas de hembras que empollan y crían un polluelo. Lo contrario ocurre con los cisnes negros, donde el huevo puesto por una hembra es custodiado por dos machos.
Un organismo con más de 23 000 sexos diferentes
«La naturaleza no conoce límites», ya sea en el comportamiento o en el sexo biológico, asienta Kropf. Los individuos de numerosas especies animales pueden cambiar de sexo a lo largo de su existencia, y algunas especies tienen decenas, si no miles, de sexos diferentes.
El Schizophyllum commune tiene el récord. Se trata de un hongo con 23 328 sexos distintosEnlace externo. Esto significa que durante la reproducción, las células sexuales o los gametos pueden unirse en 23 328 combinaciones diferentes.
En diversas especies de reptiles y peces, el sexo no está determinado por los genes, sino por la temperatura a la que se desarrollan los huevos. En el tímalo, por ejemplo, a partir de determinada temperatura, los productos son exclusivamente machos. Con el cambio climático, las aguas de los ríos son cada vez más cálidas y por tanto hay cada vez más machos, lo que podría comprometer la supervivencia de la especie.
El hermafroditismo tampoco es una rareza en la naturaleza. La presencia de órganos genitales masculinos y femeninos en un mismo individuo puede ser especialmente ventajosa para especies que son poco móviles o viven en ambientes aislados. «El animal hermafrodita tiene la capacidad de autofecundarse. No es necesariamente la mejor opción ya que reduce la variabilidad genética. Pero en ausencia de pareja, siempre es mejor que renunciar por completo a la reproducción», explica Kropf.
Lo antinatural, prosigue, es la homofobia y la discriminación por razón de sexo. «No conozco ningún caso de individuos homosexuales de marginación o desventaja en el mundo animal».
Pena de muerte para homosexuales
Han pasado más de treinta años desde que la Organización Mundial de la Salud eliminó la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales, pero los derechos de las personas LGBTIQ no son reconocidos aún en todas partes.
La homosexualidad está ampliamente reprimida en África, Asia y Oriente Medio, y unos setenta países condenan las relaciones entre personas del mismo sexo. La pena de muerte está prevista en Arabia Saudita y otros cinco Estados miembros de la ONU.
Suiza fue uno de los últimos países europeos (solo quedan Italia, Grecia y Liechtenstein) en otorgar a los homosexuales el derecho a contraer matrimonio. Las parejas del mismo sexo pueden registrar su unión desde 2007, pero solamente a partir de la nueva ley sobre el matrimonio civil, aceptada en votación popular este verano, pueden también unirse en matrimonio.
En mayo de este año, la asociación ILGA-Europe colocó a Suiza en el puesto 22 (de 49) en la clasificación relativa a la igualdad de derechos de las personas LGBTIQ.
Canibalismo e infanticidio
Podemos observar, estudiar y salvaguardar la naturaleza. Podemos intentar comprenderla para comprender mejor al ser humano, afirma Christian Kropf. Sin embargo, sería un error considerarla como un ejemplo a seguir.
La única enseñanza es que hay de todo en la naturaleza, desde las prácticas sexuales más impensables hasta los roles de género más extraños, desde el canibalismo hasta el infanticidio, explica Kropf. «Pero no podemos seguir el ejemplo de la naturaleza para determinar cómo debería funcionar nuestra sociedad. No somos solamente seres biológicos. También somos seres culturales y todo lo que hacemos está condicionado por la cultura. Depende de nosotros, como sociedad, decidir qué es bueno o malo».
Su deseo es que la gente se vuelva más tolerante y abierta. Con este espíritu, organizó la exposición queer en el museo de Berna, la cual ha sido prolongada hasta marzo de 2023. «No sé si contribuyó a la aceptación de la nueva ley sobre el matrimonio civil en Suiza, pero seguro tuvo un impacto en mi padre. Tiene 87 años y nunca ha hablado bien de las personas homosexuales. Pero desde que vino aquí ha cambiado. Se ha dado cuenta de que la homosexualidad es absolutamente normal».
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