Hospitales suizos, ¿demasiada dosis de algo bueno?
Es un secreto a voces que en Suiza sobran hospitales, un problema que no es de fácil solución. Los suizos tienen un gran apego a sus nosocomios locales y no reparan en los costes que implican. Sin embargo, está en marcha un doloroso proceso de consolidación del sector salud.
Durante más de un siglo, los pacientes del Hospital de Saanen disfrutaron de la idílica vista que ofrecía el Oberland bernés. Algunos podían incluso observar sus casas desde ahí. El nosocomio era parte vital de este distrito y nadie podía imaginar la vida sin él.
Pero esto le libró de su destino final. El Hospital de Saanen cerró sus puertas hace dos años, tras una década de debate político con voces a favor y en contra de su desaparición. Hoy, esta región vecina al valle del Simmental se ha quedado sin un establecimiento que le resultaba entrañable.
Los anticuados edificios que conformaban el hospital lucen totalmente abandonados, la zona de aparcamiento está vacía y el césped, sin cortar. En la entrada principal hay avisos pegados que invitan a dirigirse al hospital de Zweisimmen, a 17 kilómetros de distancia.
La desaparición de este hospital aún escuece. Mencionarlo aún produce acaloradas reacciones entre los clientes habituales del café Doris, en el centro del pueblo.
“Es muy desafortunado que haya cerrado un hospital que estaba ubicado en una región turística tan cercana a la estación alpina de Gstaad”, se queja un comensal mientras almuerza. “Siempre ofreció muy buen servicio a la región, pero su déficit se salió de control. He vivido toda mi vida en la región de Saanenland y me parece inconcebible que algo así haya sucedido”, apunta.
La gente teme que en caso de emergencia médica no consigan llegar a tiempo a otro hospital. Especialmente ahora que se ha anunciado también el cierre de la maternidad de Zweisimmen.
“¿De qué nos sirve que haya un hospital en Zweisimmen o en Chateau D’ Oex si no podremos llegar lo suficientemente rápido? Especialmente en invierno cuando hay tanto tráfico”, reflexiona una anciana dama.
Ahorros importantes
En Suiza, los hospitales absorben el 44% del presupuesto nacional de salud. En 2012, esto se tradujo en 68.000 millones de francos.
Y el de Saanen es uno de los 65 nosocomios que cerraron o se fusionaron entre 2002 y 2012, periodo en el que el número de centros hospitalarios pasó de 363 a 298.
“No está bien que se cierren tantos hospitales”, dice Nicole Fivaz, de H+, organismo que aglutina a los hospitales helvéticos. “Ha habido diversas fusiones y casos de nosocomios que han decidido trabajar conjuntamente. Por ejemplo, cinco entidades que trabajan de forma independiente ahora operan como una sola institución llamada Solothurner Spitäler AG”, añade.
Otros se han convertido en centros de atención primaria para poder sobrevivir. Es el plan que intentará desarrollar el Hospital de Saanen a medio plazo.
Sin embargo, pese a las consolidaciones que se han observado en los últimos años, la mayoría de los hospitales son pequeños, lo que tiene importantes implicaciones a nivel de costos y calidad de servicio.
“Es importante contar con cierto tamaño para que un hospital para lograr ahorros importantes, idealmente un mínimo de entre 300 y 400 camas. Suiza está llena de pequeños hospitales y esta es una de las principales razones por la que estos servicios son tan caros”, señala a swissinfo.ch Stefan Felder, economista especializado en salud de la Universidad de Basilea.
Tras jubilarse en 2009, Pascal Couchepin, quien fuera ministro de la salud, admitió que un tercio de los hospitales helvéticos debían cerrar para que el presupuesto nacional destinado a la salud se mantuviera bajo control y añadió que los que se mantuvieran debían especializarse. El director saliente de la Oficina Federal de Salud Pública reiteró el comentario.
Un análisis raramente escuchado en los labios de los políticos por el riesgo que implica en términos electorales. Los suizos, general, defienden con vehemencia sus hospitales como demostró una reciente encuesta el instituto gfs.ch: Cuatro de cada cinco suizos quieren tener acceso a los principales tratamientos especializados “en todas las regiones”. Pero, en función de su tamaño, un cantón puede contar con varias regiones.
“La gente está contenta con lo que tiene y no quiere renunciar a disponer de servicios médicos cerca de su domicilio”, dice Fivaz.
Callejón sin salida
Actualmente, Basilea-Campo y Basilea- Ciudad protagonizan una disputa. Cada semicantón tiene su propio hospital; ambos reconocen que hay más nosocomios de los que requiere la población local, pero ninguno está dispuesto a que las instalaciones que desaparezcan sean las suyas.
El jefe de Gobierno de Basilea Campo, Isaac Reber, expresó recientemente a la radio pública SRF que sabía que había demasiados hospitales en la región, especialmente si se considera que las primas de los seguros aumentarán en toda Suiza en 2015. Y estos dos semicantones forman parte de los que se verán más afectados por esta medida.
El director general del Hospital de Basilea-Campo, en Bruderholz, ha reconocido que la oferta hospitalaria es excesiva en esta región. Paradójicamente, en septiembre anunció planes de expansión para su hospital.
Paul Rhyn, miembro de SantésuisseEnlace externo –organización paraguas del sector salud–, señala a swissinfo.ch que si la capacidad de atención hospitalaria es excesiva, lo lógico sería dejar de destinar tantos fondos a los nosocomios. “Pero se trata de una cuestión política”, añade.
Rhyn explica que muchos hospitales no cuentan hoy con los niveles de calidad y eficiencia financiera convenientes. “Si pudiésemos rediseñar todo el paisaje hospitalario suizo, sería completamente distinto al actual. Pero partir desde cero es imposible, dadas las múltiples restricciones políticas y las expectativas de la gente”.
El sistema de listas
Los cantones manejan su propio presupuesto de salud y son responsables de elaborar la lista de los hospitales que cubre el seguro médico obligatorio.
Un esquema que Felder considera una especie de ‘cartel’, ya que “cada cantón tiene una lista de hospitales y cuando un nosocomio figura en ella puede comenzar a tratar pacientes y enviar facturas a las compañías de seguros, que por ley están obligadas a pagar”.
El economista explica que las aseguradoras no tienen la posibilidad de elegir libremente los hospitales con los que quieren trabajar. Y considera que si el público asegurado recibiera más beneficios de un hospital que de otro, esto influiría en sus decisiones, habría más competencia y el sistema hospitalario sería mejor.
De cara al futuro, Berna y otros cantones están repensando su panorama hospitalario y avanzan hacia la especialización. Pero todo plan termina en las fronteras cantonales, así que la planeación es una misión complicada a escala nacional.
Es aquí donde la Conferencia de Directores Cantonales de SaludEnlace externo entraría en juego. Contactada por swissinfo.ch, la agrupación culpa la sofisticación de las terapias y de los diagnósticos médicos, el repunte y envejecimiento de la población, así como el crecimiento del número de enfermos crónicos –entre otras causas– del panorama actual que vive el sector.
A título institucional, la Conferencia añade que ningún proceso de racionalización o reforma cambiará esta realidad.
«Están en marcha distintos esfuerzos de consolidación auspiciados por la Conferencia de Directores Cantonales de Salud. Pero no están dirigidos a reducir el número de hospitales, sino a mejorar el rendimiento de los que existen”, cita esta agrupación.
Recuerda, asimismo, que existen una serie de recomendaciones emitidas conjuntamente por los directores cantonales de salud y un acuerdo dedicado a la medicina de alta especialización como parte de los esfuerzos para mejorar el servicio a los pacientes.
La Conferencia no descarta nuevos cierres hospitalarios, pero aclara que no será por razones políticas, sino resultado de decisiones económicas de los propios hospitales.
Como muestra la historia de Saanen, los futuros cierres también generarán oposición en la población. Este era el ejemplo claro de un hospital que “debía” cerrar, ya que estaba cerca de otros nosocomios, operaba con pérdidas, tenía baja ocupación y era demasiado pequeño para poder recortar gastos. Pero no por eso fue fácil aceptar su desaparición.
La seguridad en cifras
Muchos hospitales suizos no realizan el número mínimo de cirugías necesarias para asegurar la calidad y seguridad de los pacientes, según expertos.
Un ejemplo, la extirpación de páncreas es una cirugía mayor que se lleva a cabo tras la detección de un cáncer o una infección grave. En 2010 se practicaron alrededor de 740 operaciones de este tipo en 50 hospitales del país.
Se trata de una intervención altamente peligrosa y con alto riesgo de complicaciones postoperatorias. De ahí que sea deba realizarse en centros que practican entre 20 y 30 cirugías de este tipo cada año.
Según la Oficina Federal de Salud Pública, responsable de compilar las estadísticas de intervenciones quirúrgicas, en 2010 tuvieron lugar 38 extirpaciones de páncreas en hospitales con menos de 10 casos de este tipo al año. Y otras 20 se practicaron en nosocomios con un historial de menos de 20 operaciones de esta índole cada año.
Fuente: Santésuisse
Traducción del inglés: Andrea Ornelas
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