Indígenas mexicanos: ánimo de resistencia y construcción
El Programa Suizo para la Paz en Chiapas (Propaz) cumple su XV y último aniversario. Al dar a conocer el término de la estrategia, sus integrantes piden a las autoridades suizas mantener su lucha en pro de los derechos humanos y el fortalecimiento de la paz.
“Los programas suizos para la paz en México, Colombia y Guatemala han creado un espacio para un diálogo institucionalizado entre actores clave de la sociedad civil y la Confederación Suiza. Este diálogo debe continuar”, subrayaron las entidades integrantes de Propaz: Caritas, Pan para Todos, Acción Cuaresmal y Ayuda de las Iglesias Protestantes (Heks).
En un encuentro público en Berna, representantes de esas ONG, del Ministerio suizo de Exteriores (DFAE), del Parlamento suizo y de la Embajada de México evaluaron la labor desarrollada en México por las entidades helvéticas con el apoyo de Berna, así como los cambios que se han producido en ese país americano en los últimos quince años.
Las ONG subrayaron la importancia de la identidad ecuménica del programa y de la concertación de fuerzas por parte de las autoridades y la sociedad civil.
“La evaluación es muy positiva”, señaló el coordinador para América Latina del DFAE, Pietro Piffaretti, a swissinfo.ch. Coincidió en la relevancia de sumar esfuerzos: Este programa ha sido una ocasión para profundizar la relación con la sociedad civil suiza y una experiencia de aprendizaje y de conocimiento mutuo.
“El intercambio entre instituciones del Estado y organizaciones de la sociedad civil es algo muy positivo que nos permite institucionalizar un dialogo, fortalecer las capacidades respectivas y tener un intercambio sobre la evolución de la situación política en los países en los que estamos activos” .
“Experiencia valiosísima”
Para Beat Dietschy, directivo de Pan para el Prójimo, Propaz es un ejemplo muy interesante de la combinación de distintos actores: gobierno, ONG, movimientos sociales indígenas, entre Suiza y el sur de México.
“La colaboración entre los distintos actores en el campo de conflictos y de lucha por los derechos indígenas, de la mujer… me parece una experiencia valiosísima porque normalmente, una temática tiene sus actores que propugnan algo, pero en ese caso hubo distintos actores que al final no tenían acuerdo total pero que lograron combinar distintos aspectos de la realidad y eso es algo fundamental para el trabajo de la promoción de la paz”.
El Comandante Marcos
Cabe recordar que el primero de enero de 1994 y en coincidencia con la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio para América del Norte (Telcam: Canadá, Estados Unidos y México) el Ejército Zapatista de Liberación (EZLN) se levantó en armas en el sureño estado mexicano de Chiapas, al mando del Comandante Marcos, con la exigencia de justicia social.
“Al principio, precisó Tildy Hanhart, participamos como observadores, luego se instituyó el programa como tal”. Recordó la ex coordinadora de Propaz que el presidente Ernesto Zedillo (1994-2000) rechazó la participación suiza (propuesta por el ministro Flavio Cotti) para una eventual mediación con el EZLN, al considerar que el conflicto era un asunto de competencia interna.
Empero, y en coordinación con el presidente de la Comisión Nacional de Intermediación, obispo Samuel Ruiz, entre otros representantes de la sociedad mexicana, las organizaciones suizas e internacionales acompañaron los procesos de paz en la sureña entidad mexicana.
Cambio de Gobierno
Ya en el 2000, y con la llegada del opositor Partido Acción Nacional (PAN) al poder, hubo una mayor apertura para las entidades foráneas. Diversas delegaciones suizas viajaron a México. La última, a mediados de este año.
La implementación de Propaz, puntualizó su ex coordinadora, permitió trabajar en Chiapas con las organizaciones locales, para ayudarles en la exigencia del respeto a los derechos, en la manera de incidir en las mesas de negociones que se establecieron para tratar temas como el de los desplazados, en la manera de hablar con el Estado.
“Me impresionó que fuera posible ese trabajo multilateral. Al principio había sido un problema porque no se había querido la participación exterior pero luego el diálogo fue mejor recibido porque se vio que no era una forma de enfrentamiento sino un proceso para buscar soluciones. Es un proceso de aprender más que de acusar”.
Don Samuel y su amor por el prójimo
Usted trabajó con son Samuel Ruíz… ¿cómo lo recuerda?
“Samuel Ruíz tenía el ánimo de no respetar fronteras. Ni la de la Iglesia, ni de México o de los niveles políticos. Lo que respetaba es que cada ser humano es un ser humano. Con esto pudo cambiar muchas cosas, atraer a muchas personas y a muchas organizaciones. Entró en varios países y siempre supo abrir puertas para las cosas de Chiapas y para algo que hay que cambiar en el mundo.. respetar a los pequeños como a los grandes”.
También figura clave del Programa Suizo para la Paz en México, Beat Dietschy nos comparte su emoción respecto a estos años de intercambio:
“Mi impresión es que siempre hemos estado, los suizos en este caso, las instancia de ONG, como del Estado, un poco marginales. Los verdaderos actores son otros, sobre todo, la población que lucha por sus derechos y por hallar caminos para sobrevivir en circunstancias muy complejas. En ese sentido, he apreciado sobre todo el ánimo de resistencia pero también de construcción de algo nuevo que encontré en la población, sobre todo indígena, en el sur de México”.
Nuevas respuestas
¿Qué sentimiento le produce el cierre de Propaz?, preguntamos a Tildy Hanhart.
“Creo que siempre algo que se empieza, se cierra, pero tengo la confianza de que queda algo y lo he visto en la gente y las instituciones que han participado en el programa. Tengo la confianza de que hoy no se termina, sino que continúa en la forma de un compromiso, un compromiso que continúa”.
El término de Propaz se produce en momentos en que las comunidades autónomas zapatistas continúan sus esfuerzos por una justicia social y el estado de Chiapas, el país todo, enfrenta enormes desafíos derivados de la sempiterna desigualdad social y de la explosión del narcotráfico. ¿No era un mal momento para salir del país?, inquirimos a Beat Dietschy.
“El fin de una plataforma como esta, muy ligera, siempre es delicado, pero pienso que la coyuntura política también ha cambiado. Entonces, hay que reorganizar respuestas para realmente responder al estado actual de las cosas. Por ejemplo, el peso mucho mayor del impacto de las empresas trasnacionales y sus megaproyectos en la región requiere de una respuesta mucho más organizada y de otro tipo que lo que tuvimos en este caso.
“Se puede lamentar que terminó Propaz pero ese término es a la vez una posibilidad de reafirmar ciertas cosas y organizarse de nuevo”.
José Robles, Ministro de Negocios de la Embajada de México, destaca algunas respuestas del Gobierno de su país al levantamiento zapatista:
El levantamiento zapatista logró visibilizar la realidad que enfrentaban los pueblos indígenas y colocó el tema indígena en el centro de la agenda política nacional.
El movimiento motivó importantes cambios en la Constitución del país, como por ejemplo, en el Artículo Primero que estableció desde entonces la prohibición de todo tipo de discriminación, incluidas la de origen étnico.
Una modificaciones al Artículo 2 por la que se elevó a rango constitucional los derechos de los pueblos y comunidades indígenas.
El mismo Artículo reconoce el derecho de los pueblos y comunidades indígenas a resolver sus conflictos mediante sus mecanismos tradicionales.
México ha avanzado de manera considerable en el establecimiento de un marco jurídico que garantice el derecho a la consulta de los pueblos y comunidades indígenas, que incluya los aspectos fundamentales considerados en el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo sobre Pueblos Indígenas y Tribales en Países Independientes (Convenio 169) y en la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas (DNUDPI).
Publicada en junio de 2011,
Reforma Constitucional en materia de Derechos Humanos incluye la elevación a rango constitucional de los derechos humanos consagrados en los tratados internacionales suscritos por el Estado mexicano; la obligación expresa dirigida a todas las autoridades de promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos, así como el deber del Estado de prevenir, investigar y sancionar las violaciones a los mismos.
Otra de las medidas destacadas por el Ministro Robles es la modificación legislativa según la cual los elementos del ejército acusados de violaciones de derechos humanos pueden ser juzgados por tribunales civiles.
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