La cocaína se convierte en el opio de los jóvenes
El polvo blanco ha alcanzado a grupos sociales cada vez más amplios y, sobre todo, a los más jóvenes. La razón: es barato, de buena calidad y está de moda. Esta sustancia estimula el sistema nervioso y aumenta la concentración.
El mercado de la droga es un mercado negro rodeado de zonas grises, aunque los especialistas en materia de estupefacientes y el número de detenciones por tráfico de cocaína demuestran un incremento en el consumo.
Desde 2001, las cantidades decomisadas de este narcótico se han doblado en el país, según las estadísticas policiales. La Oficina Federal de la Policía revela que las incautaciones fuera de las fronteras suizas aumentan en la misma proporción. Al contrario, se constata una disminución en lo concerniente al éxtasis.
Las grandes cantidades disponibles en el mercado, los abundantes canales de distribución, los precios que han caído de forma masiva. «Todas las condiciones se dan para que la cocaína se extienda a los grupos de consumidores más grandes y jóvenes», declara Ueli Spörri, responsable de la comunidad de trabajo para los comportamientos de riesgo en materia de drogas de Zúrich.
Más barato que el cine
En la década de los 80, el gramo costaba entre 500 y 600 francos en función del grado de pureza. Hoy en día su precio varía entre los 40 y los 120 francos, desde 8 francos por raya.
«Para un joven, una ‘coca-party’ cuesta lo mismo que una entrada para el cine», indica Urs Rohr, del servicio de lucha contra las dependencias de la ciudad de Zúrich. Los efectos de la droga son de corta duración, lo que hace que los padres no noten generalmente que sus hijos la han consumido».
«Muchos jóvenes esnifan por las noches o con amigos. Una gran parte no va más allá de la fase de prueba. Un consumo de corta duración, más o menos controlado, no deja prácticamente secuelas», afirma Ueli Spörri.
Al mismo tiempo es un producto poderoso. «Un uso a largo plazo puede causar efectos en la salud. Por esta razón no hay que subestimar esta sustancia».
Difícil prevención
La prevención contra el uso de cocaína es un asunto controvertido entre los mejores especialistas y pasa por ser muy difícil. Cuando salen, los chavales quieren divertirse y no les apetece leerse los folletos. «Nuestro margen de maniobra es muy limitado», relata Spörri. Esto es un problema general como la prevención contra el tabaco.
La cocaína está de moda. Si la heroína es una droga de ‘perdedores’, la cocaína tiene una aureola de belleza y éxito. El polvo blanco tiene un efecto desinhibidor, euforizante y estimulante.
«La vida profesional exige una constante capacidad de concentración. La cocaína puede verse como una ayuda», comenta Ueli Spörri. La mayoría de la gente que la toma puede continuar su vida profesional durante años.
Terapias individuales
Según las estimaciones, entre el 8 y el 10% de los consumidores desarrolla una fuerte dependencia. «La dependencia psíquica necesita mucho más tiempo para formarse que con la heroína», indica Irene Kasper, doctora jefe de la Policlínica de Horgen. «Muchos toman cocaína sólo los fines de semana y permanecen profesionalmente activos».
La gran mayoría de los pacientes atendidos en Horgen tiene más de 40 años y se trata de consumidores desde hace bastantes años.
Este consumo no sólo provoca una dependencia física, sino también problemas personales o económicos, lo que a veces puede llevar a una espiral infernal.
Independientemente de la edad, cada persona necesita una terapia individual. Se pone más acento en la psicoterapia que en la administración de medicamentos.
No es un fenómeno general
Es esencial ofrecer una ayuda temprana. Muchos pacientes vienen por sí mismos, precisa Irene Kaspar. «Existen muchas razones para que los envíen aquí, aparte de por iniciativa de sus familias o los servicios sociales».
En los últimos años, el número de personas que acuden a la Policlínica de Horgen ha aumentado. En Zúrich, la cantidad ha subido de forma más significativa, pero no tan dramática como lo han hecho los problemas derivados del alcohol.
La doctora Kaspar relativiza las afirmaciones de algunos medios de comunicación que dicen que toda la juventud del país acoge favorablemente al polvo blanco. «Es una pequeña parte la que lo esnifa».
swissinfo, Andreas Keiser
(Traducción: Iván Turmo)
Alcaloide extraído de la hoja de la planta de la coca (Erythroxylum Coca) o preparado por síntesis química.
La producción de la cocaína es sencilla y los pasos a seguir están bien definidos: básicamente se transforman las hojas de coca en pasta y después, ésta en clorhidrato.
La elaboración de cocaína es posible con el auxilio de unas sustancias químicas, llamadas precursores, entre las que se encuentran el éter, ácido sulfúrico, gasolina, etc.
El producto final se suele mezclar con sustancias (adulterantes) tales como el talco, maicena, anfetaminas, quinina, ácido básico, estricnina, detergentes, formol, etc.
Por todo esto, su pureza puede oscilar entre un 5% y un 50%.
Según el proceso de elaboración y las sustancias empleadas, se obtendrán diferentes modalidades de derivados: pasta de coca o basuco, clorhidrato de cocaína, base libre y ‘crack’.
Hemorragias nasales, problemas respiratorios, alteración del sueño.
Inquietud, irritabilidad, agresividad.
Apatía sexual, impotencia.
Trastornos nutricionales.
Cefaleas o accidentes vasculares, que pueden llegar al infarto cerebral.
Complicaciones psiquiátricas: irritabilidad, crisis de ansiedad, disminución de la memoria y de la capacidad de concentración.
‘Psicosis cocaínica’: consiste en la aparición brusca de ideas paranoides que llevan a la persona a un estado de confusión, pudiendo producir verdaderas crisis de pánico y alucinaciones.
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