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Mujeres, ¿por qué las odian tanto?

El pensamiento de Pablo Neruda acompaña la marcha de mujeres en contra de violencia femenina. (Foto de archivo) Fotografia de Mauro Calanchina

Con ocasión de la Jornada Internacional de la Mujer, organizaciones humanitarias suizas ratifican su exigencia: “¡Respeten el derecho de las mujeres a la vida!”

Denunciado como tal en Ciudad Juárez, el ‘feminicidio’ es un fenómeno que flagela los estados de México y de Oaxaca, y que no sabe de fronteras: en Guatemala, más de 5 mil mujeres han sido asesinadas en la última década.

“Pero también hay muchos casos en España, Argentina, Chile… en los países donde hubo gobiernos militares que impusieron un sistema de gobierno a través de la violencia, esa violencia se manifiesta ahora a través del feminicidio”, indica Ximena Calanchina Morales.

¿Y en México, cuya historia reciente es ajena a ese tipo de regímenes?

“En ese país -responde la especialista sin el menor asomo de duda-, la violencia es atribuible a un bagaje machista muy arraigado”.

Herencia cultural o política, en México o en Guatemala, el feminicidio ha sido alentado por la impunidad con la que se produce y es también responsabilidad del Estado, “que no cumple con su obligación de proteger a la sociedad”, acusa la experta.

Antropóloga de formación y con un compromiso social a toda prueba, Ximena Calanchina Morales nació en Chile y vivió en Guatemala y en México antes de establecerse, hace año y medio, en la ciudad de Lugano. Su lucha le ha ganado persecución y exilio, pero no ceja. Hoy, desde sus trincheras mantiene la batalla por el respeto de los derechos de las mujeres.

“¡Y primero que todo: el respeto a la vida!”

“Las matan varias veces”

Integrante de la fundación guatemalteca Sobrevivientes, consagrada a la defensa de las víctimas de feminicidio y sus familiares, Ximena mantuvo un diálogo público sobre el tema el sábado pasado (06.03), en Lucerna, en vísperas de la celebración este lunes de la Jornada Internacional de la Mujer.

“No es un asunto de clases. Entre las personas agredidas están estudiantes, maestras, amas de casa, mujeres del campo y de la ciudad…” Desafortunada expresión de igualdad: todas son mujeres, todas son sometidas a vejaciones y actos de una crueldad infinita antes de ser asesinadas.

“Las violan, las hieren, las queman, las desangran…”. En suma: “Las matan varias veces”. Tanta saña –puntualiza la especialista- revela un odio profundo.

¿Las razones? En Guatemala, a lo largo de 36 años de conflicto armado, se gestaron muchos resentimientos y se transmitió un mensaje de muerte. “Las mujeres eran enemigas del ejército porque eran las madres, las esposas, las hermanas o las hijas de los guerrilleros. “¡Eran un enemigo más!”

Herencia contrarrevolucionaria

“Las mujeres fueron vistas primero como botín de guerra y en ellas se concentró toda esa furia, toda esa rabia contra la población civil que apoyaba a la guerrilla, a las fuerzas que buscaban un cambio en Guatemala. La mujer era el eslabón más débil, fue ahí donde quisieron lastimar”, precisa Ximena a swissinfo.ch.

Entonces, el feminicidio es también la herencia de una estrategia contrarrevolucionaria: “La saña, la manera con la que han violentado a esas mujeres nos habla de gente que conoce técnicas usadas por los militares y los paramilitares durante los años del conflicto armado”.

En ese contexto, Ximena Calanchina Morales alude a la reciente creación en Guatemala del Tribunal de Conciencia contra la Violencia Sexual hacia las Mujeres en el Conflicto Armado. “Es un hecho histórico”, califica, pero advierte que aún hay mucho camino por delante:

“No queremos que el Gobierno nos regale ninguna medida sustitutiva. Queremos un compromiso, una voluntad política real para el respeto y la defensa de los derechos humanos de las mujeres”.

“Violencia institucional”

La velada de información sobre el feminicidio tiene lugar con el patrocinio de las ONG suizas Amnistía Internacional y Brigadas para la Paz, y se inscribe en el marco de los festejos con los que la Casa Oscar Romero, de Lucerna, conmemora este mes de marzo el 30 aniversario de la muerte del comprometido religioso salvadoreño.

Las entidades suizas se adhieren al llamado de la Fundación Sobreviviremos para actuar con mayor firmeza en contra del feminicidio. “Ayer mismo (05.03.), el foro de mujeres ‘Rompiendo el Silencio’ se reunió en Oaxaca para lanzar un nuevo llamado de justicia”, indica Susanna Sutter, de Amnistía Internacional a swissinfo.ch.

Precisa que de 1999 a 2008 se han registrado 549 asesinatos en esa entidad del sur de México, amén de 631 casos de muerte por embarazo y maternidad, es decir, “por la violencia institucional que sufren las mujeres que se encuentran en situaciones de pobreza, de malnutrición, de falta de asistencia médica”.

En Oaxaca, lamenta nuestra interlocutora, existe un tal machismo, que los hombres que violentan de alguna forma a las mujeres no sienten que incurren en delito. En Ciudad Juárez, a ello se agrega la problemática de un sitio fronterizo: la maquila, el narcotráfico, el crimen organizado, el ir y venir de migrantes que dificulta una vecindad establecida y aumenta la vulnerabilidad de la población…

‘Killer’s Paradise’

El intercambio con el público se produce al término de la proyección del documental ‘Killer’s Paradise’ (de la BBC) que transita de un caso a otro el dolor del feminicidio: La desesperación de la madre de Estefi, de apenas 8 años, la impotencia del padre de Titina, recién egresada del bachillerato; la determinación de los padres de Claudina por hallar al culpable…

“¿Por qué mamá está dormida en la calle?”, inquiere al inicio del filme el hijo de una mujer cuyo cadáver yace a mitad de la acera…

Comprometida en la asesoría psicológica y legal de las víctimas o las familias de las víctimas, la Fundación Sobrevivientes consagra sus esfuerzos a tratar de reincorporarlas a la vida cotidiana de la mejor manera posible porque:

“Esto no se supera. No se olvida. Ninguna mujer superará nunca la violencia que ha vivido. Aprendemos a vivir con ella y a reunir fuerzas para exigir justicia y tratar de evitar que suceda lo mismo a otras mujeres”.

Marcela Águila Rubín, Lucerna, swissinfo.ch

Durante el sexenio de Vicente Fox (2000-2006) fueron asesinadas aproximadamente 6000 mujeres.

En el actual sexenio hasta junio de 2007 habían sido asesinadas 1088 mujeres.

Durante más de una década el estado fronterizo de Chihuahua y en particular Ciudad Juárez han sido lugares emblemáticos por el número de mujeres asesinadas.

De 1993 a 2007 se tiene registro de 553 mujeres asesinadas en esas ciudades.

Según datos oficiales de la Procuraduría General del Estado de Chihuahua, 206 mujeres fueron asesinadas de enero de 2007 a noviembre de 2008 en ese estado del norte.

En el primer semestre de 2008la cifra de asesinatos de mujeres en México superó el número total de 2007.

Cifras de la Comisión Nacional de Derechos Humanos reportan que en Ciudad Juárez, 504 mujeres fueron asesinadas y desaparecidas hasta abril de este año.

En suma, en todo el territorio mexicano han sido asesinadas al menos 10 000 mujeres en los últimos 10 años.

Datos 2009, Fuente: Ciepac

La Fundación Sobrevivientes busca:

Contribuir a la prevención, sanción y erradicación de la violencia contra las mujeres y la niñez en Guatemala, y

Al acceso a la justicia por parte de las mujeres y la niñez víctimas de violencia, a través de la creación de un centro especializado sobre la temática.

A raíz del golpe militar de Augusto Pinochet (1973-1990), la familia de Ximena Morales sale de Chile y de establece en Guatemala.

En Guatemala, Ximena conoce a su compañero, el suizo Mauricio Calanchina, y con él participa en las fuerzas revolucionarias locales desde el Partido del Trabajo.

Su labor en la guerrilla obliga a la pareja a exiliarse en México donde viven 12 años y nacen sus dos hijos.

En el año 2000 la familia se establece en Guatemala. Ahí laboran en diversas áreas vinculadas con la política y los fenómenos sociales.

En 2004 Ximena se incorpora a las labores de la Fundación Sobrevivientes.

En 2008, la familia finca su residencia en Lugano, donde fallece poco más tarde Mauricio Calanchina.

Ximena mantiene su labor con la Fundación Sobrevivientes y su lucha por el respeto de los derechos humanos.

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