Cómo atender las necesidades de los niños sordos
Muchos alumnos sordos, en Suiza, asisten a escuelas normales. Pero la Federación Suiza de Sordos dice que con esta atención demasiados alumnos tienen problemas, y aboga por un concepto más bilingüe de la enseñanza, donde el lenguaje de signos adquiera el mismo peso que el lenguaje oral.
Es un día nublado de final de verano en la escuela Hans AsperEnlace externo en Wollishofen, barrio en el extrarradio de Zúrich. Se juega un partido de fútbol. Es una escena igual a la que tiene lugar en toda Suiza miles de veces. Excepto por una diferencia: algunos de los alumnos son sordos o tienen problemas auditivos.
Asisten al centro SEK3Enlace externo, una escuela secundaria para jóvenes con necesidades especiales integrada en un instituto convencional.
“Los alumnos, sean sordos o tengan problemas de audición, necesiten el lenguaje de signos o no, tienen la oportunidad de entrar en contacto con la comunidad de personas con audición normal y con toda la cultura juvenil. Es decir, con todo lo que es habitual en una escuela pública normal”, explica a swissinfo.ch Peter Bachmann, codirector del SEK3.
Lenguaje de signos
Los alumnos se integran parcialmente en las clases normales o asisten a un nivel secundario bilingüe (lengua de signos y lengua oral), dependiendo de su nivel de sordera. En la actualidad están matriculados 37 alumnos de entre 13 y 15 años.
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Maestra bilingüe para personas sordas
Y, a su vez, se anima a los alumnos de Hans Asper a aprender el lenguaje de signosEnlace externo.
La tercera parte del SEK3 es un grupo de alumnos residentes que vienen de otros lugares más lejanos que Zúrich.
Todo el concepto integrado y bilingüe hace que el SEK3 sea verdaderamente único, indica su codirector Bachmann. Solo hay otras dos instituciones que ofrecen este tipo de educación bilingüe en la Suiza de habla alemana.
Sistema educativo
“Habitualmente los niños con discapacidad auditiva se integran en una clase general local y se les enseña solo en el idioma oral”, dice por correo electrónico Martina Raschle de la Federación Suiza de SordosEnlace externo.
Algo que va contra la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con DiscapacidadEnlace externo (firmada por Suiza), que establece que los niños sordos tienen que tener acceso a clases bilingües con lenguaje de signos si es necesario, añade.
Los niños sordos a menudo tienen dificultades para seguir las clases normales, y también hay escasez de maestros de lenguaje de signos debidamente capacitados. Muchos, al ser el único niño sordo de la clase, se sienten aislados.
La federación comparte la opinión científica de que el aprendizaje de ambas lenguas (la de signos y la oral) fomenta el desarrollo lingüístico de los niños sordos y mejora sus oportunidades educativas. Y le gustaría verEnlace externo en toda Suiza un verdadero concepto bilingüe. Lo cual podría lograrse teniendo una escuela como la SEK3 en cada cantón. Seguiría el actual enfoque integrador de la educación especial, pero también daría a los alumnos sordos la oportunidad de reunirse con otros compañeros como ellos. Algo importante para su identidad, afirma Raschle.
Estadísticas
En Suiza no hay estadísticas oficiales. No obstante, la Federación Suiza de Sordos cree que unas 10 000 personas son sordas. Además, en una población de ocho millones de habitantes, otras 600 000 tienen dificultades auditivas.
Se estima que el 9% de los sordos en el mundo son niños. Y alrededor del 90% de sus padres son oyentes.
Según ella, la situación en los países vecinos es similar. En Europa la excepción es Escandinavia, que tiene más acceso a la educación bilingüe. Para Raschle, Estados Unidos es quien mejor lo hace. La ley sobre personas con discapacidadEnlace externo (Americans with Disability Act) garantiza la integración de los niños sordos y que se les enseñe en el idioma de signos. Asimismo, el país alberga la única universidad para sordos del mundo: la Universidad GallaudetEnlace externo.
Desafío universitario
Llegar a la universidad sigue siendo todo un reto para muchas personas sordas. Una de las dos únicas personas sordas doctoradas en Suiza es la presidenta de la federación, la doctora en medicina Tatjana BinggeliEnlace externo. Estudiar exige la ayuda de un traductor de lenguaje de signos y pasar muchos trámites burocráticos. “Esto requiere una voluntad de hierro y un rendimiento académico muy alto”, cuenta Raschle.
La experiencia de Bachmann es la misma. Pocos de su escuela pasan a una escuela preparatoria, que entrena a los alumnos para la universidad. La mayoría opta por el aprendizaje. El objetivo del centro es capacitar a sus alumnos para la vida fuera, explica. La comida, por ejemplo, se prepara con la ayuda de un alumno sordo que quiere convertirse en chef.
Entonces, ¿por qué no hay más enseñanza bilingüe? Se debe, en parte, al enfoque integrador, asegura Bachmann. A pesar de que poco a poco las actitudes cambian, “algunas personas todavía tienen la sensación de que el lenguaje de signos daña el lenguaje oral”, añade.
Necesidades educativas especiales
Romain Lanners es el director del Centro Suizo de Pedagogía EspecialEnlace externoizada, gestionado por los cantones y que supervisa la educación en Suiza.
En los últimos diez años, cada cantón ha elaborado su propio concepto de necesidades educativas especiales, explica. “A la hora de evaluar sus necesidades educativas especiales, el bienestar del niño siempre es lo primero”, declara Lanners a swissinfo.ch por correo electrónico.
No hay estadísticas sobre niños con problemas auditivos en la educación. Sin embargo, el número de alumnos en las escuelas de educación especial pasó de 50 000 en 2004 a 31 000 en 2016. Lo cual confirma el abandono de las escuelas especiales en favor de la escolarización integradora.
Potencial
Preguntado que por qué existe tan poca educación bilingüe para los niños con problemas de audición, Lanners dice que, ante la falta de estadísticas, es difícil responder. Además, hay diferencias entre los cantones al respecto. “Existen enfoques pedagógicos innovadores, pero no se aplican de manera similar en todas partes”, expone.
Según Lanners, la educación de los alumnos con discapacidad auditiva mejoraría si hubiera una mayor cooperación a nivel federal, cantonal y municipal. “Podría ser aumentando la sensibilización de los gestores y potenciando la formación del personal docente en áreas como el bilingüismo, presentando informes de transcripción de discurso hablado a texto escrito y a través de tecnologías de apoyo”.
Los nuevos desarrollos en servicios y herramientas digitales tienen un gran potencial para la integración educativa, especialmente para aquellos con discapacidad auditiva. “Potencial que deberíamos utilizar”, manifiesta Lanners.
Traducción del inglés: Lupe Calvo
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