«No tener medios no significa ser pobre»
La Unión Europea y Suiza han designado el 2010 como ‘Año Europeo de la Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social’. ¿Qué significa vivir durante años en la precariedad en un país como Suiza? Maggie, que en múltiples ocasiones se ha visto obligada a recurrir a la asistencia social, lo ha vivido en carne propia.
Es una de las 360.000 personas en edad laboral que en Suiza se definen como pobres.
Madre soltera con un hijo, ha vivido durante años en el umbral de la pobreza. En ocasiones ha estado desempleada o y en otras su salario que no era suficiente para salir de la precariedad. Durante 16 años tuvo que recurrir a la asistencia social.
“A decir verdad, la palabra ‘pobreza’ no me gusta demasiado”, explica Maggie, de 52 años, al inicio de su conversación con swissinfo.ch. “No me considero pobre”.
Ingresos irregulares
Desde que terminó su aprendizaje, Maggie nunca ha podido contar con ingresos regulares. Tras su formación como empleada comercial en una editorial, no logró encontrar un empleo en su sector. Así Maggie comenzó a trabajar a tiempo parcial.
“En muchos años no he tenido ningún puesto fijo. Trabajaba un año aquí y otro allá”, recuerda. “Me podían contratar en cualquier parte”, añade, orgullosa.
Sin embargo, su flexibilidad es hoy una desventaja y afecta a su currículum vitae. “No no he pedido ningún certificado de trabajo de estos empleos temporales”.
En 1991, después del nacimiento de su hijo, Maggie decidió dejar de trabajar. “Quería estar junto a mi hijo al menos durante los tres primeros años de su vida”. La larga pausa complicó más su reincorporación al mundo laboral.
“A esto se suma el hecho de que, como madre sola que tiene un hijo a su cargo, no quería trabajar a tiempo completo”. Después de haber desempeñado algún trabajo ocasional, Maggie se vio forzada a llamar a la puerta de los servicios sociales.
“Hasta que mi hijo cumplió los 16 años, o sea hace dos años, me he beneficiado de la asistencia social”, dice Maggie. “Después ya no me ha hecho falta: tenía dos puestos y trabajaba más del 100%”.
El dinero no lo es todo
En esa época, Maggie trabajaba de día en una oficina y por la tarde en una pizzería, lo que todavía hoy hace de vez en cuando.
“Gracias a los ingresos suplementarios del trabajo en la pizzería pude prescindir de la asistencia social”, señala Maggie. “He recobrado una cierta autoestima y más confianza en mí misma”.
De todas formas estos sentimientos han durado poco. “El ambiente de trabajo en la oficina era pésimo: no lo podía soportar más”.
Con dos actividades laborales queda poco tiempo para dedicarle a su hijo. “Hemos tenido dificultades. Un par de veces volvió a casa borracho hasta que un día dije: ¡basta!”.
Para su hijo, las limitaciones económicas nunca han sido un gran problema. “Obviamente hubo veces en las que tuvimos que renunciar a algunas cosas”.
Lo que le molestaba al chico era, por el contrario, constatar que su madre no tenía tiempo de ocuparse de él. “Llegamos al punto de no hablarnos. No teníamos diálogo alguno”.
Maggie se encontró frente a una decisión importante: ¿Es mejor tener dinero o un hijo sano? “La salud de mi hijo cuenta, sin duda, mucho más”. Así Maggie dejó su empleo en la oficina, algo que la hundió de nuevo en las limitaciones económicas.
No tener medios no significa pobreza
A pesar del prolongado periodo de penurias económicas, Maggie no se considera ‘pobre’. “Tengo siempre un techo sobre mi cabeza y pago siempre, de una forma u otra, mis facturas. Desde luego me tengo que adaptar, pero en conjunto me considero una privilegiada”.
“Estar privada de medios no significa ser pobre”, indica. En comparación con otras personas la suya es una vida de lujo.
“Hay gente que no tiene absolutamente nada, ni siquiera salud. Nosotros estamos bien, tenemos lo suficiente para comer y podemos incluso hasta alimentar a nuestro gato”.
Perspectivas inciertas
Actualmente Maggie participa en un programa ocupacional. “Está dividido en un curso sobre cómo solicitar trabajo y un empleo parcial en la oficina de ejecución”.
“Si pudiera encontrar un puesto fijo podría vivir más tranquilamente en los próximos diez años”. El periodo de diez años no es casual: Maggie se acerca a la edad de jubilación, donde le esperan otras dificultades económicas.
“Debido a mi pasado laboral no dispongo de una sólida pensión de jubilación. Me volveré a encontrar simplemente, por enésima vez, en dificultades”.
Sandra Grizelj, swissinfo.ch
(Adaptación: Iván Turmo)
Para fijar el umbral de la pobreza en Suiza, la Confederación Suiza de Instituciones Financieras de Acción Social (CSIAS) toma en consideración tres aspectos: los costes básicos de sustento, las primas de los seguros de enfermedad y el coste del alquiler.
Con dependencia de la situación personal, el umbral de la pobreza es variable.
Persona sola: 2.200 francos al mes
Persona sola con dos hijos: 3.800 francos
Pareja sin hijos: 3.550 francos
Pareja con dos hijos: 4.600 francos
En 2007, la Oficina Federal de Estadística, que se basa en la definición de pobreza de la CSIAS, el 9% de la población suiza se encontraba bajo el umbral de la pobreza. Esta cifra afecta a las personas en edad laboral (20-59 años).
Otros valores de referencia sobre la pobreza en Suiza son los datos de la asistencia social y de los denominados ‘working poor’: personas que pese a percibir un salario viven en condiciones de pobreza.
La cuota de los ‘working poor’ en 2007 era del 4,4%, mientras que el 2,9% de la población dependía de la asistencia social.
El 2010 ha sido declarado ‘Año Europeo de la Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social’.
La agenda prevé numerosos eventos, campañas de información y estudios sobre el tema en diversos países de la Unión Europea y Suiza.
La Confederación Suiza de Instituciones de Acción Social preparado una exposición itinerante que recorrerá varias ciudades suizas para concienciar a la población sobre la asistencia social y la pobreza.
En cumplimiento de los estándares JTI
Mostrar más: SWI swissinfo.ch, certificado por la JTI
Puede encontrar todos nuestros debates aquí y participar en las discusiones.
Si quiere iniciar una conversación sobre un tema planteado en este artículo o quiere informar de errores factuales, envíenos un correo electrónico a spanish@swissinfo.ch.