“Suiza no respeta aún sus obligaciones”
Suiza ratificó la Convención de la ONU sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (CDPD) en 2014. El texto compromete a los Estados signatarios a promover la inclusión de las personas con discapacidad cognitiva en la sociedad. Un ejemplo concreto es un festival de música en Zúrich.
Inclusión de personas con discapacidades cognitivas
La inclusión significa que las personas con discapacidad mental participan en la vida social de la misma manera que los demás y que su diversidad se percibe como un enriquecimiento.
La sala de la Rote FabrikEnlace externo está repleta. El ambiente es fantástico. El público aplaude, canta, exulta. A primera vista, es un festival de música como muchos otros.
Sin embargo, de más cerca se advierte que entre el público y en el escenario, personas con y sin discapacidad mental cantan, celebran y aplauden juntas. La letra de una canción interpretada por la suiza Vera KaaEnlace externo pregona que de vez en cuando uno debería tomarse diez minutos para sí mismo, no hacer nada, olvidar el teléfono móvil y la TV.
En sus animadas piezas en dialecto suizo-alemán, la banda Tobis WeltEnlace externo habla de la vida cotidiana en una institución, donde “solamente se está en paz en el baño” y a cuyos pacientes les gustaría poder pasar sus vacaciones en el complejo turístico de Saas-Fee, “sin que un fastidioso profesional sanitario aparezca en el momento menos oportuno”.
El hecho de que Vera Kaa y Tobias Welt aparezcan sucesivamente en el escenario es un símbolo de “inclusión”: las personas con y sin discapacidad participan en la vida cultural en pie de igualdad. Esto también lo exige la CDPDEnlace externo, ratificada por SuizaEnlace externo en 2014.
Sin embargo, el festival Soundsyndrom!Enlace externo, que se celebró por segunda vez en Zúrich, ha sido la excepción hasta ahora. En el tema, Suiza no se destaca.
“Suiza no respeta aún sus obligaciones relativas a la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad”, afirma Andrea Brill, de Tobias-HausEnlace externo, una institución antroposófica de Zúrich que gestiona edificios residenciales y una guardería para adultos con discapacidad mental y que organiza el evento musical.
Suiza necesita mejorar
De hecho, el informe alternativo sobre la aplicación de la CDPD en la Confederación afirma que “una Suiza incluyente en la que las personas con discapacidad puedan vivir de forma autónoma en todos los ámbitos de la vida está aún muy lejos, a pesar de algunos fundamentos jurídicos existentes”. El Consejo Federal (Gobierno) también reconoceEnlace externo que hay margen para mejorar la participación de tales personas en todos los ámbitos de la vida social.
Las voces críticas condenan, por ejemplo, el hecho de que los niños con discapacidad sean colocados en escuelas especiales o que los adultos con discapacidad mental no tengan derecho a votar y a ser elegidos. Además, muchos de estos últimos no pueden elegir su propio lugar de trabajo y residencia, según la información proporcionada por organizaciones del rubro.
Otros países están muy adelantados en lo que concierne “al financiamiento orientado a las personas”, afirma Andrea Brill. Este tipo de apoyo requiere que el Estado ponga a disposición una contribución financiera no para instituciones, sino directamente para las personas con discapacidad. Así, ellas mismas pueden decidir si quieren vivir en una institución, una comunidad que ofrece cuidados o solos, con la ayuda de un asistente.
“Las personas con discapacidad mental se ven privadas de la vida cotidiana de la sociedad y de la población” Andrea Brill, Tobias-Haus
¿Adónde fueron todos los discapacitados?
En el pasado, algunas familias suizas escondían a sus parientes con discapacidad mental porque se avergonzaban de ellos. O, aunque bien integradas, estas personas no eran respetadas ni tratadas en pie de igualdad, sino que se burlaban de ellas como los “tontos de pueblo”, en palabras de Andrea Brill. Posteriormente, se crearon instituciones en las que las personas con discapacidad recibían asistencia de personal especialmente capacitado.
Aunque trabaja en un refugio para personas con discapacidad mental y considera que este tipo de estructura es una oferta importante, Andrea Brill ve una gran desventaja: “Las personas con discapacidad mental se ven privadas de la vida diaria de la sociedad y de la población. Los institutos crean una especie de sociedad paralela, como sucede con los ancianos y los moribundos”.
Por lo tanto, la mayor parte de la sociedad está cada vez menos acostumbrada a ver a personas con discapacidad mental. Muchos “desaprenden” cómo actuar y comunicarse con ellas, con el riesgo de que al final solamente se perciban sus “déficits” y sean consideradas una carga para la sociedad, especialmente en términos económicos.
Andrea Brill no descarta la posibilidad de que esconder a las personas con discapacidad mental vuelva a ser un tema de actualidad “en un futuro no muy lejano”. “El diagnóstico precoz permite abortar en caso de que el feto presente una discapacidad. Puedo imaginar que tarde o temprano las compañías de seguros de salud se negarán a pagar por un hijo discapacitado si los padres no abortaron a pesar del diagnóstico. Nos dirigimos hacia cuestiones éticas difíciles”, sostiene.
El festival como modelo a seguir
El objetivo de la Tobias-Haus es organizar regularmente un festival de música en el que las personas con y sin discapacidad compartan no solamente las plateas, sino también el escenario. Las personas con discapacidad mental deben abandonar los “muros protectores pero al mismo tiempo restrictivos de las instituciones” y tener la oportunidad de presentar su talento.
En el festival Soundsyndrom!, el público que escucha las canciones de Tobis Welt puede descubrir con humor la vida cotidiana de las personas que viven en una institución para discapacitados. O, a través del grupo musical HORA’BANDEnlace externo, el papel de las personas con discapacidad en una sociedad cada vez más basada en la norma. Estas reuniones promueven la empatía y previenen la discriminación.
“El festival es un ejemplo de lo que debe ocurrir siempre”, dice Andrea Brill. “Espero que el encuentro con personas con discapacidades mentales se convierta en la norma en nuestra vida cotidiana”.
Suiza y la CDPD
El propósito de la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (CDPD) es proteger las libertades y los derechos de las personas con discapacidades físicas o mentales.
Suiza ratificó la CDPD en 2014. Sin embargo, no ha firmado el Protocolo Facultativo y, por lo tanto, no prevé procedimientos de apelación individuales en caso de violación de la Convención. No obstante, debe presentar informes periódicos sobre la aplicación de la CDPD.
En el primer informe de 2016Enlace externo, Suiza anota que diversas revisiones legislativas han conducido a mejoras significativas para las personas con discapacidad. Por ejemplo, en el ámbito de la accesibilidad en edificios y transporte público.
Sin embargo, según la Federación Suiza de Asociaciones de Padres de Personas con Discapacidad Mental y otras organizaciones, el informe no refleja plenamente la realidad. Se centra demasiado en las leyes existentes y oculta los problemas prácticos de su aplicación. La Convención y los demás fundamentos jurídicos están demasiado orientados hacia las personas con discapacidad física y las necesidades de las personas con discapacidad mental o psíquica se tienen demasiado poco en consideración.
Las asociaciones de apoyo a las personas con discapacidad han puesto en marcha un plan de acción nacionalEnlace externo para promover la aplicación de la CDPD en Suiza.
Traducido del francés por Marcela Águila Rubín
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