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Polémica mundial sobre alminares

El alminar de la Gran Mezquita de Petit-Saconnex, en Ginebra. Keystone

Resulta muy raro que una votación federal en Suiza provoque tantos comentarios como la programada para el 29 de noviembre, en la que se evalúa la prohibición de los alminares.

El debate también se hace sentir entre los lectores de swissinfo.ch. Desde las cuatro esquinas del mundo y en nueve idiomas llegan los comentarios al respecto.

La iniciativa es de la derecha conservadora: el partido Unión Democrática del Centro (UDC) y la Unión Democrática Evangélica, que quieren inscribir en la Constitución Federal una prohibición para construir alminares. Los lectores de swissinfo.ch se han manifestado al respecto.

Las reacciones han sido particularmente numerosos en lengua árabe y se han producido tanto en forma de comentarios como de intervenciones en el blog o de mensajes de redes sociales.

Nuestras páginas en francés, alemán e inglés también han recibido múltiples correos mientras que nuestros servicios en italiano, español y portugués recibieron también, pero en menor cantidad. Las redacciones en chino y japonés casi no tuvieron reacciones. Ciertamente, el tema no es de interés universal.

Incredulidad

Las primeras reacciones del mundo musulmán (agosto de 2008) son de incredulidad e incomprensión. «Parece que los musulmanes hacen frente a una nueva Inquisición en Europa», escribió un marroquí. «Estoy sorprendida por esta ley racista, sobretodo en Suiza, país que se considera neutro», agregó un internauta desde Argelia, mientras que otro se dice «seguro que el Gobierno prohibirá esa decisión injusta.

Y está claro que no es evidente comprender el mecanismo complejo y típicamente suizo de la iniciativa popular, que no es una ley. Es una propuesta en la cual, la última palabra la tiene la ciudadanía, no el Gobierno.

Pese a esas inquietudes iniciales, nunca se verá la quema de una bandera suiza ante una embajada. El caso de los alminares no será un nuevo asunto de caricaturas. Y si es así, el mérito, según un investigador egipcio, se debe a la información proporcionada por swissinfo.ch en idioma árabe*.

Símbolo de conquista

En árabe, por supuesto, la mayoría de los comentarios resultan hostiles a la iniciativa. En otros idiomas de swissinfo.ch, los comentarios se reparten dos tercios a favor y un tercio en contra de la iniciativa; es decir, un fenómeno contrario a los resultados de los sondeos electorales más recientes, evidentemente, más rigurosos y representativos, pues se sabe bien que el correo de los lectores no es un barómetro fiel de la opinión general.

«El alminar es un ícono de la fe islámica. Y la fe islámica apoya la opresión femenina. Esto puede tomar décadas, pero créame: cuando el Islam sea mayoritario, pedirán la Charia y todas esas antiguallas del Siglo VII», escribe una estadounidense.

Esta lectora no es la única en temer esa islamización de Occidente, un argumento que también emplean los precursores de la iniciativa. «Yo me entristezco mucho, y siento un poco de malestar cuando camino por nuestras ciudades repletas de burkhas y de carnicerías hala», escribe un residente británico.

El alminar y el campanario

Desde Turquía, un lector exhorta a los suizos a aceptar la iniciativa, pues, según escribe, «uno se encuentra en Europa números ejemplos de las consecuencias desastrosas por ceder a las demandas incesantes de los musulmanes». A su juicio, aceptar la prohibición de los alminares ayudaría a Suiza a «evitar ese camino cultural suicida».

Y para reforzar el debate, un internauta belga agradece a la UDC «de defender la civilización cristina europea, actualmente gravemente amenazada».

«La cultura musulmana es extranjera en Europa. Es necesario que los musulmanes europeos lo comprendan y que busquen integrarse en sus sociedades respectivas, de lo contrario, se prepara un gran choc en Europa», agrega un lector de Líbano.

«¿Y si yo construyera una iglesia en Arabia Saudita?». La cuestión de la reciprocidad se repite de modo regular en los comentarios llegados de todo el mundo y numerosos internautas recuerdan que en sus lugares de origen, campanarios y alminares se encuentran lado a lado.

Pero ese argumento no convence a un inmigrante suizo, venido de un país que no quiere mencionar pues abandonó «a causa del creciente fundamentalismo islámico».

«Mi familia y yo nos sentimos en casa aquí, y con el recuerdo de mi experiencia precedente, voy a votar a favor de la iniciativa. Esa será mi contribución para preservar a la Suiza que yo conozco y amo», explica.

Respeto a las creencias

Algunos ciudadanos suizos que votarán el próximo 29 de noviembre en contra de la iniciativa invocan, ante todo, la libertad de culto «y no querer hacer al otro lo que no quieres que te hagan».

«Suiza no es Arabia Saudita, este país respeta los derechos humanos. Me parece que en nombre de la defensa de Occidente, aquellos precursores de la iniciativa quieren terminar con los valores de base de esta zona del globo», agrega otro.

De Uruguay, una religiosa católica lamenta no poder venir a votar en Suiza para «ayudar así a salvar de la intolerancia a un país que ha sabido permanecer abierto».

«¿Cuál es el problema con los alminares?», pregunta un lector de EEUU. «Si usted tiene confianza en su cultura, sus tradiciones y su religión, no estará amenazado por otro grupo que busque aportar su propia versión. Tal vez ese debate nos dice más sobre el declive de la cultura suiza que sobre el ascenso de la cultura musulmana en Suiza».

Otros fustigan a la UDC calificándola de «racista, xenófoba» e incluso de «fascista», que se sirve del miedo al Islam «como Hitler se sirvió del miedo a los judíos».

Finalmente, se hacen escuchar aquellos de inclinación atea. «Entre menos religión haya, habrá menor riesgo de conflicto», escribe un suizo que preconiza el rechazo a «la iniciativa que busca prohibir los alminares y darle importancia a la religión».

«Pienso que tolerando cosas como ésta, totalmente inofensivas, se puede exigir el respeto del otro. Y francamente, nuestro viejo campanario que nos retumba en los oídos a las nueve de la mañana los domingos no es mucho mejor», agrega un compatriota helvético.

Marc-André Miserez, swissinfo.ch
(Traducción, Patricia Islas Züttel)

De acuerdo al análisis de Husam Tamman*, investigador y periodista egipcio especializado en materia de política en el Islam, swissinfo.ch en árabe ha evitado que la iniciativa sobre los alminares suscite una nueva crisis comparable a aquella de las caricaturas daneses.

Esta opinión fue incluida en el libro ‘Los alminares de la discordia’, de Patrick Haenni y Stéphane Lathion, publicado en septiembre en francés y en árabe, en noviembre. Un resumen fue publicado por el diario libanés Al-Akhbar.

Husam Tammam subraya el acercamiento informativo, preciso y claro de swissinfo.ch, que recuerda de modo constante lo que es una iniciativa popular así como el hecho de que el Gobierno, el Parlamento y la mayoría de la opinión popular suiza rechazan esta propuesta.

Fuente única. El investigador explica también que el hecho de que la gran mayoría de los medios árabes (impresos, electrónicos y en línea) aborden el tema casi exclusivamente con base en las informaciones de swissinfo.ch, ha disminuido el impacto de la propuesta.

De acuerdo con el primer sondeo del Instituto gfs.bern, realizado a solicitud de la Sociedad de Radio y Televisión SRG SSR idée suisse del 23 de octubre:

53% de los ciudadanos suizos rechazarían la iniciativa para la prohibición de los alminares, 34%, la aceptarían y 13%, aún se muestran indecisos.

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