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Crisis climática, ¿una amenaza para los derechos humanos?

mujeres ancianas con una tarjeta redondea que representa el planeta
La asociación “Ancianas por el clima” (en la imagen, en una asamblea general) acusa al Gobierno suizo de no hacer lo suficiente en materia de política climática. Keystone / Lukas Lehmann

La acción legal entablada por una asociación suiza ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos podría sentar un precedente en Europa y en el mundo. Un grupo de ancianas acusa a Suiza de seguir una política climática que vulnera su derecho a la vida.

«Sabemos desde hace tiempo que la crisis climática debe abordarse con urgencia, pero no hemos hecho nada. Si los políticos no hacen su trabajo, entonces debe intervenir la justicia. Lo que está en juego son los derechos fundamentales a la vida y la salud», declaró a swissinfo.ch Anne Mahrer, copresidenta de la asociación suiza «Ancianas por el clima».

Esta mujer, de 72 años, regresó de Estrasburgo a finales de octubre, donde «con gran emoción y mucha esperanza» presentó una serie de reivindicaciones frente al edificio del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH). Se trataba de un acto simbólico que, sin embargo, acompañaba a una acción decisiva y concreta: la denuncia de la negligencia de Suiza en materia de protección climática ante la alta instancia jurídica internacional.

Mahrer argumenta que al perseguir un objetivo climático insuficiente, Suiza viola el derecho a la vida consagrado en la Constitución Federal y en el Convenio Europeo de Derechos Humanos.

Dos mujeres con una pancarta que pide justicia climática
Los dos copresidentes de la asociación “Ancianas por el clima” (Anne Mahrer, izquierda, y Rosmarie Wydler-Wälti) ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, 27 de octubre de 2020 Keystone / Leandre Duggan

Para entender cómo llegó a encontrarse esta anciana frente al TEDH en Estrasburgo, es necesario remontarse unos años atrás, y más precisamente al 24 de junio de 2015, fecha en la que se proclamó una sentencia calificada de «revolucionaria».

El ejemplo de Holanda

«Yo era parlamentaria en Berna y estábamos discutiendo la nueva ley de CO2 y de cómo no se producían avances en la política climática», recuerda Anne Mahrer, exdiputada ecologista en la cámara baja del Parlamento. «La inspiración vino de Holanda».

Mahrer se refiere a la decisión del Tribunal de Distrito de La Haya, que al aceptar las peticiones de un grupo de 886 ciudadanos apoyados por la fundación ecologista Urgenda exigió al gobierno holandés poner más empeño para reducir las emisiones de CO2. Fue la primera vez que un tribunal obligó a un Estado a cumplir con los acuerdos climáticos internacionales. El fallo fue confirmadoEnlace externo posteriormente, en diciembre de 2019, por el Tribunal Supremo holandés.

«Países Bajos está directamente amenazado por el aumento del nivel del mar, un problema que obviamente no tenemos aquí en Suiza. Pero nuestro país y los Alpes también se ven particularmente afectados. Los glaciares se están derritiendo y el deshielo del permafrost aumenta el riesgo de deslizamientos de tierra, lo que que representa una amenaza para las aldeas y poblaciones de las montañas ”, afirma Anne Mahrer.

En agosto de 2016, con la ayuda de Greenpeace, se fundó en Suiza la asociación Ancianas por el clima.Enlace externo «En Suiza no es posible llevar a cabo una acción colectiva (class action). Por esa razón, hemos creado una asociación que reúne a las personas más vulnerables ante el cambio climático y, en particular, ante las olas de calor», explica Mahrer.

Las mujeres, más afectadas que los hombres

Como indica la Oficina Federal de Salud Pública, las personas más afectadas por las olas de calor son las personas mayores de 65 años. Durante la ola de calor del verano de 2003 (se produjeron 975 muertes prematuras en Suiza, más de 70 000 en Europa), la mortalidad en este sector de población aumentó considerablemente.

Según algunos estudios citados por la Organización Mundial de la SaludEnlace externo, las mujeres son más vulnerables que los hombres.

manos de una anciana que sostienen un vaso
Los ancianos, especialmente si padecen enfermedades crónicas, son los más vulnerables a las olas de calor debido a la reducción del estímulo de la sed, una mayor sensibilidad al calor y una menor eficacia de los mecanismos de termorregulación. Keystone / Jean-christophe Bott

La asociación de Anne Mahrer es consciente de que los hombres de edad avanzada, los enfermos y los niños también sufren las olas de calor y los efectos del calentamiento global. Centrarse en las mujeres mayores, y por lo tanto en un grupo específico, aumentaba las posibilidades de éxito a nivel jurídico, «lo que redundará en beneficio de todos», señala.

Solicitudes rechazadas

Las ancianas por el clima no perdieron el tiempo y un par de meses después de la asamblea constituyente presentaron oficialmente sus reivindicaciones a las autoridades federales: para 2020, Suiza debía reducir sus emisiones en al menos un 25%, en lugar del 20% establecido por el Gobierno, y asumir compromisos más ambiciosos para 2030. De lo contrario, advertían, no se logrará el objetivo de limitar el calentamiento global a 2° centígrados, lo que pondrá en peligro la salud y la vida de las mujeres mayores.

«Si el político no hace su trabajo, entonces tiene que intervenir la justicia «.

Anna Mahrer, Ancianas por el clima

El Ministerio de Medio Ambiente, Transporte, Energía y Comunicaciones decidió no entrar en el fondo de la demanda de la asociación, que recurrió entonces al Tribunal Administrativo Federal (TAF).

Sin embargo, el recurso fue rechazado por el TAF, que interpretó que las mayores de 65 años no son el único grupo demográfico afectado por las consecuencias del cambio climático. Las ancianas no se rindieron y acudieron al Tribunal Federal, la máxima autoridad judicial de Suiza.

«La justicia debe intervenir»

Pero también el alto tribunal dio una respuesta negativa, aunque por otras razones. Según los jueces, el objetivo de los 2° centígrados está lejos y, por lo tanto, aún no es posible decir que no se alcanzará. En esencia, es demasiado pronto para que la justicia se ocupe del problema.

Además, la alta instancia judicial argumentaba que tales demandas no debían ser atendidas por los tribunales, sino por medios políticos y democráticos.

«Nos hemos dirigido al pueblo más de una vez con numerosas iniciativas. La última en orden cronológico es la de los glaciares [que en los próximos años será sometida a votación popular]. Pero en un momento determinado, si los políticos no hacen su trabajo y si reaccionan a las iniciativas con contraproyectos edulcorados, entonces le corresponde a la justicia intervenir”, dice Anne Mahrer.

Lamentablemente, continúa, los jueces suizos no tuvieron el valor de abordar la cuestión fundamental, a saber, el respeto de los derechos fundamentales en el ámbito del clima. «Por eso fuimos a Estrasburgo».

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La asociación suiza, que reúne a unas 1 700 mujeres jubiladas, es una de las primeras en llevar el tema de los derechos humanos y el medio ambiente al CEDH. Sin embargo, no es la única que ha acudido a los tribunales.

Acciones legales en todo el mundo

«Los tribunales son un lugar cada vez más importante para abordar el problema del cambio climático», señala Hari M. Osofsky, decana de la Facultad de Derecho Internacional del estado de Pennsilvania (EE.UU.), citada por la agencia de noticias ReutersEnlace externo. Si bien hace una veintena de años solo había una decena de pleitos legales por el clima en todo el mundo, hoy hay más de 1 600, de los cuales 1 200 solo en Estados Unidos.

Siguiendo el modelo del caso de Países Bajos, se han emprendido acciones legales contra los gobiernos nacionales de Canadá, Colombia, Alemania, Francia, Bélgica, Gran Bretaña, Noruega, Nueva Zelanda, India y México, por nombrar solo algunos. Y algunas ya han tenido éxito.

A finales de julio, el Tribunal Supremo de Irlanda ordenó al gobierno que revisara su política climática, juzgada insuficiente. Más recientemente, el 19 de noviembre, el Consejo de Estado francés lanzó un ultimátumEnlace externo al gobierno de París, dándole tres meses para demostrar que la trayectoria trazada para la reducción de emisiones (-40% para 2030) puede cumplirse.

«Necesitamos fortalecer la capacidad de los tribunales internacionales para que puedan tomar decisiones sobre asuntos medioambientales».

Seraina Petersen, FORAUS

«La mayoría de los acuerdos climáticos y medioambientales siguen todavía sin ser suficientes para combatir los problemas medioambientales más acuciantes e inminentes», señala Seraina Petersen, codirectora del Programa de Diplomacia y Actores Internacionales del Foro Suizo de Política Exterior (FORAUS). Hay que consolidar el Estado de derecho ambiental y para ello «es preciso fortalecer la capacidad de los tribunales internacionales para que puedan tomar decisiones en materia medioambiental y reforzar la claridad y el alcance de los principios jurídicos sobre el medioambiente, así como el respeto e implementación de las decisiones», escribe Seraina PetersenEnlace externo.

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Un precedente en Europa y en el mundo

A la espera de que el TEDH se pronuncie sobre la admisibilidad del recurso y llegue finalmente a un veredicto, lo que puede llevar algunos años, Anne Mahrer se muestra confiada. «El tribunal parece tomarse cada vez más en serio la relación entre la protección del clima y los derechos humanos. La alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos también ha declaradoEnlace externo que el cambio climático representa una amenaza para los derechos humanos y que los Estados deben proteger a sus ciudadanos”, subraya la copresidenta de la asociación.

Georg Klinger, especialista en clima de Greenpeace Suiza, sostiene que existen muchas posibilidades de que la acción legal suiza sea admitida a trámite por el TEDH, lo que sentaría «un precedente en Europa y en el mundo».

Esta opinión es compartida por Rainer J. Schweizer, profesor de derecho público de la Universidad de St. Gallen. Aunque el TEDH suele rechazar, generalmente, la gran mayoría de las demandas presentadas –declaróEnlace externo ante la radio suiza en lengua alemana SRF-, el caso suizo es «de una importancia tan fundamental para la interpretación y aplicación del Convenio Europeo de Derechos Humanos que el TEDH podría muy bien ocuparse del asunto».

Traducción del italiano: José M. Wolff

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