Test de coronavirus, ¿qué es suficiente?
Suiza tiene una de las tasas de comprobaciones de coronavirus por número de habitantes más altas del mundo, pero no tiene una visión general del total de las personas infectadas. En este segundo capítulo en el que respondemos a las preguntas de nuestros lectores, analizamos si algo así como una tasa óptima de pruebas existe.
Uno de los temas más debatidos de la pandemia es este de los test. Aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha pedido que se realicen pruebas generalizadasEnlace externo, no todos los países están llevando a cabo exámenes a gran escala.
Desde que en Suiza se anunciaron los primeros casos de coronavirus, el país ha aumentado de manera gradual el ritmo de los test. Pero siguen teniendo prioridad las personas más vulnerables y quienes necesitan hospitalización. Este planteamiento ha hecho que los lectores de swissinfo.ch se planteen muchas preguntas en torno a quién puede y quién no puede someterse a los exámenes.
Dentro del país algunos expertos también se cuestionan la estrategia selectiva de los responsables suizos de salud pública. Y destacados epidemiólogos, encabezados por Marcel Salathé, de la Escuela Politécnica Federal de Lausana, instan al Gobierno a que se lleven a cabo más comprobaciones.
“Es increíblemente difícil gestionar una crisis sin conocer el alcance del problema”, han escrito Salathé y sus colegas en un artículo recienteEnlace externo.
El enfoque de los análisis ha evolucionado en los dos últimos meses, a medida que la pandemia se ha ido extendiendo y han empezado a surgir casos dentro del país.
A principios de marzo, el Gobierno federal manifestó que se estaban realizando unas 2 500 pruebas cada día. Para el 22 de marzo, a diario se realizaban en todo el país alrededor de 7 000. El responsable de enfermedades infecciosas de Suiza, Daniel Koch, este pasado miércoles dio a conocer en rueda de prensa que se habían realizado 16 000 pruebas el día anterior.
Para el 1 de abril, Suiza había hecho ya un total de 130 700 test de coronavirusEnlace externo. Es decir, más de 15 000 pruebas por millón de habitantes. Esto hace que Suiza esté entre los países que más pruebas lleva a cabo por habitante, según el Financial TimesEnlace externo.
Algunos cantones han tomado la iniciativa de ofrecer más pruebas. Y lo han hecho creando centros de análisis móviles y sin que el paciente tenga que bajarse de su vehículo. Las autoridades cantonales de BernaEnlace externo, en colaboración con la Cruz Roja Suiza, el 2 de abril (tras algunos retrasos en la adquisición de los equipos) han puesto en marcha un centro para hacer los test a través de la ventanilla de los coches. Este centro de pruebas piloto puede realizar entre 200 y 300 exámenes diarios.
En el cantón de Lucerna, en un centro de diagnóstico al que acuden pacientes de grupos de riesgo remitidos por sus médicos se han efectuado desde el coche alrededor de 20 pruebas al díaEnlace externo, aunque tiene capacidad para materializar 50 diarias, según la emisora pública RTS.
En resumen, las autoridades están desalentando a las personas con síntomas leves a que se hagan la prueba. La Oficina Federal de Salud PúblicaEnlace externo (OFSP) sigue diciendo a cualquier persona con síntomas de COVID-19 (como fiebre, tos o dificultad para respirar) que se quede en su casa. Aquellas otras personas que tienen un riesgo alto de enfermarse gravemente o que ven que sus síntomas empeoran deben llamar a su médico, que será quien decidirá si es necesario un examen.
También deben ponerse en cuarentena todas las personas que hayan estado en contacto con una persona infectada. Como ya ha informado swissinfo.ch, se ha decidido no practicar pruebas a las personas con síntomas leves porque no se consideran de alto riesgo.
Hay algunos indicios de que el Gobierno puede empezar a hacer controles a una franja más amplia de la población. La OFSP está buscando extender los criterios para los test y evaluará si tiene sentido hacerlo, tal y como declaró, el 1 de abril en rueda de prensa, el responsable de enfermedades infecciosas, Daniel Koch.
El nuevo centro de exámenes de Berna anunció el 2 de abril que es el primer centro que ofrece diagnóstico sin que lo mande un médico. Se pide a las personas que rellenen un cuestionario onlineEnlace externo para (en base a su perfil de riesgo) determinar si deben pasar la prueba.
Hay varias razones por las que en Suiza las autoridades de salud pública han decidido no hacer pruebas generalizadas. La primera es reservar los recursos sanitarios para las personas que realmente los necesitan. Esto incluye a las personas mayores de 65 años, así como a quienes padecen afecciones médicas subyacentes.
Otra razón es la escasez de personal, equipos de protección y material de pruebasEnlace externo, como reactivos y bastoncillos.
Severin Schwan, director general de Roche (farmacéutica que ha desarrollado uno de los primeros test comerciales de coronavirus), a finales de marzo dijo que la demanda supera con creces la oferta y que los controles deben dirigirse a aquellos pacientes de alto riesgo, porque “las pruebas generalizadas en esta etapa no son factibles”. Para satisfacer la demanda, Roche y muchos otros fabricantes de pruebas diagnósticas han incrementado su producción.
La situación parece haber mejorado. Durante la rueda de prensa del pasado miércoles, Koch reveló que “ya no hay un cuello de botella en los controles”.
A principios del mes pasado, el Gobierno argumentó que el virus había llegado al punto en que no se podían detectar todos los casos. Esto ha generado críticas entre los expertos, incluyendo a Salathé y sus colegas, que dicen que para frenar la propagación se requiere “una estrategia amplia de comprobaciones, rastreo de contactos y el consiguiente aislamiento” de las personas que dan positivo.
Sin diagnósticos generalizados, es difícil obtener una imagen exacta de cómo el virus ha penetrado en la población y de lo bien que funcionan las medidas para limitar su propagación.
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Las cifras que el virus está dejando en Suiza
Michael Ryan, director ejecutivo del Programa de Emergencias de Salud de la OMS, a principios de esta semana advirtióEnlace externo que “por supuesto que nos gustaría que los países realizaran test a nivel de diez test negativos por cada positivo, como punto de referencia general de un sistema que hace suficientes pruebas para recoger todos los casos”.
Y añadió que si la mayoría de los casos son positivos, es que los países no están materializando suficientes test. En los países que tienen pruebas generalizadasEnlace externo, menos del 12% de ellas resultan positivas. En Suiza el 1 de abril, el 15% de los resultados fueron positivos.
Salathé y sus colegas argumentan que “para conseguir que la curva de la epidemia vaya hacia abajo, debemos prevenir el 50-70% de las posibles transmisiones”.
Los epidemiólogos manifiestan que “aunque son necesarias medidas estrictas de distanciamiento social, nadie puede imaginar que esas medidas puedan aplicarse durante largos períodos de tiempo”. A través de los exámenes, las autoridades sanitarias pueden identificar a las personas infectadas, lo cual permite localizar los contactos y realizar el aislamiento.
Sin embargo, y dadas las limitaciones de los recursos, puede que hacer comprobaciones a toda la población y con mayor frecuencia no sea realista. Guido Cozzi, profesor de macroeconomía de la Universidad de San Galo, sugiere que en vez de eso se utilice una muestra representativa para ayudar a desarrollar una trayectoria más precisa de la pandemia.
“Por el momento, los datos oficiales sobre COVID-19 están plagados de sesgos de selección. Si solo realizamos exámenes a las personas con síntomas graves, no se estima con precisión la tasa media de recuperación”, dijo Cozzi a swissinfo.ch.
Por ejemplo, ¿la tasa de mortalidad en Corea del Sur es más baja que en Reino Unido porque en Corea del Sur se están haciendo más pruebas, que revelan más casos?
Cozzi sostiene que para desarrollar una trayectoria precisa de la tasa de infección es necesario analizar repetidamente muestras representativas de la población total, incluyendo también a la población no infectada. Insinúa que una muestra cuidadosamente construida de 3 000 personas sometidas a pruebas proporcionaría información fiable sobre la situación en Suiza. Algunos economistasEnlace externo también promueven esta idea.
Si bien es posible que las muestras representativas no den una imagen completa de la tasa de infección de un país, Cozzi dice que son más baratas que hacer análisis a toda la población y que también pueden repetirse fácilmente.
Otra manera de tener una idea más clara del brote sin tener que practicar análisis a un gran número de personas es recoger datos de las personas infectadas y no infectadas.
Uno de esos proyectos es el rastreador COVID-19Enlace externo, creado por un grupo de investigadores y desarrolladores de software junto con el Departamento de Salud del cantón de Berna. Gracias a un cuestionario en líneaEnlace externo (que hasta el momento han rellenado más de 160 000 personas) el rastreador está recopilando información para ayudar a identificar las regiones con un elevado número de posibles casos, de modo que las autoridades puedan responder con medidas específicas.
Los científicos suizos también participan en una plataforma digital paneuropea que utiliza datos de aplicaciones de los teléfonos inteligentes para localizar a las personas en riesgo de infectarse y conectarlas con los servicios de salud locales.
Varios hospitales universitarios suizos –en Zúrich, Lausana, Ginebra y San Galo– sec están preparando para realizar análisis serológicos que detecten la presencia de anticuerpos COVID-19 en la sangre.
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Traducción del inglés: Lupe Calvo
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