Punto de vista: Suela Kasmi, Albania
Suela Kasmi, de 42 años, llegó a Suiza procedente de Albania en 1992, cuando tenía 19. “No hablaba alemán, solamente inglés e italiano y albanés”, señala.
Hoy, Kasmi trabaja en un centro que ofrece apoyo a las madres de niños pequeños, con un enfoque en programas para los inmigrantes. En 2014 participó en el programa piloto ‘Juntos hacia el futuro’.
“Me preguntaron si me gustaría participar”, recuerda. “Yo estaba más interesada en las familias y los niños, pero soy bien conocida en mi comunidad. Tengo muchos contactos, desde niños hasta adultos. Es fácil para mí comunicarme, tanto con grupos como a nivel individual”.
Once mujeres albanesas – la mayoría de más de 60 años – asistieron a la primera mesa redonda de Suela Kasmi, sobre el tema ‘Nutrición y Actividad Física’.
Los hombres no fueron invitados. Para las albaneses de edad, la mentalidad es de que “los hombres con los hombres y las mujeres con las mujeres”, dice Kasmi. “Y en un grupo mixto las mujeres sienten que no pueden hablar libremente. Algunas llevan pañuelos en la cabeza, y si los hombres están allí, no pueden despojarse de ellos”.
Aun así, en la primera reunión las mujeres se mostraron muy tímidas, dice Kasmi. “Es importante advertir que los albaneses no llegan solamente de Albania, sino también de Kosovo y de Macedonia, y que su mentalidad es diferente. Me llevó tiempo lograr que las mujeres se sintieran cómodas”.
Otro obstáculo es la lengua. “Hablamos el mismo idioma – albanés – pero es un poco como en Berna con el alemán y el dialecto suizo alemán”. “Tuve que repetir varias veces hasta que todas entendieran exactamente lo que nos reunía”.
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