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Reciben «luz verde» tres nuevas plantas nucleares

La construcción de una nueva planta en Gösgen (cantón de Soleura) va por el buen camino. Keystone

Los proyectos de Argovia, Berna y Soleura recibieron luz verde técnica. Los defensores de la energía nuclear afirman que es el único camino para garantizar el abasto eléctrico de Suiza.

No obstante, la población teme el impacto de los desechos radioactivos, y siete de cada diez helvéticos se rehúsa a vivir cerca de una planta nuclear.

En Suiza, las cinco reactores nucleares (Beznau 1 y 2, Mühleberg, Gösgen y Leibstadt) son una fuente vital para la generación de energía eléctrica (40% del total).

Por debajo de potencias como Francia, líder en Europa (con 78% de la energía eléctrica derivada de fuentes nucleares), pero por encima de países como Gran Bretaña (20%) o Estados Unidos (18%).

Y ante los temores de una escasez en el suministro eléctrico que podría iniciar en 2015, resurge el debate en Suiza sobre la conveniencia de construir nuevas centrales.

Las ventajas: derrama económica, más empleos, energía eléctrica barata y la no emisión de CO2. Los temores: algunos desechos radioactivos son riesgosos para los seres vivos durante más de 250.000 años.

El “sí” técnico

Tras un análisis de dos años, la Inspección Federal de la Seguridad Nuclear (IFSN) confirmó este lunes (15.11) que otorga luz verde a la construcción de tres nuevas centrales nucleares ubicadas en los cantones de Argovia, Berna y Soleura.

“Cumplen con los requerimientos técnicos y las exigencias legales correspondientes desde el punto de vista de la seguridad nuclear, así que puede ser construida una nueva central en cada uno de estos lugares”, citó el IFSN en el informe correspondiente.

Una decisión que celebraron de inmediato la patronal empresarial ‘economiesuisse’ y las empresas Axpo y BKW FMB Energie, vinculadas al desarrollo de estos proyectos.

En opinión de Corina Eichenberger, presidenta del Foro Nuclear Suizo, la realidad es que Suiza no tiene demasiadas alternativas.
Combinar energía nuclear con energías renovables es el único camino viable que posee el país para asegurar el abastecimiento eléctrico suizo en los años por venir.

“Abandonar progresivamente el petróleo y el gas natural es imposible si no integramos la energía nuclear como relevo”, explicó el destacar la importancia de construir nuevas centrales.

La también consejera nacional de Argovia considera además que los tres proyectos en puerta son positivos porque se trata de plantas -que en casos como el de Argovia sustituyen a las ya existentes- tendrían un rendimiento superior y consideran la construcción de depósitos aledaños para los desechos radiactivos.

Temores radiactivos

En materia de energía nuclear, el desconocimiento es una de las premisas que privan entre la población.

De acuerdo con la Oficina Federal de Energía de Suiza (OFE), cinco de cada diez helvéticos desconfían de la energía nuclear; cuatro la apoyan; y uno más carece de opinión sobre el tema.

Sin embargo, ocho de cada 10 habitantes temen los efectos de un accidente nuclear. Y contundentes, siete de cada 10 suizos afirma que no viviría cerca de una central nuclear.

Los citados resultados corresponden a 2009 y se desprenden de consultas periódicas realizadas por la OFE a partir de una muestra de 1.026 encuestados, representativos de la población suiza.

La OFE destaca el factor “desconocimiento” en el tema del abasto nuclear. Concretamente cita que cuando se cuestiona a la gente sobre el porqué de sus temores, únicamente dos de cada 10 son capaces de expresar situaciones concretas. Y también solo dos de cada 10 personas conoce que existen diversos tipos de desechos radioactivos y que no todos tienen la misma afectación sobre los seres vivos (VER CONTEXTO).

Más empleo

Para Andreas Koopmann, presidente de Alstom Suiza y miembro del Comité Directivo de Swissmem, la meta primaria para Suiza debe ser la autosuficiencia energética.

Pero deben considerarse además los beneficios aparejados a la construcción de una nueva planta nuclear como el valor agregado que genera para la economía.

Estimaciones de Swissmem apuntan a la creación del valor agregado por 500 millones de francos suizos anuales durante las fases de construcción y explotación de cada nueva planta nuclear.

Por su parte, la Unión Suiza de Artes y Oficios (USAM), dirigida por Hans-Ulrich Bigler, destaca que “se generaría un número importante de empleos de alta cualificación”.

Los siguientes pasos

La autorización técnica de las tres nuevas nucleares por parte del IFSN es sólo la primera parte del proceso.

Ahora se requiere el aval de Comisión Federal de Seguridad Nuclear, en calidad de segunda opinión y como experto que ratifique el pronunciamiento del IFSN.

Pero a partir de este mes de noviembre se inicia un proceso de información que permitirá a los suizos conocer mejor los beneficios y riesgos del proyecto, y de los desechos que dichas plantas generarían.

Actualmente, la totalidad de los desechos radiactivos suizos se concentran a unos 50 kilómetros de Zúrich.

Pero dado que las primeras plantas tienen 40 años de operación, durante los próximos tres años comenzarán a ser transferidos a sitios de mayor profundidad geológica en donde dicha “basura nuclear” permanecerá de forma definitiva.

Por el momento, la Ley Suiza de la Protección contra las Radiaciones prohíbe el almacenamiento definitivo en el extranjero de desechos radioactivos producidos en Suiza.

Seis lugares se analizan para este objetivo. Y la meta es que los habitantes den la última palabra a través de una consulta popular en 2014, con pleno conocimiento de las ventajas y desventajas.

BEZNAU. La empresa EKKB AG tiene prevista la construcción de una nueva planta nuclear con una potencia de 1.450 MW.

NIEDERRUNTIGEN. Es también el grupo EKKM AG el que se ocuparía de su construcción y tendría también una potencia de 1.450 MW.

NIEDERAMT. El grupo KKN AG sería el responsable de una planta de 1.100 MW.

Las plantas nucleares generan cuatro tipos de desechos:

Exentos. No poseen radiactividad riesgosa para los seres humanos o el ambiente.

Baja actividad. Su radioactividad es gamma o beta, lo que significa que se desintegran en menos de 30 años y pueden ser almacenados de forma superficial.

Actividad media. Ligeramente más potentes que los anteriores, pero semidesintegrables en 30 años. También se conservan en almacenes superficiales.

Alta actividad. Son emisores de radioactividad tipo alfa, dañan a los seres vivos y deben almacenarse a gran profundidad.

El gobierno y el sector empresarial celebraron en noviembre la 3ª. Conferencia Industrial del Foro Nuclear Suizo, con vistas a renovar el parque de centrales nucleares del país, para evitar escasez de energía eléctrica.

En 1984, Suiza cuenta en Grimsel con un laboratorio de investigación a 450 m de profundidad en donde científicos suizos y extranjeros estudian la propagación de la radioactividad en las piedras y el agua.

Adicionalmente trabajan con material nuclear el depósito de desechos radioactivos de Würenlingen; y los reactores de investigación de la Universidad de Basilea.

El 81% de los suizos considera que todas las categorías de desechos radioactivos son peligrosas.

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