Sarampión: ¿Quiénes no vacunan a sus hijos?
Algunos padres en Suiza deciden no vacunar a sus hijos, lo que compromete la erradicación de enfermedades como el sarampión. ¿Qué los motiva?
A principios de febrero se registraron casos de sarampión en una escuela ‘Rudolf Steiner’ en Suiza. Las autoridades eximieron de las clases a 60 niños que no habían sido vacunados para evitar la propagación de la enfermedad.
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Por qué los suizos siguen enfermando de sarampión
No es la primera vez que una escuela steineriana es escenario de una epidemia de sarampión. Tampoco es casualidad, indicó a los medios de comunicación un portavoz de la Oficina Federal de Salud Pública.
El enfoque educativo de estos institutos se basa en la pedagogía Waldorf, desarrollada por Rudolf Steiner (1861–1925) que creía que las vacunas eran problemáticas. Por lo tanto, algunos padres deciden, por esta u otras razones, no vacunar a sus hijos o hacerlo solo parcialmente.
Sarampión
El sarampión es una enfermedad infecciosa causada por el virus homónimo. Se transmite a través de la saliva, vía un estornudo o al toser. Las posibles complicaciones de esta infección son la neumonía o la encefalitis, lo que hace que esta enfermedad sea peligrosa. En Suiza, los picos epidémicos son frecuentes. En el mundo, la enfermedad ha sido erradicada en algunas regiones, pero se observa un aumento de los casos de nuevo.
Fuente: OFSP
En el pasado, los padres de familia que inscribían a sus hijos en este tipo de escuelas (pero no solo ellos) organizaban «fiestas» en casa de un niño enfermo para infectar y así inmunizar a tantos niños como fuera posible. «Estas reuniones sociales para incentivar a la infección artificial se organizaron hasta finales de los años noventa», confirma Thomas Didden, de la Federación Suiza de Escuelas Rudolf SteinerEnlace externo. «Hoy no tengo conocimiento de ningún caso y esta práctica tampoco la recomendaría”.
Thomas Didden no puede decir cuántos niños en las escuelas Steiner han sido vacunados. Los institutos no recopilan datos y no ofrecen a los padres ninguna recomendación sobre las vacunas. «Somos educadores, no médicos», afirma.
La enfermedad como posibilidad de desarrollo
Para averiguar por qué algunos niños inscritos en estas escuelas steinerianas no están vacunados contra el sarampión, contactamos a un médico antroposófico (aunque cabe decir que no todos los padres de las escuelas Rudolf Steiner son necesariamente antroposóficos). Según Bernhard Wingeier, pediatra de la clínica Arlesheim, la antroposofía considera al ser humano como algo más que un ser físico.
Un concepto que también influye en la comprensión de la enfermedad en la terapia antroposófica. «Creemos en la capacidad curativa del ser humano y sabemos cómo activarla», explica Bernhard Wingeier. «En la medicina antroposófica, la enfermedad no solo es vista como un mal que hay que eliminar, sino también como una forma de desarrollo, especialmente entre los niños. A través de la fiebre y las enfermedades infecciosas, el niño aprende a superar los desafíos, lo que ayuda a su desarrollo y al de su sistema inmunológico.
El individualismo no rima con la erradicación
Este enfoque individual de los antropósofos está muy de moda en Suiza, incluso entre los que no se dicen seguidores de este tipo de terapia. El hecho de que la gente haga preguntas y cuestione las recomendaciones oficiales de las autoridades, como los médicos, es también una señal de la medicina postmoderna y personalizada de nuestro tiempo», señala Philip Tarr, director del Hospital Cantonal de Basilea-Campo y responsable de un programa nacional de investigación sobre padres y médicos en Suiza que se muestran reacios a las vacunas.
El primer problema es que esta medicina personalizada entra en conflicto con los objetivos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de erradicar ciertas enfermedades, incluido el sarampión. Según la OMS, los que se oponen a la vacunación representan una amenaza mundial.
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Persisten en Suiza brotes de sarampión
El otro es que las personas no vacunadas ponen en peligro a otras que no pueden ser vacunadas, como los bebés o las mujeres embarazadas, o a aquellas que no responden a protección de la vacuna. En Suiza, por ejemplo, un hombre vacunado murió de sarampión en 2018 porque su sistema inmunológico se había debilitado por la quimioterapia. El individualismo también está en contradicción con el principio de solidaridad.
¿Quiénes son y por qué deciden no vacunar a sus hijos?
Se plantea entonces la cuestión de quiénes son los padres que no vacunan a sus hijos y cuáles son las razones. En Alemania, las tasas de vacunación son particularmente bajas en las regiones ricas, según una investigación sobre el tema.
En los Estados Unidos también algunos de los niños no vacunados provienen de familias blancas con un buen nivel de educación en la clase media alta. Sin embargo, algunos también viven en familias afroamericanas con poca formación y que viven en zonas urbanas desfavorecidas y para las que el acceso a los servicios de salud es difícil. También ha habido brotes de enfermedades en comunidades aisladas como la de los mormones o los amish.
La situación en Suiza es similar: «Observamos que también hay padres con un alto nivel de formación que no quieren vacunar a sus hijos», señala Mark Witschi, jefe de la sección «Recomendaciones para la vacunación» de la Oficina Federal de Salud Pública.
En Suiza, solo entre el 1 y el 3% de la población está categóricamente en contra de la vacunación. Se trata de personas que advierten contra la industria farmacéutica y el supuesto daño de las vacunas. “Dentro de la población existen muchas dudas sobre las vacunas, que van desde la seguridad de la vacunación hasta la seguridad de los aditivos de la vacuna. Luego está el concepto de que es mejor tener un estilo de vida ‘natural y que una inmunidad adquirida naturalmente es mejor que la inmunidad inducida por la vacuna», explica Philip Tarr.
Las tasas de vacunación varían considerablemente de un cantón a otro. Esto no solo se debe al modo de pensar distinto en cada región. Los suizos conservadores de la parte este helvética, de lengua germana, tienden a ser más escépticos que los de la parte oeste, de habla francesa y los suizos tesineses, de habla italiana. También influye el sistema de procuración de vacunas: en los cantones con programas de vacunación en las escuelas, la cobertura de vacunación es mayor.
Según Mark Witschi, muchos suizos olvidan vacunarse incluso por pura negligencia. Otros simplemente consideran que es inútil vacunarse contra ciertas enfermedades, incluido el sarampión.
La obligación de vacunarse, impensable en Suiza
La vacunación no es obligatoria en Suiza. Una obligación como la existen en Italia, Francia o Estados Unidos parece poco probable. Al igual que en Alemania, este requisito no tendría prácticamente ninguna posibilidad política. «La libertad garantizada a los ciudadanos suizos por la Constitución es en sí misma el argumento más importante contra la vacunación obligatoria», afirma el médico escolar Philip Tarr.
(Traducción del alemán: Patricia Islas)
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