Una mujer en el ejército suizo
Zoé Frei considera injusto que los suizos tengan obligaciones militares y las suizas no. Para no ser tenida por hipócrita se ofreció voluntariamente para hacer el servicio militar. Un día de servicio con una de las pocas mujeres soldado del ejército suizo.
En esta mañana de principios de abril, Zoé Frei atraviesa a grandes pasos una aldea bernesa, dejando atrás bonitos entramados de madera, caballos dormitando y bancales de tierra recientemente removidos. Lleva puesto su uniforme y parece no sentir frío, a pesar de que a las 05:45 hace todavía fresco.
La joven se dirige a pie hasta donde está su compañía. Se ha alojado en un hotel ya que, de acuerdo con las ordenanzas militares, hombres y mujeres tienen que alojarse por separado. “Excepto en alojamientos provisionales, las duchas y los dormitorios están siempre separados por sexos”, señala Frei. Ella es la única mujer de su compañía.
Presunción de acoso sexual
Cuando el pasado mes de febrero pernoctaron al aire libre, Frei dispuso de su propia tienda de campaña…y se congeló miserablemente. “Al menos los otros podían apretarse”, dice con una sonrisa, pero luego añade: “Los mandos del ejército prefieren creer que es para protegerme”. Sin embargo, en su opinión esa medida tiene un regusto amargo: si se protegiera a los hombres, ellos se sentirían molestos. Además, en el ejército no se ha sentido acosada ni una sola vez.
El riesgo de violencia sexual se ha utilizado durante mucho tiempo como argumento contra la presencia de las mujeres en el ejército. Las mujeres suizas han tenido que luchar durante muchos años para poder hacer el servicio militar en igualdad de condiciones. En los años 1939-40 se creó un servicio auxiliar para mujeresEnlace externo. Hubo que esperar hasta 2001 para que las mujeres tuvieran acceso a todas las funciones militares y se les permitiera participar en operaciones de combate y llevar armamento completo.
El servicio militar obligatorio es contrario a la prohibición de discriminación
En el comedor del cuartel van apareciendo poco a poco soldados somnolientos. Agarran un pedazo de pan y en un vaso mezclan café instantáneo con agua caliente de grandes termos. Solo Frei parece estar despierta y de buen humor. A diferencia de Frei, los soldados no están aquí voluntariamente, ya que como suizos varones han sido reclutados obligatoriamente (ver recuadro).
Servicio militar obligatorio en Suiza
En Suiza, todos los hombres con ciudadanía suiza son reclutados a partir de los 18 años. Tienen que cumplir el servicio militar o, previa solicitud, un servicio civil alternativo. Aquellos que no son aptos para el servicio militar tienen que pagar una tasa sustitutiva. A los que cumplen un servicio civil se les rebaja esa tasa.
Pero en realidad, según la legislación suiza, hombres y mujeres deben recibir el mismo trato; solo el embarazo y el parto justifican diferencias. Sin embargo, en Suiza se hace una excepción con el servicio militar.
El pasado verano el Tribunal Federal (la más alta instancia de la justicia en Suiza) admitió en una sentenciaEnlace externo que el servicio militar obligatorio para los hombres era contrario al principio de no discriminación. Sin embargo, el tribunal dejó la decisión de reparar esta discriminación al poder legislativo, es decir, a la política.
La igualdad de género podría lograrse de dos maneras. En primer lugar, extendiendo el servicio militar obligatorio a las mujeres, lo que es objeto de acalorados debates en Suiza. En segundo lugar, eliminando completamente la obligatoriedad del servicio militar. Sin embargo, en un referéndum celebrado en 2013 más del 73% de los ciudadanos y ciudadanas dijeron no a la abolición del servicio militar obligatorio.
A mi padre le pareció una “idea loca”
El hecho de que Frei cumpla voluntariamente el servicio militar es a veces causa de incomprensión. “Algunos compañeros me han dicho que no puedo lamentarme ni quejarme, ya que al fin y al cabo estoy aquí voluntariamente”, señala Frei. Su familia tampoco mostró mucha simpatía por su decisión de alistarse voluntariamente en el servicio militar. Su madre se considera a sí misma una pacifista. “Y a mi padre le pareció una idea loca”, añade Frei. “El ejército es una pérdida de tiempo, así que sería mejor pensar en seguir una formación”.
Al menos, Frei ha aprendido algo tangible en el ejército: al prestar servicio en logística, puede obtener en el ejército el carné para conducir camionetas. Su trabajo consiste en transportar cosas de un lugar a otro.
Suiza multicultural
Hoy tiene una misión que la llevará a lo largo de toda Suiza. Frei, junto a tres compañeros, deberá, con un Duro –un vehículo militar para el transporte de tropas– ir al cantón de Zúrich a recoger un remolque y llevarlo a un lugar de la Suiza occidental. A Frei le gusta poder ver todo el país durante su servicio militar.
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Una voluntaria en el ejército suizo
También se ha relacionado por primera vez en su vida con personas del Tesino o de Uri. “En el ejército trabajas con personas con las que de otra manera no entrarías en contacto”, afirma Frei. Es una viva mezcla de lenguas, con el francés, el alemán y el italiano.
Cortarse el pelo
En comparación con otros países, el porcentaje de mujeres en el ejército suizo es particularmente bajo, con un 0,7%, debido sobre todo a la obligatoriedad del servicio militar solo para hombres. El ejército suizo se esfuerza activamente en reclutar mujeresEnlace externo. 2017 fue un año récord: 250 mujeres optaron por el servicio militar, un 35% más que el año anterior. El ejército recomienda a las mujeres que para ser reclutadas se preparen practicando intensamente deportes.
Frei, que para una mujer suiza es bastante grande y fuerte, se sobrevaloró a sí misma. “El ejército me permitió alcanzar los límites que no sabía que tenía”, afirma Frei. Según ella, en el ejército una mujer no puede ser delicada o vanidosa. “Se suda y solo puedes ducharte una vez al día, no siempre tienes buen aspecto y tienes que ser capaz de vivir con eso”. Frei tuvo que cortarse su melena larga y morena, porque el moño se le soltaba continuamente. Ahora se arrepiente un poco de eso.
Una novela publicada
Al mediodía, sobre el banco de un área de servicio de la autopista, Frei y sus compañeros desenvuelven los bocadillos que ellos mismos han preparado por la mañana. Y hablan. No de cuestiones militares sino de temas sociales. Frei cuenta además que a los 15 años escribió una novelaEnlace externo y la publicó en una editorial de Zúrich.
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Un día en la vida de la soldado Frei
El ambiente es tranquilo y relajado. A los compañeros no parece importarles tener entre ellos a una mujer en la conversación. No piensan mucho acerca de las mujeres en el ejército, sino más bien en terminar su propio servicio militar, pues quieren comenzar cuanto antes sus estudios. Frei también tiene planes. Quiere recuperar el diploma federal de enseñanza secundaria (Matura/maturité) y estudiar sociología. Con la coherencia con que lleva su vida, se puede confiar en ella.
Asume voluntariamente el turno de noche
Después de la pausa del almuerzo continúan viajando hacia el oeste. Los soldados atraviesan un paisaje de colinas llenas de prados, dejan atrás castillos, grandes fincas, viñedos y pueblos pintorescos. “Esto es casi mediterráneo”, afirma Frei. Y con razón. Gracias a la proximidad del Lago Leman esta zona del sur del Jura disfruta ya de un clima mediterráneo, que permite el cultivo de la vid. Durante su servicio, Frei ha podido descubrir, en el espacio más pequeño, la diversidad de Suiza.
Frei y sus compañeros descargan el Duro y el remolque en el campo militar de Bière, una extensa área con instalaciones de tiro y ejercicios, como hileras de casas artificiales para el combate terrestre. Frei y sus compañeros no saben exactamente lo que dejan en el remolque a sus camaradas de la Suiza occidental. Tampoco les importa. Quieren volver cuanto antes a su unidad para estar presentes cuando pasen lista. Porque acto seguido los soldados podrán irse a casa para pasar el fin de semana.
Aunque no es el caso de Frei. Desde hoy tiene guardia. Se ha ofrecido voluntaria para el turno de noche.
swissinfo.ch: Usted se ha apuntado voluntariamente como mujer a hacer el servicio militar porque considera injusto que sea obligatorio solo para los hombres. ¿Por qué es injusto?
Zoé Frei: La obligatoriedad solo para los hombres corresponde a un modelo de roles ya obsoleto, en el que el hombre defiende y la mujer se esconde. Hoy día no existen ya razones convincentes por las que los hombres deban servir en el ejército y las mujeres no.
swissinfo.ch: ¿Qué razones se esgrimen en Suiza contra la obligación del servicio militar para las mujeres?
Z. F.: El argumento más frecuente es el de las diferencias físicas, es decir, que las mujeres por naturaleza somos menos fuertes que los hombres. ¡Lo cual es cierto en términos generales! Sin embargo, en mi opinión ese argumento cojea, ya que en el ejército hay muchos trabajos en los que hay que utilizar la cabeza y la fuerza física no vale para nada. Tampoco me convence el argumento de que las mujeres tienen hijos. ¡No se puede oponer una libre elección, como tener hijos, a la obligación de hacer el servicio militar!
swissinfo.ch: ¿Y qué razones se esgrimen en su entorno, por ejemplo entre sus amigas?
Z. F.: Por ejemplo, la desigualdad salarial. Como las mujeres normalmente ganan menos que los hombres por el mismo trabajo, no deben cumplir el servicio militar. No entiendo ese argumento, porque no se puede compensar una injusticia con otra injusticia. Además, por ley tenemos garantizada la igualdad salarial. Cualquier mujer puede poner una denuncia si, injustificadamente, gana menos que un hombre.
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Traducción del alemán: José M. Wolff
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