Solidaridad renovada en torno a Maurice Demierre
Cuando las balas de ‘la contra’ lo alcanzaron, Maurice Demierre tenía 29 años y había viajado a Nicaragua, para poner sus conocimientos como técnico agrícola al servicio de un país que trataba de reconstruirse luego de una prolongada dictadura. De eso hace 30 años y en Suiza, su país, su recuerdo está vigente…
“En ese momento yo tenía solo dos años, pero desde niña escuché hablar de Maurice a mis padres y a mis abuelos, al resto de la familia”, recuerda Julie, su sobrina. “Hablaban de su objeción de conciencia en Suiza, de su compromiso en Nicaragua como técnico y como militante solidario y cristiano a favor de los más desfavorecidos”.
Para ella, la ola de solidaridad renovada que generó el trigésimo aniversario de la muerte del voluntario de ‘Frères sans Frontières’ (hoy E-CHANGER) “es una forma de actualizar y dar fuerza a su memoria, pero con contenidos y lenguaje propios; es decir, juveniles”.
Y es que en el amplio programa de la conmemoración figuran cuatro convocatorias públicas en Friburgo entre febrero y marzo, celebraciones eucarísticas, manifestaciones culturales y una cena popular con centenares de participantes convocados por un grupo de jóvenes.
La agenda se prolongará hasta mediados de año cuando una “brigada”, como aquellas que viajaron a Nicaragua tras la victoria sandinista, se trasladará al país centroamericano para rendir homenaje a varios internacionalistas europeos abatidos en 1986. Entre ellos a Maurice Demierre en el lugar en que fue abatido el 16 de febrero de 1986 en las cercanías de Somotillo, -poblado norteño de Nicaragua muy próximo a la frontera con Honduras- donde se encuentra entrerrado.
Las imágenes, un detonante
Julie recuerda que en 2006 el filme ‘Que Viva Mauricio….y también la revoluciónEnlace externo’ del cineasta suizo Stéphane Goël, fue lo que se convirtió en un verdadero detonante para ella para su hermana Eloïse.
“Descubrimos a través de esas imágenes toda la dimensión de ese país, de ese momento histórico particular que había vivido luego de la Revolución Sandinista de 1979, su sufrimiento y coraje, la importante presencia de cooperantes internacionalistas y facetas personales de mi tío”.
Un segundo momento importante en ese proceso de toma de conciencia fue el viaje que ambas, junto con otras amigas, realizaron a Nicaragua en el 2011. Luego de prepararlo durante dos años. “Muy trascendente. Impactante. Visitamos la zona donde habían trabajado con su compañera Chantal Bianchi en esos años. La gente que los habían conocido nos agradecía por la solidaridad. Pero realmente nosotras no habíamos hecho nada especial, aparte de ser miembros de la Asociación Maurice Demierre (ADM), creada en Suiza en 1999”, recuerda la joven educadora.
Con tantas vivencias significativas en Suiza y en ese país centroamericano, “nos dijimos que era importante comprometernos más activamente en la solidaridad concreta. Que teníamos que ayudar a hacer visible el trabajo de la AMD y promover sus proyectos”. Y en ese marco nació la idea de las actividades del 30 aniversario convocadas por media docena de jóvenes, pero que moviliza a un numeroso grupo de benévolos, muchos de ellos de la red de sus propios amigos.
La conmemoración se inició el sábado 13 de febrero con una Fiesta sin Fronteras y se prolongó el día siguiente con un Aperitivo-Cine-Intercambio, en los locales de Ebullition en Bulle, con la participación de unas 300 personas.
El sábado 5 de marzo continúa con una cena de solidaridad en Friburgo destinada a recaudar fondos para reforzar comunidades campesinas nicaragüenses, y al día siguiente, con una Misa en la iglesia de Bulle.
Semilla de solidaridad
“Al ver este intenso compromiso de los jóvenes, experimento una profunda emoción. Y constato que hemos podido transmitirles los valores de solidaridad y servicio a los otros. Me reasegura ver que existen nuevas energías juveniles para continuar trabajando para un futuro mejor y más justo”, enfatiza Anne-Claude Demierre, cuñada de Maurice y miembro del ejecutivo del cantón de Friburgo.
“Las semillas que sembró Maurice están germinando”, subraya. Recuerda que fue la muerte de su cuñado, cuando ella tenía 25 años, el detonante del inicio de su compromiso político, primero a nivel comunal y luego.
“En mi caso, sentí que era más importante intentar promover los cambios aquí, pero sin perder de perspectiva el valor trascendente de la solidaridad internacional y el apoyo a proyectos de desarrollo en rincones del planeta donde hay tanta gente desfavorecida”, enfatiza.
La mirada del “Sur”
“Me siento profundamente conmovida y emocionada, ya que nunca imaginé la fuerza de la convocatoria y movilización solidaria aquí en Suiza”, reflexiona la ingeniera agrónoma nicaragüense Jehovania Torres, quien coordina en ese país centroamericano la media docena de proyectos que sostiene en la actualidad la Asociación Maurice Demierre.
Invitada para participar en la celebración de los 30 años, Torres subraya que lo más impactante para ella es comprobar que a pesar de haber pasado tanto tiempo, se siente la presencia de Maurice en las zonas de Nicaragua donde trabajó, así como en las actividades que presenció en Bulle.
“Participar en esta celebración es como hacer un viaje al pasado de mi propio país, a una época que no conocí pero que fue tan significativa en nuestra historia”, señala la joven coordinadora que en el 1986 solo tenía dos años.
“Es admirable, también, ver todo el trabajo enorme de tanta gente, y en particular de jóvenes de mi propia edad, para sustentar los proyectos solidarios allá”, enfatiza Torres.
La AMD sostiene a productores agroecológicos en la zona de Jinotepe y Santa Teresa (al sur de la capital Managua); una lechería que produce quesos de tipo suizo en La Garnacha (en el norteño Departamento de Estelí) y actividades de prevención y acompañamiento a jóvenes con adicción en la ciudad atlántica de Bluefields. También proyectos con niños y financiamiento con microcréditos en Villanueva, en el Pacífico occidental.
“Homenaje y solidaridad”
1986 fue un año trágico en Nicaragua. Asesinaron a Maurice, a Yvan Leyvraz, también suizo, a Joël Fieux, francés, a Berndt Koverstein, alemán, y a miles de colegas nicaragüenses, recuerda Gerald Fioretta, militante de la primera época del movimiento helvético que apoya a la América Central, y uno de los organizadores de la Brigada Nicaragua 2016.
La misión reunirá a unos 40 participantes que se desplazarán a ese país centroamericano a finales de julio, “para rendir homenaje a los cooperantes internacionalistas suizos y europeos que fueron asesinados por la contrarrevolución, así como a sus familias y comunidades”.
El objetivo del grupo es también conocer ‘in situ’ la situación actual de ese país y reflexionar sobre los objetivos futuros de la solidaridad internacional.
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