La Suiza fuera de las rutas habituales
La Suiza turística no se limita a Zermatt y St. Moritz. En Suiza también hay destinos menos conocidos y más asequibles. swissinfo.ch ha visitado el cantón del Jura y ha descubierto propuestas realmente sorprendentes.
Caballos, rebaños de ganado, valles salvajes, caravanas como medio de transporte y carne seca como comida. El Jura es algo así como el ‘lejano oeste’ suizo. Con sus bosques, ríos, estanques y tierras altas, la región del noroeste de Suiza, en la frontera con Francia, recuerda a Montana. Sus acantilados de piedra caliza, sin embargo, evocan al Gran Cañón del Colorado.
Entre los turistas suizos el Jura es conocido, sobre todo, por el senderismo, el ciclismo, la equitación o el piragüismo. Pero, ¿este cantón es también un lugar ideal para disfrutar de unas vacaciones en familia con niños pequeños? Para responder a esta pregunta, swissinfo.ch ha visitado las comunas de Delémont y Rebeuvelier.
Ciudad vieja desierta
Nuestro viaje comienza en la estación de Delémont. En el camino hacia nuestro primer destino, el casco antiguo de la localidad, a quince minutos a pie, hacemos nuestra primera parada en la plaza de la estación: un juego de agua despierta la curiosidad del niño que realiza esta prueba. Seguir de largo resulta impensable. El niño se junta a la chiquillería que corre por entre los chorros de las fuentes tratando de evitar que les salpiquen.
Alrededor de la plaza, la gente se toma un café o una copa de vino mientras observa el bullicio reinante. Parece casi como que estuviéramos en Italia o España. Comparado con esta alegre animación y el dinamismo del barrio de la estación, el casco antiguo se ve muerto.
Incluso el patio del castilloEnlace externo está completamente desierto. Durante la hora que pasamos allí, no nos cruzamos con ningún otro visitante. A pesar del calor del verano, la fuente no emana agua.
Especialidades y juegos
En caso de tener ganas de comer algo, en Delémont, no hace falta buscar ningún restaurante. El supermercado del casco antiguo ofrece especialidades del Jura, como salchichón al ajo, tocino ahumado, el queso local ‘Tête de Moine’ y diferentes licores de frutas. La cocina del Jura es famosa por su tarta de nata agria, las salchichas con comino y sus licores de ciruela.
Dejamos atrás el casco antiguo para pasear por el otro lado de la estación de trenes. Aquí se encuentra el laberinto más grande de Suiza, instalado en un campo de maíz. Se han creado amplias pasarelas que permiten explorar el entorno con un cochecito de niños todo terreno con relativa facilidad. El laberinto conduce a un parque infantil con castillos hinchables, trampolines y paredes de escalada. Los animadores juegan con los niños algo mayores, mientras los adultos descansan en tumbonas.
Separatismo
Al final del día, tomamos el autobús postal para llegar al pequeño pueblo de Rebeuvelier. En el camino, las fábricas abandonadas se mezclan con casas medio destruidas y mansiones en ruinas que recuerdan una época en la que la industria de relojes todavía era boyante. Hoy, el cantón del Jura es uno de los más pobres de Suiza.
En Rebeuvelier, caminando hacia la plaza del pueblo, nos encontramos con una bonita capilla. La inscripción ‘Jura Libre’ en la fachada de una casa revela la agitada historia de la región. El Jura no es solo el ‘lejano oeste’ suizo y la meca de la relojería; también es la Irlanda del Norte helvética. Este territorio francófono y católico, en su mayoría, perteneció al cantón de Berna, germanófono y protestante. Una situación que originó conflictos étnico-religiosos y un movimiento separatista caracterizado por atentados con bomba.
El conflicto de más de 200 años se resolvió finalmente sin violencia: en 1978 el 82,3% de los suizos aceptó la creación del cantón del Jura. Pero el debate continúa. Recientemente, los habitantes de Moutier (una ciudad que permaneció en el cantón de Berna) han decidido en referéndum pasar a formar parte del cantón del Jura.
Una noche en un carromato
En el Jura hay muchos alojamientos singularesEnlace externo: tiendas indias, caravanas de circo, yurtas o cabañas en los árboles. En el camping de RaimeuxEnlace externo, optamos por alojarnos en una carreta provista de un colchón de paja realmente cómodo. Situada al borde del terreno, desde la cama disfrutamos de vistas sobre las verdes colinas.
Nos despertamos con el mugido de las vacas y el canto de los pájaros. Para desayunar, el camping ofrece trenzas frescas [pan típico] que hay que encargar al gerente la noche anterior.
Una sorpresa agradable es que la estancia en el camping da derecho, igual que en algunos hoteles, al ‘Jura-Pass’ que permite viajar gratis en transporte público a través del cantón. Pasar la noche en un carro cuesta solo 20 francos. Los niños pequeños no pagan.
Aventura en solitario
Seguimos hacia el Restaurante du MoulinEnlace externo, punto de partida del Parque de Aventura JuraEnlace externo que ofrece paseos entre los árboles y un camino que hay que recorrer descalzo. Pero, contrariamente a lo que dice el sitio web, en la cafetería al mediodía no hay ni un alma. Las puertas están cerradas a cal y canto. También está desierta la cabaña del portero del sendero de los pies descalzos.
Afortunadamente, el recorrido puede hacerse sin ayuda. Basta con meter una moneda de 5 francos en una caja y adentrarse en el camino compuesto por piñas, gravilla o corcho. El precioso paseo de dos kilómetros continúa entre campos y bosque. La actividad es apta para niños, aunque hay que prestar atención a los pequeños y estrechos puentes de madera. Los puntos en los que se pueden refrescar los pies y los brazos en agua helada, según el método Kneipp, son más bien para los adultos.
El sendero termina con una desilusión: las atracciones para los más pequeños están cerradas por obras. A pesar de ser temporada alta, no nos cruzamos con nadie. En resumen, el Jura es el destino de vacaciones perfecto para aventureros, románticos y familias en busca de soledad y retiro.
St-Ursanne: Ciudad medieval con una colegiata y un claustro del siglo XXI.
Porrentruy: Casco antiguo con iglesias y un castillo medieval, Museo Jurassica y Jardín Botánico
Develier: El Museo Chappuis-Fähndrich expone objetos históricos de la vida en el Jura
Les Breuleux: Residencia para caballos Enlace externo
Soulce: Un pueblo con muchas granjas declaradas patrimonio
Delémont: Casco antiguo, castillo y Museo del Jura
Réclère: Cueva de estalactitas y Parque Préhisto
Entre Tramelan y Saignelégier: Reserva natural con pantano
Ferrocarriles del Jura: Excursiones en locomotora de vapor con asalto de vaqueros a caballo Enlace externo
Industria relojera: Tren de los relojeros, visitas guiadas a varios museos. En Porrentruy se puede visitar una fábrica y ver cómo se fabrica un reloj, o incluso hacer un reloj y llevárselo de recuerdo.
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Traducción del francés: Lupe Calvo
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