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«Una agresión sexual es un asunto de poder»

En Seebach, los edificios de la escuela donde estalló el escándalo. Keystone

De los trece presuntos culpables de violación en el barrio de Seebach, sólo dos comparecerán ante los tribunales. Pero una no-inculpación no quiere decir que no pasó nada, anota la especialista Regula Schwager. Entrevista.

Para esta psicóloga y psicoterapeuta de la asociación Castagna, en Zúrich, que asiste a víctimas en toda Suiza, una violación jamás es banal.

El Ministerio Público de Zúrich inculpó a dos personas, incluido un adulto, de las trece implicadas originalmente en el asunto de la presunta violación colectiva en el barrio de Seebach, de la ciudad de Zúrich, en noviembre de 2006.

Los procedimientos fueron abandonados en el caso de siete personas. Sanciones de carácter educativo fueron pronunciadas contra cuatro jóvenes, pero por otros delitos. Los tribunales de distrito de Zúrich y de menores se ocuparán de ambos casos.

El ministerio subraya que hay violación sólo si existen amenazas o violencia para forzar a la víctima a someterse al acto sexual. No se pudieron presentar pruebas de tales conductas en el caso de diversos inculpados, lo que detuvo el proceso en su contra.

Y en el nuevo caso de violación que estremece Suiza, del equipo de fútbol FC Thun, muy rápidamente se evocó la probable culpabilidad de la víctima misma.

Análisis con Regula Schwager, psicóloga y psicoterapeuta de la asociación Castagna, de Zúrich, que no trató profesionalmente el caso de Thun ni el de Seebach.

swissinfo: ¿La justicia carece de medios para juzgar los casos de agresión sexual contra menores?

R.S.: La mayoría de los casos no desemboca en ninguna inculpación, lo que no quiere decir que no pase nada. Casi nunca hay pruebas y los investigadores se confrontan a declaraciones contradictorias. Lamentablemente es y sigue siendo la víctima la que debe probar que sucedió algo, mientras que debería ser el autor de la infracción el que debería probar que no pasó nada.

Las víctimas se encuentran a menudo en una relación de profunda dependencia de su agresor. No están en situación de defenderse, de decir no. Las asaltan sentimientos de vergüenza, lo que no contribuye a la formulación de declaraciones claras ante la justicia. Los niños, casi exclusivamente agredidos por personas que les son próximas, con frecuencia quieren protegerlas.

swissinfo: En los casos de Seebach y de Thun, los chicos afirman que la joven estaba de acuerdo.

R.S.: Es una afirmación típica de los agresores: «ella estaba de acuerdo», «ella me sedujo». Pero cuando existe una relación de dependencia entre dos personas, una sexualidad basada en un acuerdo recíproco es rigurosamente imposible. ¡Los agresores pretenden cosas así hasta cuando su víctima es un niño de 3 o 4 años!

swissinfo: La opinión pública piensa muy rápidamente que una joven inventó acusaciones cuando la justicia no logra inculpar o condenar a los violadores…

R.S.: Ante lo que es potencialmente horrible de admitir, nosotros, la sociedad, preferimos inconscientemente la versión más digestible. Pienso también que nos identificamos más de buena gana con el fuerte que con el débil.

Entonces, una agresión sexual es ante todo un asunto de poder: el que agrede demuestra su fuerza. Uno de los elementos que caracteriza la agresión sexual, y toda agresión física, desde el punto de vista de la víctima, es en cambio, el sentimiento de impotencia, uno de los sentimientos más traumatizantes. Tomar posición por el agresor es un fenómeno inconsciente de resistencia contra circunstancias, de hecho, insostenibles.

¡Pero una niña de 15 años tiene el derecho de idolatrar a un jugador de fútbol, tiene el derecho de ir a por un cable i-pod (como fue el caso en Seebach, ndlr). ¡Corresponde al agresor asumir su responsabilidad!

swissinfo: ¿Eso es válido si el agresor es menor?

R.S.: ¡El agresor, mayor o menor, es siempre, de cabo a rabo, el único responsable! Un agresor menor de edad utilizará la diferencia de edad, su mayor fuerza física, su influencia en el seno de un grupo y muchos otros factores, para ejercer su potencia. El asunto se plantea en cambio de otro modo si los agresores son niños, es decir, si tienen menos de diez años. Es otro tema.

swissinfo: ¿El hecho de que una víctima dé a veces la impresión de indiferencia con respecto a lo que le sucedió y a veces se muestre profundamente afectada es contradictorio?

R.S.: No, es un mecanismo de defensa contra los recuerdos traumatizantes. Tuve el caso de una mujer que estuvo a punto de perder la vida durante una agresión sexual y que me contó todo riéndose.

swissinfo: ¿No tiene usted a veces el sentimiento de efectuar un trabajo de Sísifo?

R.S.: Sería ingenuo creer que se puede acabar con la explotación sexual. Pero cuando advertimos que es posible devolver la luz a la vida de las víctimas, devolverles una calidad de vida perdida, el combate vale verdaderamente la pena.

Espero que la sociedad aprenderá a no repetir, sin ponerlos en tela de juicio, los prejuicios contra las víctimas. Y no hay que olvidar el extremo desamparo de los niños -y ellos representan del 80 al 90% de los casos de agresiones sexuales-, que sufren en silencio.

swissinfo, Ariane Gigon, Zúrich
(Traducción, Marcela Águila Rubín)

El 16 de noviembre de 2006, la policía de Zúrich detuvo a 12 chicos menores y a un adulto de 18 años de edad sospechosos de estar implicados en la violación, dos tardes consecutivas, de una alumna de 13 años en el barrio de Seebach, en Zúrich.

La información divulgada durante una conferencia de prensa posterior será criticada: los investigadores hablan de agresores y no de presuntos agresores.

Según el proceso verbal de la audición de la víctima, parcialmente desvelado a la prensa en noviembre de 2007, pero sin gran eco, la alumna declaró que habría preferido «estar muerta». Después de la primera audición, no pudo volver a ser interrogada durante varias semanas por razones de salud.

El asunto levantó aún más ámpula porque los muchachos son de origen extranjero y el caso sucedía después de aquel de Steffisburg, donde ocho jóvenes mayoritariamente extranjeros agredieron a una alumna de 14 años.

En julio de 2007, el Tribunal para menores de la región de montaña bernesa absolvió a cinco de los ocho acusados. Dos fueron acusados por agresión sexual y recibieron condenas con remisión condicional. Un caso todavía está pendiente.

El pasado 13 de noviembre, la policía detuvo en Thun a doce jóvenes, jugadores del equipo de fútbol FC Thun, por el presunto abuso sexual de una adolescente de 15 años. La investigación está en proceso.

Reconocido desde 1993 por el cantón de Zúrich como centro de ayuda a las víctimas, Castagna, oficina de consejo y asistencia para los niños y jóvenes víctimas de explotación sexual, fue el primer centro de su género en Suiza.

Las consultas son gratuitas. En 2006, Castagna trató los casos de 1114 personas, contra 974 el año anterior, procedentes de casi todos los cantones, incluidos Neuchâtel, Friburgo y el Valais, de la Suiza francófona.

Además de las subvenciones cantonales y las cuotas de sus miembros, la asociación vive de donativos (PC 80-27978-2) y del cobro de los cursos de formación que organiza.

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