Estudio examina la salud de los indocumentados en Ginebra
Poco a poco, Ginebra está descubriendo más sobre los miles de inmigrantes indocumentados que se cree que hay en la región. Los resultados iniciales de un estudio de cuatro años de duración sobre la salud y las condiciones de vida de los inmigrantes ilegales y regularizados arrojan algunas conclusiones preliminares importantes.
Se cree que unos 76 000 inmigrantes ilegales viven en Suiza (véase el cuadro sinóptico que figura a continuación). De ellos, el cantón de Ginebra alberga a unas 13 000 personas. En 2015, las autoridades locales y federales pusieron en marcha un plan piloto único, conocido como Operación Papyrus, destinado a conceder a inmigrantes indocumentados de larga duración en Ginebra permisos de residencia oficiales. El programa que se calcula beneficiaría a unas 2 000 personas concluirá a finales de este año..
Paralelamente al lanzamiento de Papyrus, un equipo de investigadores de la Universidad de Ginebra inició un estudio de cuatro años sobre las condiciones de vida de los inmigrantes ilegales en Ginebra y el impacto del proceso de regularización en sus vidas. En el marco de la investigación se entrevistaron a 450 inmigrantes indocumentados, 300 de los cuales se beneficiaron del plan Papyrus.
El equipo presentó varios resultados sobre el estudio el mes pasadoEnlace externo. Entre ellos, que el 38% de los migrantes ilegales se niega a buscar atención médica debido a los altos costos, en comparación con el 14% de los residentes suizos y el 22% de los que se beneficiaron del plan Papyrus.
Entre los migrantes ilegales que no tenían seguro médico básico, las enfermedades crónicas estaban más presentes. Los problemas de salud mental también fueron más comunes, y se identificaron signos de depresión entre el 60% de los encuestados.
«La mala salud mental debido a la exposición a diferentes fuentes de estrés es preocupante», dijo el coautor del estudio y médico del Hospital Universitario de Ginebra, Yves Jackson al periódico Tribune de GenèveEnlace externo.
«La depresión y la ansiedad son a menudo una preocupación secundaria, pero tienen un impacto muy claro en la calidad de vida.»
Los hallazgos sobre el empleo y la situación financiera de estas personas señalan que el mercado de trabajadores domésticos es el que parece regular el flujo de trabajadores ilegales hacia Ginebra. La mayoría son mujeres que responden a la demanda de ayuda doméstica del mercado local. Los salarios mensuales medios oscilan entre los 1 600 y 2 800 francos suizos. Los ingresos son superiores para aquellos que ya han obtenido la regularización de su situación o están en el proceso de candidatura para obtenerla.
¿Qué pasa después de Papyrus?
Mientras que el estudio universitario, financiado por la Fundación Nacional Suiza para la Ciencia, continuará en los próximos años, todas las miradas están puestas en el proyecto Papyrus. El proyecto piloto finalizará este año, y se espera que las autoridades hagan una evaluación y un anuncio oficial en las próximas semanas. Sin embargo, existe una gran incertidumbre sobre lo que vendrá después y la situación de las futuras solicitudes de regularización en Ginebra.
«Tenemos grandes esperanzas de que continúe esta operación y hay señales de ello, pero mucho depende de la nueva ministra de Justicia [Karin Keller-Sutter] en Berna», comenta Remy Kammermann, abogado del Centro Social Protestante, una de las instituciones que colabora en apoyar a los inmigrantes que pueden cubrir las exigencias para la regularización.
Ginebra ha ido mucho más lejos que otras regiones suizas con este proyecto. Sin embargo, en algunos cantones se han producido importantes avances.
El mes pasado, el parlamento de la ciudad de Zúrich votó en favor de la introducción de tarjetas de identidad
para todos los residentes, incluidos los que se encuentran en el país de forma ilegal. El ayuntamiento, que se había opuesto a la idea, tiene ahora dos años para redactar un proyecto de ley a tal efecto.
La llamada «tarjeta de la ciudad de Züri» permitiría a los residentes identificarse con las autoridades, en particular con la policía. Los partidarios también quieren que la tarjeta permita a los titulares acceder a los servicios públicos y privados sin temor a ser arrestados, como se hace en Nueva York. Otras ciudades, como la capital suiza, Berna, también están considerando la posibilidad de introducir una «City Card» similar.
Por su parte, el periódico dominical Il Caffe informó que en el cantón del Tesino, de habla italiana, una directiva cantonal emitida en agosto exige a los profesionales de la salud que trabajan para el organismo cantonal de salud que «indiquen sistemáticamente a las autoridades cualquier persona sin documentación, presuntos solicitantes de asilo, extranjeros en tránsito o sospechosos que lleguen a las salas de emergencia solos o en ambulancia».
Cristina Oberholzer Casartelli, directora de la Oficina de Apoyo Social e Integración, que está detrás de la medida solo establecida en el Tesino – dijo al diario Le Temps el lunesEnlace externo que no deseaba interferir en las actividades médicas, pero que la instrucción era con fines administrativos y contables para «facilitar la emisión de facturas por los servicios de salud prestados por la EOC».
Sin embargo, los médicos y los funcionarios de salud locales han expresado su profunda preocupación por los objetivos de la directiva, afirmando que el papel del médico es cuidar a los pacientes y no denunciar a los inmigrantes ilegales.
El estudio más reciente de la Secretaría de Estado de Migración – dependencia a nivel federal – reveló que en 2015 había aproximadamente 76 000 inmigrantes indocumentados en Suiza, de los cuales el 12% eran menores de edad. Se cree que casi la mitad reside en cuatro cantones: Zúrich (28 000), Friburgo (20 000), Ginebra (13 000) y Vaud (12 000).
En total, el 43% procede de América Latina, principalmente de Ecuador, Bolivia y Brasil. Alrededor del 24%, de países europeos no pertenecientes a la Unión Europea y a la Asociación Europea de Libre Comercio (AELC), muchos de ellos de la antigua Yugoslavia. Otra parte significativa procede de África (19%) y Asia (11%).
La mayoría de los migrantes indocumentados trabajan en taras domésticas, la construcción, la hostelería y la agricultura.
El estudio mostró que el 19% de las personas sin documentos de estancia legales en Suiza habían vivido en el país durante más de diez años, el 35% durante cinco a diez años, el 25% durante menos de cinco años y el 21% durante menos de un año.
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