La marca suiza de construcción sostenible Minergie es todo un éxito en la Suiza de habla alemana. Una familia nos muestra las características principales de su apartamento, concebido para ahorrar energía y respetar el medio ambiente. Hay diferencias notorias respecto a la vivienda tradicional.
Erica y Mirko acumulan quince años de experiencia con esta etiqueta sostenible. Primero alquilaron un apartamento certificado por Minergie y luego, hace cinco años, compraron su vivienda en una copropiedad en la aglomeración de Zúrich, donde viven con sus tres hijos de diez, cuatro y un año.
Sin embargo, se trasladarán pronto a una vivienda adosada, que esta vez no cumplirá con los estándares de Minergie. “Nos vamos de aquí contentos y tristes al mismo tiempo”, dice Erica. A la familia le gusta la urbanización actual. Y si se van, no es por Minergie. Cuando compraron el apartamento tenían dos hijos, pero el tercero llegó de manera inesperada. Por lo que necesitan más espacio.
Minergie en el día a día
La mayor diferencia respecto a un apartamento tradicional probablemente es que para ventilar no hace falta abrir las ventanas, pues el cambio de aire es automático. Sin embargo, “cuando cocinamos, debemos impulsar la ventilación para cambiar el aire más rápidamente”, explica Mirko. “¡Y encender el fuego en la chimenea resulta bastante complicado!”. Hace falta un poco de práctica por la presión del aire y el nivel de oxígeno. En cambio, cuando vuelves de vacaciones, el apartamento no huele a cerrado.
Aquí, Erica y Mirko pueden regular la calefacción y abrir las ventanas, cosa que no podían hacer en el apartamento que alquilaban antes. “Todo estaba determinado de antemano”, cuenta Erica. Además, el sistema renovaba el aire de todo el edificio. “Cuando el inquilino de abajo comía pollo, lo sabíamos”, indica Mirko. Y se ríen recordándolo.
La ventaja de Minergie es el buen aislamiento y la ventilación controlada, lo cual reduce las pérdidas de calor. “No malgastamos energía”, dice Erica.
El precio de Minergie
Mientras Minergie permite ahorrar energía y, por lo tanto, reducir costes, el mantenimiento del sistema de aireación es costoso y hay que cambiar regularmente el filtro. La etiqueta, asimismo, no es gratuita: por la certificación de una pequeña villa, el promotor paga un mínimo de 1 200 francos.
Los gastos del apartamento de Mirko y Erica ascienden a casi 10 000 francos al año. En esa cantidad además de la electricidad, la calefacción, y el agua, también se incluyen el jardinero, el ascensor, el arrendamiento de la infraestructura de calefacción y el fondo de renovación.
A esos 800 francos de gastos mensuales, hay que añadir la hipoteca: 2 300 francos. El apartamento, por lo tanto, viene a costarles 3 100 francos al mes en total. Menos que la renta del apartamento que alquilaban antes. “Con los tipos de las hipotecas bajos y si se dispone de capital, es mejor comprar que alquilar”, explica Erica. Es más, según las normas de Minergie, la construcción está subvencionada y los bancos pueden acordar tipos preferenciales a la hora de conceder el préstamo hipotecario.
“El promotor puede beneficiarse de los programas de subvenciones cantonalesEnlace externo y nacionales”, confirma igualmente Minergie Suisse. “Y muchas entidades financieras conceden préstamos hipotecarios ventajosos o contribuyen al costo de la certificación”.
El auge de la etiqueta en Suiza
Erica también cuenta que la gente a su alrededor está construyendo, prácticamente en exclusiva, según los estándares de Minergie. Las tres marcas, Minergie, Minergie-P y Minergie-A, son especialmente populares en la Suiza de habla alemana; y todavía más, en Zúrich.
Contenido externo
La historia del sello es una historia de éxito, y Minergie, en los últimos veinte años, ha certificado casi 50 000 edificios. “Dependiendo de la región, esto representa entre el 10% y el 25% de las nuevas construcciones”, expone Andreas Meyer Primavesi, el director de Minergie Suisse. De acuerdo a estos estándares, ahora están construyendo escuelas, hospitales, edificios administrativos y grandes complejos.
En la creación de la etiqueta, en un principio jugaron un papel importante los aspectos ecológicos. Aunque hoy en día muchos empresarios escogen Minergie incluso por razones económicasEnlace externo. “Las investigaciones demuestran que el alto confort y el buen mantenimiento de su valor son también determinantes a la hora de elegir construir de acuerdo a Minergie”, señala Andreas Meyer Primavesi. Dicho de otro modo: una propiedad certificada por Minergie puede venderse a un precio más alto.
“La ventilación puede producir aire demasiado seco o ruido si está sobredimensionada o mal ajustada”, admite Andreas Meyer Primavesi. Es por lo que la asociación ha puesto en marcha un nuevo sistema que garantice la calidad.
Erica y Mirko no tienen problemas con la ventilación. “[El ambiente] es un poco seco, lo cual se nota en los muebles de madera”, dice Mirko. Pero no es molesto y la familia también se ha acostumbrado al ruido.
En la nueva casa que les espera, todo será algo diferente. No habrá ventilación automática y un aislamiento peor podría suponer costes de calefacción más elevados. Ya lo verán. Pero Erica está encantada con la cocina cerrada, aunque no se ajuste a la moda actual. “Los niños podrán hacer los deberes en la mesa de la cocina. Es agradable”.
Certificación Minergie
Minergie es un estándar suizo para la construcción sostenible. El objetivo es reducir el consumo energético mediante un buen aislamiento y una ventilación controlada. Las casas certificadas por Minergie deben prescindir el gas o el petróleo y apostar por sondas térmicas o paneles solares. Desde 1988, la marca pertenece a la asociación Minergie SuisseEnlace externo, que cuenta con el apoyo de la Confederación y los cantones. Los derechos de marca tienen validez en Suiza, Liechtenstein, Alemania y Japón.
¿Cómo evitar que la IA sea monopolizada por países y empresas poderosas?
La IA tiene el potencial de resolver muchos de los problemas del mundo en general. Sin embargo, los países más ricos y las empresas tecnológicas pueden intentar acaparar estos beneficios.
Si quiere iniciar una conversación sobre un tema planteado en este artículo o quiere informar de errores factuales, envíenos un correo electrónico a spanish@swissinfo.ch.
Leer más
Mostrar más
Vivienda participativa: ahorro y nuevas formas de convivencia urbana
Este contenido fue publicado en
En la actualidad Ginebra y las ciudades de la Suiza de habla alemana son un campo de pruebas de formas de vivienda fuera de lo común. Este modelo suizo (particularmente zuriqués) también empieza a darse en otras partes del país y en el extranjero para poder hacer frente a muchos problemas en torno a la…
Este contenido fue publicado en
En Suiza la mayoría de la población vive de alquiler. En 2016, 2,2 millones de hogares vivían en un apartamento alquilado y 1,4 millones, en inmuebles de su propiedad. Desde 1970, la tasa de viviendas en propiedad ha seguido creciendo en el país. En 2017, el parque de viviendas contaba con 4,47 millones de hogares…
Este contenido fue publicado en
El bloque de viviendas conocido como ‘La casa del futuro’ que se construye en Brütten, en el cantón de Zúrich, es un ejemplo de eficiencia energética. Será el primer inmueble energéticamente autosuficiente en el mundo, que utilizará la energía solar para producir la electricidad y calefacción que necesitan los inquilinos, sin conexión a la red…
Sociedad de 2000 vatios: el futuro ya es una realidad
Este contenido fue publicado en
¿Es posible consumir la mitad de energía y mantener un buen nivel de confort? En Suiza nacen los primeros barrios de viviendas y servicios compatibles con los objetivos de una ‘sociedad de 2000 vatios’, cuyo objetivo es garantizar una utilización sostenible de los recursos sin comprometer la calidad de vida.
Situado en la periferia de Berna, en las proximidades de una línea ferroviaria y de una autopista, el nuevo complejo habitacional Stöckacker Süd se asemeja a muchos otros que están en fase de construcción en Suiza. Tres grandes edificios de 5 a 6 plantas en cemento, con balcones a lo largo de toda la fachada, que albergarán 146 viviendas en 2017. La primera de ellas estará lista para vivir de aquí a fines de año.
A primera vista, nada hace pensar que esta edificación está destinada a convertirse en uno de los primeros prototipos zona residencial con un consumo energético mínimo. Este objetivo se inscribe dentro de la denominada ‘sociedad de 2000 vatios’, o sea, un consumo de 2000 vatios por persona, que se volverá la norma en las próximas décadas. Los edificios, construidos con hormigón reciclado y perfectamente aislados, corresponden a los estándares Minergía-P-Eco que, además de garantizar una máxima eficiencia energética, aportan otras ventajas, como una óptima iluminación natural, espacios interiores libres de sustancias contaminantes y materiales de baja radiación.
Sociedad de 2000 vatios
Los 195 países que participaron en la Conferencia Internacional sobre el Clima (COP 21), celebrada en diciembre en París, llegaron a un acuerdo sobre el uso sostenible de los recursos y de las fuentes energéticas, con el fin de limitar de aquí al año 2100 el aumento de la temperatura global a no más de 1,5-2 grados con respecto a los valores preindustriales.
Este objetivo solo podrá alcanzarse si las emisiones de CO2 per cápita no superan 1 tonelada al año. O bien, según un modelo establecido por la Escuela Politécnica Federal de Zúrich, si la necesidad de energía primaria a escala global no supera una potencia continua de 2000 vatios por persona.
Los 2000 vatios corresponden a un consumo anual de cerca de 17 500 kilovatios hora de electricidad o 1700 litros de petróleo. Hoy, la media mundial ronda los 2500 vatios.
No obstante, los futuros inquilinos de la nueva urbanización tendrán que aceptar también algunas restricciones respecto a otras formas de vida. El espacio habitable no deberá superar los 60 m2 por persona y el garaje dispondrá únicamente de 27 plazas de aparcamiento, de las cuales solo podrán reservarse 15 y se dará prioridad a las personas con discapacidad. De hecho, Stöckacker Süd será un modelo de movilidad sostenible: el complejo se halla a escasos metros de una parada de transporte público y dispondrá de 510 aparcamientos para bicicletas, uno por cada habitación.
Estas restricciones no parecen espantar a los potenciales inquilinos en Berna, donde más de la mitad de los hogares no tienen un automóvil. “Cuando presentamos este proyecto, mucha gente nos advirtió de que no conseguiríamos encontrar suficientes inquilinos. Sin embargo, en el plazo de un par de meses, después de abrir el periodo de inscripción, hemos recibido un número de solicitudes superior al de las viviendas disponibles”, afirma, satisfecho, Renato Bomio, director de los proyectos inmobiliarios de la ciudad de Berna, la promotora de este proyecto.
Distribución equitativa de los recursos
Stöckacker Süd figura entre los nuevos complejos habitacionales en Suiza que han obtenido la certificación ‘Áreas 2000 vatios’, creada por la Oficina Federal de Energía. Este sello se inspira en el modelo de sociedad de 2000 vatios que ha desarrollado la Escuela Politécnica Federal de Zúrich (EPFZ).
Según la EPFZ, el abastecimiento energético en el mundo solo será sostenible y equitativo si la necesidad de energía per cápita –todas las fuentes incluidas– no supera los 2000 vatios. Una potencia continua de 2000 vatios por persona corresponde en la práctica a la media que registraba Suiza en los años 60. Según los investigadores de la EPFZ, este objetivo se puede alcanzar sin comprometer sustancialmente el actual confort de vida, gracias a nuevas soluciones técnicas y una serie de medidas para mejorar la eficiencia energética.
Hoy, sin embargo, Suiza está aún muy lejos de alcanzar esta meta. Solo el 2% de la población consume menos de 2000 vatios. La media por persona supera los 5000 vatios. Mucho menos que Estados Unidos, cuya necesidad energética per cápita es superior a los 10 000 vatios, pero muy por encima de la media africana que equivale a 500 vatios. Mientras los países industrializados están llamados a reducir su consumo energético, los países en vías de desarrollo disponen aún de un margen hasta alcanzar los 2000 vatios. A partir de este límite, afirman los autores del modelo de la EPFZ, un aumento del consumo no se traduce en una mejora relevante de las condiciones de vida.
La visión de una sociedad de 2000 vatios, que se abre camino también en el resto del mundo, se ha convertido en los últimos años en un punto de referencia para la Confederación y para casi todos los cantones. Más de 100 municipios han integrado este objetivo en su reglamento municipal o en su estrategia energética. En algunas ciudades, como Zúrich, Zug y Aarau, ha sido la propia población quien ha sancionado, en votación, la nueva orientación de la política energética. Las áreas de 2000 vatios figurarán entre las principales medidas que promueven algunos municipios para fomentar una utilización sostenible de los recursos y de los vectores energéticos.
Valor agregado
Estos complejos habitaciones no interesan solamente a los poderes públicos, pues quienes llevan a cabo casi todos los primeros proyectos son empresas privadas. “La certificación ‘Área 2000 vatios’ ofrece varias ventajas a los inversores. Respecto a muchos otros grandes proyectos inmobiliarios, es más fácil obtener un permiso de obra de las autoridades para estas áreas. Generalmente originan menos recursos y resulta más fácil que la población los apoye cuando un proyecto se somete a votación”, subraya Heinrich Gugerli, responsable del centro de competencia Áreas 2000 vatios.
Áreas 2000 vatios
La certificación ‘Áreas 2000 vatios’ la otorga la Asociación Ciudad de la Energía, creada por la Oficina Federal de Energía para fomentar las energías renovables y una utilización sostenible de los recursos en los municipios suizos.
Este sello distingue a barrios o urbanizaciones de al menos una hectárea de terreno que satisfacen determinados criterios de sostenibilidad en materia de construcción, saneamiento y gestión de los edificios, así como también en la movilidad inducida
Hasta nueve barrios en siete ciudades –Zúrich, Basilea, Berna, Lucerna, Lenzburg (cantón Argovia), Kriens (Lucerna) y Prilly/Renens (Vaud)– han obtenido la certificación Áreas 2000 vatios. Dos están concluidos y la construcción, al menos parcial, de otros tres está prevista para este año.
Una visión que comparte Massimo Guglielmetti, de la sociedad inmobiliaria de los Ferrocarriles Federales Suizos (FFS), encargado de desarrollar la urbanización Village Rösslimatt, al lado de la estación principal de Lucerna. “El certificado Áreas 2000 vatios representa un valor agregado en el ámbito del marketing no solo para promover nuestro proyecto en la ciudad, sino también para atraer a inquilinos, dado que entre los múltiples criterios que hay que cumplir para obtener este sello figura también el de una alta calidad habitacional”.
Mientras los edificios de Stöckacker Süd estarán provistos de paneles solares y bombas de calor para asegurar la calefacción y el agua caliente, el complejo de Rösslimatt se abastecerá de una central de bombas de calor cercana, que utiliza la energía térmica de las aguas del lago de Lucerna. El proyecto de los FFS prevé la construcción, en el transcurso de los próximos 20 años, de un auténtico barrio de 4 hectáreas en el corazón de la ciudad, que comprenderá no solamente viviendas, sino también oficinas, negocios, restaurantes y un hotel. Situada a dos pasos de todos los medios de transporte público y de los aparcamientos de ‘car sharing’ (préstamo de vehículos), la futura área de 2000 vatios dispondrá solo de poquísimas plazas de estacionamiento.
Estilo de vida adecuado
El éxito de las áreas 2000 vatios dependerá también de la voluntad de sus habitantes para adaptar en cierta media su estilo de vita. “La idea no es que todos tengan que convertirse en veganos, renunciar a todo y llevar una vida absolutamente compatible con la sociedad de 2000 vatios. Pero es importante sensibilizar a los inquilinos sobre las opciones para reducir el consumo energético, por ejemplo, utilizar aparatos que tienen una óptima eficiencia energética”, explica Renato Bomio.
“Los comportamientos individuales no se pueden fijar en un contrato. Sin embargo, se puede influir en ellos, por ejemplo, a través de contribuciones a los abonos de transporte público”, anota Heinrich Gugerli. “Está claro que limitarse a 2000 vatios no será factible si uno se salta todos los límites, o sea, deja siempre encendida la televisión, se ducha 4 o 5 veces al día, etcétera. Pero todos podremos permitirnos algún que otro un ‘vicio’”.
Este contenido fue publicado en
Para quienes se mudan a Suiza, comprar el hogar de sus sueños puede resultar caro y desalentador. Pero no es imposible.
No se ha podido registrar su suscripción. Por favor, inténtalo de nuevo.
Casi hemos terminado... Necesitamos confirmar su dirección de correo electrónico. Para completar el proceso de suscripción, por favor pulse sobre el enlace del correo que acabamos de enviarle.
Puede encontrar todos nuestros debates aquí y participar en las discusiones.
Si quiere iniciar una conversación sobre un tema planteado en este artículo o quiere informar de errores factuales, envíenos un correo electrónico a spanish@swissinfo.ch.