Reparación en Suiza por abusos sexuales de sacerdotes
Las víctimas de abuso sexual por parte de sacerdotes católicos en Suiza podrán reclamar una compensación económica y otras formas de reparación aunque se haya cumplido el plazo de prescripción. Lo anterior, merced a una comisión independiente que entra en vigor este martes. Empero, las indemnizaciones podrían ser meramente simbólicas.
La lucha contra los abusos sexuales en el seno de la Iglesia Católica dio un paso adelante con el reciente lanzamiento de la Comisión de Escucha, Conciliación, Arbitraje y Reparación (CECAR) que es “neutra e independiente de las autoridades de la Iglesia Católica”.
CECAR es el resultado de casi seis años de negociaciones y acuerdos entre las agrupaciones de víctimas, parlamentarios y la Conferencia Episcopal Suiza. La iniciativa está destinada a aquellos que eran menores en el momento de los agravios, pero cuyos casos se han topado con los plazos legales.
“Exceder el plazo de prescripción no elimina el sufrimiento”, dijo Charles Morerod, obispo de Lausana, Ginebra y Friburgo, en una conferencia de prensa en Lausana. El prelado fue uno de los signatarios de un acuerdo en 2015 entre la Iglesia Católica y el grupo de las víctimas (SAPEC) que condujo a la creación de CECAR.
Desde septiembre, las personas que fueron violentadas podrán presentar sus reclamos, vía Internet, a la CECAR. Las solicitudes serán examinadas por un grupo de tres expertos de los sectores social, de justicia y salud. La decisión final sobre cada proceso y una eventual compensación corresponderá a un comité de la CECAR.
Jacques Nuoffer, uno de los impulsores de la iniciativa y él mismo una víctima, manifestó su beneplácito por la iniciativa.
“Bajo este modelo, la Iglesia desciende de su pedestal para acercarse a las víctimas”, declaró.
La Conferencia Episcopal de Suiza, que ha participado activamente en la creación y aprobación de la comisión, instituyó un fondo de compensaciones de 500 000 francos. La entrega de hasta 20 000 francos podrá efectuarse en los casos más graves.
No está claro exactamente cuántas personas podrán solicitar reparación. CECAR estima en alrededor de 200 el número de agraviados en Suiza que podrían estar interesados. Pero la cifra podría ser mucho mayor. La comisión suiza se ha inspirado en el trabajo de un exitoso esquema de reconciliación con la Iglesia en Bélgica, que registró 800 casos.
Las autoridades dicen que los 500 000 francos del fondo de compensación constituyen apenas un comienzo y que podrían incrementarse más adelante.
“Pero no hay que centrarse demasiado en el aspecto financiero”, señaló la presidenta de CECAR, Sylvie Perrinjaquet, otrora integrante del Gobierno cantonal de Neuchâtel.
Cara a cara
Con la creación de CECAR, los funcionarios incitan a presentarse a aquellos que sufrieron ultrajes. “Esta es una oportunidad excepcional y única para aliviarnos de la pesada carga del secreto”, declaró Jean-Marie Fürbringer, miembro de la SAPEC y víctima también.
Los interesados deben llenar un formulario en línea para comprobar si los actos prescribieron y fueron cometidos por sacerdotes católicos o monjas en Suiza. Tienen que proporcionar la identidad de su agresor, pero no aportar pruebas. Si lo desean, pueden solicitar encontrarse cara a cara con su abusador, pero no es algo obligatorio, y este último puede negarse, en cuyo caso un representante de la Iglesia tomaría su lugar.
“Esperamos encontrar una solución que se adapte a cada víctima”, dijo Perrinjaquet. “Algunas solamente quieren ser escuchadas, pero otras quieren que la Iglesia sienta el peso de lo que les sucedió”.
Morerod reconoció las dificultades que se avecinan.
“Si el abusador está todavía vivo, tiene que aceptar este proceso. Es ciertamente difícil para todas las personas involucradas. Probablemente haya un deseo de negar los hechos, aunque no siempre. Luego, un superior religioso o un obispo tendrá que ir al encuentro de la víctima. Yo mismo he conocido a muchas de ellas”, dijo.
El obispo consideró, sin embargo, que había límites en el nuevo esquema. Los cargos contra sacerdotes que son inocentes hasta que se demuestre lo contrario pueden ocasionar “dolores de cabeza” y enfrentamientos entre la Iglesia y la legislación suiza y las regulaciones de empleo.
“Pero si siempre tomamos en cuenta todos estos riesgos terminaremos por no hacer nada”, advirtió.
Región suiza de expresión alemana
CECAR es una iniciativa que tuvo origen en la Suiza de habla francesa. Aparte del de Morerod, cuenta con el apoyo de otros líderes católicos de la región, como el obispo de Sion, el abad de Saint-Maurice, y grupos que representan a monjas y conventos. Empero, no se excluye que pueda extenderse a otras partes del país.
“En las regiones de la Suiza de habla alemana consideran que pueden resolver este problema internamente”, indicó Perrinjaquet.
Nuoffer puntualizó que las diócesis de habla alemana generalmente han manejado mucho mejor el escándalo de abusos sexuales en la Iglesia.
“Pero quizá lo que está sucediendo en la Suiza francófona despertará un poco a la gente”, afirmó. “Algunas de las víctimas de las regiones germanófonas también pueden denunciar”.
De acuerdo con un informe de prensa publicado en mayo de 2015, han sido abiertos unos 20 casos penales contra sacerdotes y monjes católicos por abuso sexual en Suiza desde 2010, pese a que la Iglesia registró 172 presuntos agresores.
Muchos de los casos registrados se remontan a la década de 1950 y, por lo tanto, algunos sospechosos han muerto. Sin embargo, esa no es la única razón de la discrepancia, otros sospechosos simplemente no han podido ser localizados. La baja tasa de enjuiciamiento obedece también al hecho de que las diócesis proporcionan información “muy escasa”, según el informe, especialmente para el período comprendido entre 1950 y 1980.
Según las cifras más recientes de la Conferencia Episcopal Suiza (2014), 193 víctimas se presentaron entre 2009 y 2012 para denunciar abusos en las diócesis suizas desde 1960. Los ataques habrían sido cometidos por 172 sacerdotes y miembros del clero secular.
La mayor parte de los casos se refieren a las diócesis de St. Gallen, Coira y Basilea. Muy pocos son nuevos, y la mayoría de las denuncias se produjo en 2010, cuando la atención de medios estaba en su apogeo. Para muchos, los plazos se han agotado, los sacerdotes han muerto y solamente algunos casos han terminado en condenas o expulsiones de los agresores o compensaciones para los agredidos.
En su opinión, ¿qué sanciones deberían aplicarse a los sacerdotes que abusaron sexualmente de los menores?
Trducido del inglés por Marcela Águila Rubín
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