El suizo que quiere ser rey del futbol
Un ciudadano suizo del cantón del Valais, con una larga trayectoria en el área de administración del futbol, quiere ser presidente de la FIFA. ¿Suena familiar? Gianni Infantino dice que él no es Joseph Blatter, pero sus críticos dicen que posee información privilegiada, al igual que los otros candidatos.
A primera vista, lo anterior parece un aspecto positivo. Un conocimiento profundo de cómo se maneja el futbol debería encajar muy bien en el currículo de cualquier persona que pretende asumir el puesto más alto en ese deporte. Pero la FIFA no es cualquier organización. Actualmente está sumida en un escándalo de corrupción e investigaciones criminales.
Infantino no es alguien con información privilegiada de la FIFA, pero es versado en la política del futbol después de haber pasado 15 años en la UEFA, siete de los cuales como secretario general. “Está claro que para reconstruir la confianza en la FIFA es clave e imperativo que la organización, y todo aquel vinculado con ella, emprenda reformas para garantizar que se convierta en un organismo moderno, creíble y transparente”, respondió vía correo electrónico a las preguntas de swissinfo.ch. “Siento que soy la persona adecuada para dirigir la FIFA hacia una nueva era de credibilidad y desarrollo”.
Con 45 años, Infantino es uno de los cinco candidatos para reemplazar a Blatter, caído en desgracia, al frente del órgano rector del balompié mundial el 26 de febrero. Los corredores de apuestas lo sitúan como uno de los dos claros favoritos, junto con el jeque Salman bin Ebrahim Al-Khalifa, de Bahréin.
Lo que dicen de Infantino
Roland Büchel, político suizo que lucha contra la corrupción en la FIFA, cree que Infantino es la mejor apuesta para implementar una reforma. Rechaza las críticas contra Infantino por el hecho de provenir del mismo lugar que Blatter, conocido por favorecer el amiguismo.
“Es solamente una casualidad que haya nacido allí”, dijo Büchel. “No tiene ningún otro vínculo con Blatter”.
En una opinión publicada por swissinfo.ch, el exjefe de Comunicación de la FIFA, Guido Tognoni, señaló que no le sorprendería un acuerdo entre Infantino y Salman si ninguno lograra reunir una mayoría decisiva. “Un nuevo régimen en la dirección de la FIFA, tal vez con Salman como presidente e Infantino como director general, ofrece una solución pragmática”.
Para algunos, la FIFA no podrá lavar sus manchas hasta que la actual generación sea completamente reemplazada con sangre nueva. “Esta farsa de elección es solamente un ejercicio de autoengaño”, señaló a swissinfo.ch el periodista británico Andrew Jennings, quien destapó buena parte de la corrupción en la organización futbolística.
“Durante los procesos penales en Suiza y Estados Unidos muchos funcionarios del futbol han sido detenidos, y habrá más arrestos. Para la FIFA, no saber quién va a quedar en los nuevos comités es absurdo. Ninguno de los actuales directores merece permanecer en la FIFA”.
Infantino tiene una reputación de administrador eficiente. Se le considera experto en la dirección del personal y, al mismo tiempo, severo con aquellos que se pasan de la raya. Su mayor debilidad es la falta de carisma, algo que buscó compensar con la presencia de José Mourinho y las otrora figuras del futbol, Luis Figo y Roberto Carlos, al dar a conocer su propuesta el 1º de febrero.
En la conferencia de prensa prometió también un equipo de estrellas en la sede de la FIFA en Zúrich, de ser elegido.
Conexiones ‘Blatini’
A pesar de sus raíces suizas, Infantino está más estrechamente asociado con el presidente de la UEFA, Michel Platini, que con Blatter. Eso en sí mismo ha llamado la atención, dado que Platini (junto con Blatter) ha sido inhabilitado durante ocho años por el presunto pago irregular de más de 2 millones de francos.
Infantino presentó su candidatura a la presidencia de la FIFA en el último minuto, en octubre, cuando parecía que Platini tendría que retirarse de la carrera (como lo hizo más tarde).
No hay ningún indicio de que Infantino estuviera involucrado de manera alguna en el escándalo que ha envuelto a Platini y a Blatter. Pero ha tenido que negar varias veces que su jefe en la UEFA esté tirando de sus cadenas. Su carrera en el organismo rector del futbol europeo, es, en cambio, la evidencia de que sabe lo que se necesita para gobernar el deporte, insiste.
“Durante este tiempo he puesto el futbol al frente de todo lo que he hecho. Siempre he luchado por nuestro deporte. Ya sea con el mejoramiento de las competiciones, el incremento de los ingresos, la erradicación de la discriminación o con una gobernanza de la UEFA más equitativa para cada miembro, grande o pequeño”, dijo.
Infantino elaboró una lista de propuestas de cambios que reflejan en gran medida las ya presentadas por el Comité de Reformas de la FIFA. Esto no es sorprendente teniendo en cuenta que participó en ese comité.
Esas reformas incluyen la formación de un órgano de control para supervisar el trabajo del comité ejecutivo, la introducción de la transparencia financiera (revelando los salarios de los directivos y la manera en que se otorgan los derechos de comercialización), reforzando los sistemas de cumplimiento y limitando los honorarios de los ejecutivos.
Crítica campaña
También se ha comprometido a imprimir armonía en la relación entre las 209 confederaciones que la integran, atribuyéndoles una mayor influencia en el funcionamiento de la FIFA, y a terminar con la sombría práctica de distribuir dinero para influenciar las elecciones.
“Es esencial establecer un marco institucional adecuado para garantizar un control estricto sobre todo el flujo de dinero relacionado con la FIFA, tanto el dinero generado y distribuido como el que se gasta”, señaló. “Por otra parte, estos controles deben ser verificados de manera independiente y monitoreados. Nada es más importante para la credibilidad futura de la FIFA”.
Pero el alboroto de la campaña para la presidencia de la FIFA ha arrojado más dudas sobre lo profundo que pueda ser un genuino sentimiento de reforma dentro de la “familia” de la FIFA. El mundo secreto entre bambalinas es lo que deterioró principalmente la imagen de la federación.
Uno de los candidatos a la presidencia, el príncipe jordano Ali bin al Hussein, fue criticado por sus rivales por negociar acuerdos confidenciales con las federaciones para obtener sus votos a finales de este mes.
“No soy un candidato que trata de usar un par de comités ejecutivos o confederaciones para empujar a los votantes de una determinada manera”, se quejó ante la prensa en Ginebra. “Si otros candidatos escogen trabajar en regiones y tratan de dividir el mundo, entonces sí, creo que es un error”.
Traducido del inglés por Marcela Águila Rubín
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