Pedofilia: la prevención se hace día a día
La violencia sexual en los menores casi nunca es ejercida por un ‘ogro’ desconocido. Los autores pertenecen en muchos casos al círculo familiar, situación que deja a los padres en la incertidumbre.
swissinfo.ch pide asesoramiento a la psicoterapeuta Brigitte Seifert.
El número de los casos de abusos sexuales sobre menores provoca temor. Y no sólo a causa de los recientes escándalos salidos a la luz en la Iglesia católica. De hecho, según las cifras publicadas en marzo por la Oficina Federal de Estadística, en 2009 se produjeron 1.526 casos de delitos sexuales sobre niños registrados por la policía. Lo que corresponde a una media de cuatro casos al día.
La amplitud de este drama no puede definirse con estas cifras, aunque ya son de por sí alarmantes. La ley del silencio y el tabú ocultan de hecho la verdadera importancia de esta terrible plaga social. Los estudios efectuados en el exterior indican que una niña de cada cuatro y un niño de cada diez son víctimas de la violencia sexual. Además, las estadísticas recuerdan, incluso las recientemente difundidas por la Oficina Federal de Estadística, que más de la mitad de los casos son obra de una persona que forma parte del ámbito familiar y no es un ‘ogro’ ajeno.
Muchos padres se sienten desprevenidos frente a esta situación desconcertante y piden cómo proteger a sus propios hijos de los abusos sexuales. swissinfo.ch habla con la psicoterapeuta, Brigitte Seifert, que cuenta con una larga experiencia en las terapias con niños, adolescentes y adultos que han sufrido experiencias traumáticas.
swissinfo.ch: ¿Cómo es posible prevenir un abuso sexual?
Brigitte Seifert: La prevención se hace, sobre todo, en el día a día, en el colegio y en casa, a través del respeto de los limites, también en el ámbito sexual. Es importante dedicar tiempo y atención a los hijos. De lo contario, se corre el riesgo de que los niños busquen satisfacer la necesidad afectiva fuera del cerrado círculo familiar.
El desarrollo de una sana autoestima y la conciencia del proprio cuerpo permite a los hijos percibir los límites. Los padres deben tomarse en serio las sensaciones y emociones expuestas en determinadas situaciones de sus propios hijos e invitarlos a que las expresen. Esto les permitiría reconocer cuando se encuentran ante una situación desagradable y defenderse ante un posible abuso.
swissinfo.ch: Varias asociaciones organizan cursos de prevención que implican a los niños. ¿Cuál es su eficacia?
B.S.: Los cursos son útiles sobre todo para los niños que no presentan déficits de autoestima y en el conocimiento de las propias emociones y sensaciones. En un programa de prevención aprenden las estrategias para decir ‘no’, para defenderse. Para los niños que crecen en una familia incapaz de dedicarles la atención necesaria y enseñarles a confiar en sus propias sensaciones, en diez horas no creo que sea posible recuperar este vacío.
swissinfo.ch: Pero, ¿cómo distinguir a un pedófilo?
B.S.: No existe un estereotipo y no sería justo crear uno. Además, si hasta hace poco tiempo se consideraba a la pedofilia como un problema puramente masculino, hoy se sabe que esta desviación sexual toca también a las mujeres, aunque de una manera menor.
swissinfo.ch: ¿Cuándo se puede hablar de abuso sexual con menores?
B.S.: El abuso sexual es cuando un adulto interactúa con un menor y se siente sexualmente excitado. Cuando un niño está involucrado en actividades sexuales que éste último no comprende, ante las que no sabe dar las respuestas adecuadas.
swissinfo.ch: ¿Cuáles son las consecuencias para la víctima?
B.S.: El abuso sexual provoca siempre un trauma y marca fuertemente la existencia futura de la víctima. Las consecuencias dependen de varios factores: la edad de la víctima, la relación existente entre los sujetos involucrados, la frecuencia, la duración. Numerosos estudios demuestran que los niños sufren graves trastornos en el desarrollo del comportamiento, de la personalidad, de la sexualidad, y que denotan dificultades para establecer relaciones de confianza con el próximo. El espectro de las consecuencias es mucho más amplio.
swissinfo.ch: Para la víctima es también difícil hablar de aquello que se ha vivido.
B.S.: Sí, muchas mujeres a las que seguimos en terapia hablan de sus sentimientos de culpabilidad y del hecho de que no opusieron resistencia y que incluso se sentían satisfechas de las atenciones que recibían. Interpretando así de modo erróneo las intenciones del abusador en el que tenían confianza y del que no esperaban nada malo. Las victimas están completamente desorientadas e inseguras. A los sentimientos de culpabilidad se añade también una gran vergüenza, sentimientos que impiden a las víctimas romper el silencio y pasar a la denuncia.
swissinfo.ch: Con la denuncia se inicia otro capítulo traumático para la víctima. ¿Por qué?
B.S.: A menudo la victima revela su secreto muchos años después del abuso sexual. Con la denuncia, canalizada por un amigo, un conocido o un profesor, el sufrimiento vivido en el pasado hace resurgir el sentimiento de culpabilidad. La víctima no sabe además come acabará todo, si el abusado será condenado y cómo reaccionarán sus allegados.
swissinfo.ch: ¿Cómo se debe entonces comportar si se tiene el conocimiento de un caso de abuso?
B.S.: Para mí lo importante es que víctima esté dispuesta a afrontar el peso de una posible investigación penal. Al denunciar, además, se corre el riesgo de sumar otra violencia a la ya vivida con antelación. La víctima debe poder hablar de su experiencia sin el temor de verse involucrada inmediatamente en un proceso penal. Debe estar acompañada de un especialista en el difícil proceso que lleva a la denuncia. Si no, se corre el riesgo de que la víctima mantenga el secreto sobre los dramas que ha vivido porque tiene miedo de las consecuencias y no quiere volver a reabrir las heridas psicológicas y emocionales que había logrado cerrar de forma parcial.
Luca Beti, swissinfo.ch
Según la estadisiticas de la policía de 2009 publicadas por la Oficina Federal de Estadística, en Suiza se registraron en ese periodo 6.648 casos contra la integridad sexual.
Los delitos más frecuentes son los actos sexuales con niños: 1.526, (23%), de los que, al menos, siete de cada diez, han sido resueltos por la policía.
762 casos se cometieron entre las paredes de las casas familiares, es decir, en un espacio privado no accesible para otras personas.
La estadística evidencia que tanto la víctima y el abusador se conocían, aunque sólo en cerca de la mitad de las relaciones se producen en un contexto familiar.
La amplitud de este drama no puede definirse con estas cifras. Se estima que el número de víctimas en Suiza se calcula en unas 40.000 anuales.
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