«Trabajadores humanitarios, menos respetados»
Frente a situaciones de crisis que se multiplican y conflictos cada vez más complejos, Suiza lucha por preservar un espacio humanitario accesible a todas las víctimas. Responsable de la cooperación helvética, Martin Dahinden habla de una situación que se dificulta.
Con su tradición humanitaria y su neutralidad, Suiza debe comprometerse para que los principios fundamentales de protección a las poblaciones que sufren no sean constantemente escarnecidos por las agendas políticas o con fines militares.
Tal es el argumento de Martin Dahinden, director de la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE), quien manifiesta también su preocupación por la creciente violencia que afecta a los trabajadores humanitarios en todo el mundo.
swissinfo.ch: Frente la multiplicación y la imprevisibilidad de las crisis en el mundo, ¿cómo se ajusta la ayuda humanitaria de Suiza?
Martin Dahinden: Desde hace algunos años hemos visto una proliferación de crisis ambientales (sequías, inundaciones, desertificación, etc.) atribuidas al cambio climático, así como de crisis relacionadas con conflictos armados.
La capacidad de respuesta de la ayuda humanitaria suiza a esas crisis es muy limitada. Más todavía dado que las crisis se prolongan cada vez más. Es el caso, por ejemplo, en la región de los Grandes Lagos y el Cuerno de África. Para esas misiones, Suiza necesita socios.
Es necesario reflexionar sobre nuevos métodos de intervención que permitan mejorar las situaciones humanitarias difíciles sin que se caiga en la obligación de proporcionar alimentos, atención y asistencia básica a largo plazo.
swissinfo.ch: ¿Eso significa que la ayuda humanitaria de Suiza debe centrar sus esfuerzos en zonas de intervención prioritarias?
M.D.: En términos de ayuda humanitaria, las zonas de intervención geográfica no están definidas de antemano. Actuamos de acuerdo con las necesidades de la población afectada, en la medida, por supuesto, de nuestra capacidad de actuar en un contexto específico. Observo, sin embargo, un cambio importante desde hace algunos años: la erosión de la distinción tradicional entre la ayuda humanitaria y la ayuda al desarrollo. Cada vez más, efectuamos ambas acciones en común.
El ejemplo de los refugiados es especialmente significativo. Cuando se trata de una población desplazada, a veces desde mucho tiempo atrás, es necesario proporcionar escuelas o centros médicos, que son instrumentos típicos de la ayuda al desarrollo. En Suiza, tenemos la gran ventaja de haber reagrupado la ayuda humanitaria y la ayuda al desarrollo bajo el mismo techo. Muchos países no disponen de esa ventaja que permite una mejor coordinación.
swissinfo.ch: ¿Suiza tiene acceso a lugares en los que otros países no son bienvenidos?
M.D.: La especificidad de Suiza es la defensa de ciertos valores como la acción humanitaria imparcial y neutral. Nos negamos a explotar la ayuda humanitaria con fines políticos o militares. Suiza puede así hacer escuchar una voz fuerte, que sin embargo es aún minoritaria en el mundo de hoy.
Nos esforzamos por preservar un espacio humanitario, un campo de acción en el que se pueda tener acceso a todas las poblaciones. Es particularmente el caso en Colombia y más recientemente en Libia, donde Suiza ha podido acceder a las víctimas en virtud de que carece de agenda política.
Si hay un rubro en el que Suiza puede comprometerse de manera particular merced a su tradición y su neutralidad, es el de las personas desplazadas por razones que no están relacionados con un conflicto. Pienso, por ejemplo, en los refugiados climáticos. En la actualidad, no existe ninguna reglamentación internacional para esta categoría de refugiados. Hay que cambiar eso.
swissinfo.ch: ¿Suiza también se ve afectada por la creciente violencia contra el personal humanitario y médico?
M.D.: Lamentablemente, constatamos regularmente violaciones contra nuestro personal de asistencia humanitaria. Hay cada vez menos respeto por los emblemas de la Cruz Roja o de la ONU. En muchos contextos confusos de conflictos, los trabajadores humanitarios hacen frente a grupos armados que no alimentan el deseo de gobernar el país, sino que controlan simplemente el área y no respetan las reglas establecidas por el derecho internacional.
swissinfo.ch: ¿Qué debe hacerse para resolver esa situación?
M.D.: Es necesario crear consciencia a un alto nivel. En primer lugar, los Estados deben asumir el fuerte compromiso de respetar ellos mismos este espacio humanitario, la neutralidad y la imparcialidad de los actores humanitarios.
swissinfo.ch: ¿Está a favor de una intervención humanitaria cuando la urgencia la exija?
M.D.: Una intervención humanitaria significa la utilización de un ejército y de militares para lograr un objetivo humanitario. El debate se produjo hace unos diez años y resurge de nuevo en contextos de crisis, como en Siria o Libia. Por mi parte, yo no estoy a favor. Prefiero el principio de la responsabilidad de proteger, adoptado por las Naciones Unidas en 2005. Eso implica, para el Estado, una responsabilidad interna de respetar la dignidad y los derechos fundamentales, acordando al mismo tiempo una responsabilidad subsidiaria a la comunidad internacional en caso de graves violaciones.
La Ayuda Humanitaria de Suiza – que forma parte de COSUDE – proporciona ayuda directa luego de desastres naturales y en el marco de conflictos armados, gracias en particular al Cuerpo Suizo de Ayuda Humanitaria (CSA) , que puede contar con cerca de 700 voluntarios listos para alistarse.
Por otra parte, apoya a organizaciones humanitarias asociadas en su misión de prevenir y resolver conflictos. Las contribuciones están destinadas principalmente a las grandes organizaciones como el Comité Internacional de la Cruz Roja, el Programa Mundial de Alimentos o el Alto Comisionado para los Refugiados de la ONU.
La ayuda humanitaria puede adoptar diferentes formas: prestaciones en especie, tales como distribución de alimentos, contribuciones financieras, envío de expertos. En 2010, 315 millones de francos fueron asignados a la asistencia humanitaria por la Confederación; es decir, aproximadamente una quinta parte del total del presupuesto de COSUDE.
El 23 de marzo de 2012, con motivo de la Jornada Anual de la Ayuda Humanitaria de la Confederación, el ministro de Relaciones Exteriores, Didier Burkhalter, se pronunció por el fortalecimiento de la presencia suiza en el terreno y junto a sus partenaires.
También abogó por una mayor participación en la prevención de desastres y de crisis ambientales en el marco de la Conferencia Río+20, así como por un aumento de la influencia de Suiza ante las organizaciones internacionales.
Nacido en 1955, el embajador Martin Dahinden dirige desde 1 de mayo de 2008 COSUDE.
De manera previa fungió como director de recursos y de la red exterior del Ministerio de Asuntos Exteriores y del Centro de Desminado Humanitario de Ginebra.
Economista de empresas de profesión, procede del cuerpo diplomático, donde ocupó diversos puestos en diferentes partes del mundo.
(Traducción: Marcela Águila Rubín)
En cumplimiento de los estándares JTI
Mostrar más: SWI swissinfo.ch, certificado por la JTI
Puede encontrar todos nuestros debates aquí y participar en las discusiones.
Si quiere iniciar una conversación sobre un tema planteado en este artículo o quiere informar de errores factuales, envíenos un correo electrónico a spanish@swissinfo.ch.