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Una lucha más allá del virus

La investigación médica se concentra en los medicamentos de punta para prevenir la infección del VIH. AFP

En 30 años la investigación médica sobre el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) ha hecho grandes avances. Ahora basta una pastilla para mantener la infección bajo control. Pero para el sufrimiento causado por la enfermedad, todavía no hay remedio.

“Del virus del VIH uno no se cura”, subraya el Dr. Enos Bernasconi, quien desde hace más de veinte años lucha contra el VIH y las enfermedades infecciosas. “La mayoría de las personas que reciben tratamiento antirretroviral pueden sin embargo llevar una vida normal y tener hijos”, dijo a swissinfo.ch.

El estudio suizo de cohorte VIH (que reúne datos epidemiológicos a gran escala, véase el enlace a la izquierda) muestra que en más del 90% de los seropositivos bajo tratamiento, el virus ya no es mesurable en la sangre, precisa el médico en jefe adjunto del Hospital de Medicina Interna Regional de Lugano.

“Hasta hace unos años, se lograba un máximo del 70%”. Si los enfermos son tratados de manera correcta, insiste Bernasconi, “es posible controlar la infección en el largo plazo”.

Los avances en la investigación

Para la terapia se cuenta con medicamentos que impiden la reproducción del virus. De esa manera se previene la aparición de enfermedades oportunistas y mortales que definen al SIDA, indica Enos Bernasconi. “Sin embargo, es esencial un cuidado expedito y constancia en la toma de los medicamentos”.

En la actualidad, la investigación médica se concentra en el perfeccionamiento de los medicamentos antiretrovirales. “Desde hace dos o tres años se han  desarrollado terapias triples concentradas en un solo comprimido. Para el paciente, es una buena medida. Ya no está condicionado por los horarios y puede llevar con facilidad el tratamiento en el caso de un viaje, por ejemplo”, afirma Enos Bernasconi, recientemente nombrado profesor titular de la Facultad de Medicina de la Universidad de Ginebra, uno de los principales centros suizos de investigación sobre el VIH.

Además, dijo, se trata de evitar los efectos secundarios del tratamiento (reacciones alérgicas, problemas renales o hepáticos. ..). “Es un aspecto fundamental. En el pasado, a menudo se tenía que suspender una cura debido a la intolerancia a un fármaco”.

Los fármacos antirretrovirales también puede prevenir  infecciones después de la exposición al virus, dice el doctor. “Por ejemplo, pueden ser administrados al personal médico que accidentalmente se pincha con una aguja infectada. En ese caso, es suficiente con un mes de tratamiento”.

Este verano, Estados Unido aprobó la venta de Truvada, el primer medicamento para prevenir la infección por el VIH. La profilaxis está dirigida a personas sanas, pero con alto riesgo de contagio, como a aquellas que tienen relaciones sexuales con parejas seropositivas.

Ampliar el uso de medicamentos antirretrovirales a personas sanas es “discutible”, considera Enos Bernasconi. “Aunque los estudios no lo muestran, el uso descontrolado podría conducir a un aumento de la resistencia. Por tanto, debemos preguntarnos si es apropiado administrar medicamentos a personas sanas”.

¿Y la vacuna? “La investigación de base continúa y hay avances interesantes. Pero aún no se vislumbra una luz brillante al final del túnel”, responde el médico al destacar las peculiaridades del VIH. “Se reproduce rápidamente y está en continua mutación. Su objetivo es, precisamente, las células del sistema inmunitario, lo que hace difícil el desarrollo de una vacuna”.

La revelación de la enfermedad

En Suiza, el VIH afecta al 0,4% de la población (unas 25.000 personas). Una tasa entre las más altas de Europa Occidental, a pesar de las campañas de prevención organizadas anualmente. La Confederación Suiza es el único país que informa periódicamente a la población desde 1987, un año antes de la implementación de la Jornada Mundial contra el SIDA (1º. de diciembre).

El trabajo de prevención funciona, señala por su parte Harry Witzthum, del comité directivo de la Ayuda Suiza contra el SIDA (AAS). “La situación actual está relacionada con la historia de la enfermedad en Suiza. A diferencia de otros países, nos enfrentamos a tres epidemias concentradas, el virus se ha extendido entre los hombres homosexuales, los toxicómanos  y los migrantes”.

Un pasado que todavía está presente en el número de nuevas infecciones (en promedio alrededor de 600 por año). “Es un nivel que se mantiene elevado. Desde el 2009, sin embargo, se observa una disminución en todos los grupos, gracias a la labor de prevención “, dice Witzthum.

En su XXV aniversario, la campaña nacional de prevención (hoy denominada LOVE LIFE) invita a los pacientes a informar sobre su enfermedad. A las parejas, en particular, pero también a los centros de asesoramiento sanitario,  para la realización de las pruebas y la aplicación de las terapias necesarias.

Un mensaje dirigido, de manera indirecta, a las comunidades de migrantes. Entre las personas procedentes del África subsahariana, una de las zonas más afectadas del planeta, la proporción de personas con VIH es diez veces más alta que el promedio nacional. “Entre los inmigrantes se produce más del 30% de la transmisión heterosexual del VIH en Suiza”, señala Witzthum.

“En Suiza – añade – el 80% de los inmigrantes ilegales no tienen cobertura de salud, a pesar de la obligación de contratar un seguro médico. Muchos de ellos no tienen el dinero para pagar las primas de seguro y temen que su estancia ilegal sea descubierta”.

En este contexto, considera la AAS, Suiza podría inspirarse en Gran Bretaña, que desde principios de octubre ofrece a inmigrantes ilegales el acceso gratuito a tratamientos antirretrovirales.

Luchar contra la exclusión

A pesar de los avances en la medicina, el camino por recorrer aún es largo y no hay que bajar la guardia, advirtió el ministro suizo de Salud, Alain Berset durante una velada sobre el SIDA, celebrada a mediados de este mes en Zúrich.

“Un diagnóstico de VIH se acompaña, en Suiza, de discriminación y estigma”, dijo Berset. El avance en estos frentes ha sido poco confirma la AAS y destaca  que el malestar de aquellos que se sienten excluidos puede desembocar, y no en pocas ocasiones, en depresión y suicidio.

En los primeros seis meses del año, casi la mitad de los casos de discriminación reportados a la organización (46 en total) concernía el lugar de trabajo (despidos injustos, intimidación) o en el campo de los seguros.

“Es solamente la punta del iceberg. Oímos constantemente hablar de personas seropositvas cuyas carreras profesionales han sido obstaculizadas”, observa Harry Witzthum.

Para la AAS, la lucha contra los virus es también una lucha contra la exclusión de la sociedad, la comunidad y la familia. Hoy contamos con una amplia paleta de herramientas de prevención y los nuevos enfoques están en desarrollo: pensar en “una futura generación sin SIDA ya no es una utopía”, dice AAS. Pero este objetivo, advierte, no se logrará sin derrotar primero a la discriminación.

En Suiza, se estima en alrededor de 25.000 (el 0,4% de la población) el número de personas que viven con el VIH o el SIDA.

Los grupos más afectados son los hombres homosexuales y los inmigrantes procedentes de regiones de alta prevalencia (África Subsahariana, sudeste de Asia, Europa Oriental y Asia Central).

Aproximadamente 11.000 personas siguen un tratamiento. La cura (cubierta por el seguro de salud) cuesta un promedio de 25.000 francos al año, por paciente,  y un total de 260 millones de francos anuales.

En 2011, fueron registrados 564 casos nuevos (759 en 2007). En los primeros siete meses del 2012, se registraron 364 nuevos casos.

Las relaciones sexuales no protegidas se mantienen como la causa principal de la transmisión del VIH.

Entre las pruebas que resultaron positivas en 2011, el 23,9% correspondieron a mujeres.

En 2011, en Suiza, hubo 12 muertes como consecuencia del SIDA. En total, la enfermedad ha causado cerca de 6.000 muertes desde su aparición en Suiza, a principios de los años 80.

(Fuente: Ayuda Suiza contra el Sida, Oficina Federal de Salud Pública).

¿De qué se trata? El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), identificado en 1983, es capaz de debilitar las defensas inmunitarias del organismo. Presente en los fluidos corporales (por ejemplo, sangre y esperma) , es el agente responsable del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA).

¿Cuál es su origen? Se supone que el VIH proviene de un virus presente en algunas especies de chimpancé del África Centro Occidental.

¿Cómo se transmite? Relaciones sexuales sin protección, empleo compartido de  agujas o jeringas contaminadas, transmisión de madre a hijo durante el embarazo, el parto y la lactancia.

¿Cómo funciona? El VIH ataca a los linfocitos (también llamados células CD4) y ​​se reproduce dentro de ellos). El cuerpo responde produciendo anticuerpos, que sin embargo son incapaces de eliminar el virus.

¿Cuáles son sus efectos? El número de linfocitos disminuye y las defensas inmunitarias del organismo se reducen progresivamente. El SIDA es la última etapa de la infección por VIH. En este punto, cualquier agente infeccioso, normalmente no patógeno, puede ser fatal.

¿Cómo se trata? No hay medicamentos capaces de curar la infección del VIH. Sin embargo, hay medicamentos que impiden que el virus se reproduzca Usualmente se recurre a terapias que implican la administración de diferentes tipos de anti-retroviral (terapia triple).

Traducción, Marcela Águila Rubín

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