Silvia Spross: “Nacer en Suiza es como que te toque la lotería”
Ya de niña, la suiza Silvia Spross soñaba con Estados Unidos. Hoy ha cumplido su sueño, vive en Los Ángeles y se gana la vida como actriz y con otros trabajos artísticos. Nos cuenta por qué se fue “del mejor país del mundo”.
El títere Bonifaz.
Desafortunadamente, las fotos han desaparecido porque Silvia Spross ha convertido su cuenta de Instagram en privada.
swissinfo.ch: ¿Por qué se fue de Suiza?
Silvia Spross: Yo quería pintar, cantar, bailar y hacer teatro… simplemente ser libre y hacer lo que quisiera, aunque pareciera totalmente utópico. Cuando tenía 13 años hice un collage muy extravagante de California y lo colgué en la pared de mi cuarto. Entonces vivíamos en el 8º piso y yo me pasaba las horas mirando por la ventana y soñando que un día volaría más allá de las montañas y me iría muy lejos, a California.
Mis padres no me dejaron libre hasta que tuve un diploma. Sabía que sería así y por eso hice un aprendizaje como empleada comercial en el banco SKA y tres meses después de terminar estaba en el aeropuerto esperando mi avión a Nueva York. Sorprendentemente, el collage que hice a los 13 años se convirtió en mi realidad actual… Mar, teatro, películas, ‘glamour’, Hollywood, sol, descapotable, deportistas practicando el surf, hombres guapos (todo eso estaba en mi collage).
El verano pasado produje una película titulada ‘PARASITES’, disponible desde el 24 de enero en EE.UU. y Canadá en las grandes plataformas de vídeo en Internet. Esperemos que pronto también en Suiza… Yo quería simplemente hacer algo diferente, creativo, y no trabajar en un banco. Pero tengo que decir que los banqueros no son en absoluto aburridos, organizan fiestas increíbles…
swissinfo.ch: ¿Cómo fue ese viaje a lo desconocido?
S.S.: Todos mis familiares me acompañaron al aeropuerto y me dieron bolsas con chocolate, etc. No es broma, yo salí con cinco maletas de mano y dos maletas llenas… En una maleta pequeña que había hecho yo misma llevaba todos mis ‘chismes’: diábolos, varitas Deible… y dos pesas de mano… no sé por qué me las traje. Sabía que quizá hiciera teatro callejero, ¿pero las pesas?
Hice una escala en Inglaterra y hubo que escanear por segunda vez las pesas, pero no se veía nada a través de ellas. El empleado de seguridad me preguntó qué había dentro y yo le dije que quizá hubiera arena. Pensaron que podía ser y me dejaron pasar… ¡con las pesas!
swissinfo.ch: ¿Cómo fueron los primeros meses en el extranjero?
S.S.: Buenos. Me dolía de vez en cuando el cuello porque pasaba demasiado tiempo admirando los rascacielos. Mi hermana vivía entonces con su actual marido en Nueva York, y yo podía “vivir” con ellos, simplemente dormía en el sofá y «me mudé» a su casa… para ocho meses. No tengo ni idea de cómo lo aguantamos.
Pero lo más difícil fue el humor. Después de dos meses entendía inglés, pero no el sentido del humor de los americanos. Nada me parecía divertido… Entretanto lo entiendo.
swissinfo.ch: ¿Siempre tuvo claro que nunca volvería?
S.S.: Un encuentro casual con una actriz en San Francisco lo cambió todo: Me habló de una escuela de arte dramático en Nueva York, el HB Studio, la escuela más barata que hay y muy buena. Tras 12 meses en EE.UU. volví a Suiza.
Allí ahorré y conseguí el visado que necesitaba. Un año más tarde estaba de nuevo en EE.UU., esta vez como estudiante de una escuela de arte dramático. Durante tres años asistí a los cursos del HB Studio.
Paralelamente hacía teatro callejero en el Central Park con mi exnovio mago y mi muñeco Bonifaz. Durante el tercer año gané en la lotería una ‘green card’ [permiso de residencia ilimitada] y supe que podía quedarme en EE.UU.
swissinfo.ch: ¿Piensa volver algún día a Suiza?
S.S.: Intento una y otra vez entrar en la industria cinematográfica suiza… He rodado más de 40 películas en EE.UU., desde las más insignificantes hasta otras importantes con actores famosos.
Pero en Suiza no es tan fácil hacer carrera como actriz… y la distancia tampoco ayuda. Pero quién sabe, quizá un día llegue el momento perfecto y actuaré en una película suiza.
swissinfo.ch: ¿En qué trabaja ahora? ¿Cómo encontró su trabajo actual y cómo le va?
S.S.: Yo soy sobre todo actriz y fotógrafa… y a veces también hago joyas, diseño gráfico… Para mi marido también soy electricista, fontanera, instaladora…
Él es actor y vive de ello, lo que es más bien una excepción aquí en Los Ángeles, no solo yo, muchos otros actores tienen otras profesiones paralelas. Me gusta también mucho la fotografía, pero lo de ser actriz es algo muy especial…
El títere Bonifaz.
swissinfo.ch: También publica usted en las redes sociales fotos de Bonifaz. ¿Por qué es tan especial?
S.S.: ¡Ah, Bonifaz! Encontré a Bonifaz en el Shopville de la estación central de Zúrich. ¡Él también es suizo! Alguien vendía títeres y yo me enamoré totalmente de él. Trevor, un músico callejero, estaba al lado del vendedor. Mi novio de entonces, que era mago, y yo nos pusimos al lado de Trevor con Bonifaz y empezamos a actuar. Bonifaz puede mover las manos, los dedos y además incluso la lengua…
Para mi gran sorpresa, empezó a formarse un círculo de espectadores alrededor de nosotros. ¡Increíble! Luego ya éramos un equipo de cuatro. Trevor, mi exnovio, Bonifaz y yo. Fuimos a actuar en las callejuelas de Zúrich. Seis meses más tarde mi novio y yo nos mudamos a Nueva York. Actuábamos en el Central Park y conseguimos un par de ofertas para actuaciones privadas.
Bonifaz aprendió a bailar claqué y a hacer trucos de magia… y actúa también en varios teatros de Los Ángeles. Se le va cayendo el pelo, pero eso es normal por su edad.
swissinfo.ch: ¿Dónde vive actualmente, cómo es la vida allí, y la comida?
S.S.: Vivir aquí en Santa Mónica muchas veces es como estar de vacaciones. Vemos el mar desde nuestro balcón. Este sitio es precioso. A veces tengo que hacer un esfuerzo para salir de casa. ¿La cocina? Prefiero la cocina vegetariana, y aquí es muy popular y fácil de encontrar.
swissinfo.ch: ¿Qué es más atractivo en EE.UU. (o en California) que en Suiza?
S.S.: ¿Habéis visto últimamente las noticias? A ciertas personas en EE.UU. les faltan sentido común y conciencia. Dos cualidades muy atractivas.
El bienestar está mejor repartido en Suiza. Uno puede tener un trabajo normal y todavía gana suficiente para ahorrar algo… Aquí a veces se vive a salto de mata. ¿Un poco exagerado? Para mucha gente, no.
El sol brilla muy a menudo en Los Ángeles, puedes soñar cosas utópicas y nadie piensa que estás loco. Quizá sea porque aquí todos están un poco chalados.
Silvia Spross actuó hace poco con Bonifaz en la Televisión de la Suiza Francesa RTS.
swissinfo.ch: ¿Cómo ve Suiza desde la distancia?
S.S.: Tras marcharme y al final establecerme aquí, mi idea de Suiza cambió radicalmente. Suiza es un país maravilloso, quizá el mejor país del mundo. Nacer en Suiza es como si a uno le toca la lotería.
swissinfo.ch: ¿Cómo está la situación política en EE.UU. con el nuevo presidente Trump? ¿Le interesa la política de EE.UU.?
S.S.: Por suerte se ha legalizado la marihuana, así podemos por lo menos aturdirnos durante los próximos cuatro años. Me refiero a las noticias de todos los días sobre el nuevo presidente que nos lleva a la más tenebrosa Edad Media.
Estoy contenta de vivir en Los Ángeles, porque California es un Estado democrático. Mis amigos, mis vecinos… todos pensamos igual. Yo voté por Bernie Sanders y le vi personalmente en Santa Mónica. Por desgracia no tuvo ninguna oportunidad, porque los demócratas tenían su propia agenda. Me pareció muy bonito ver que el mundo entero participó en la Marcha de las Mujeres, yo también estuve en una manifestación callejera.
swissinfo.ch: ¿Participa usted en las votaciones suizas?
S.S.: No, porque no vivo en Suiza. Cuando vivía allí estaba bien informada (o por lo menos eso es lo que pensaba) sobre lo que era mejor para el país. Pero a veces tampoco sabía lo que significaban ciertas cosas, aun así, al estar directamente confrontada con el tema podía encontrar una explicación en la ‘calle’. Desde lejos es imposible informarse así.
swissinfo.ch: ¿Qué es lo que más echa de menos de Suiza?
S.S.: Muchas cosas, y naturalmente lo más obvio como la familia, el chocolate, las montañas de Davos, la naturaleza, el reciclaje… ¡el transporte público! En enero viajé en tren por primera vez para participar en la manifestación de las mujeres. Era como estar en una lata de sardinas, pero no habría estado mal si no hubiera sido por los 750 000 residentes de Los Ángeles que tuvieron la misma idea de utilizar los transportes públicos… No como en Suiza, la reina de los transportes públicos… Pero a cambio viajamos gratis…
Las opiniones de la persona entrevistada sobre los diversos temas abordados, así como sus comentarios sobre el país donde vive y sus políticas no necesariamente reflejan el punto de vista de swissinfo.ch.
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Traducción del alemán: Raquel Ruíz
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