«Soldados suizos que dieron su vida por lealtad»
El 19 de julio de 1808, el Regimiento suizo Reding n° 3, bajo las órdenes del general Theodor Reding von Biberegg, fue una de las unidades militares que infligió la primera derrota a las tropas de Napoleón.
Varias ciudades españolas rinden homenaje al militar helvético en el marco de los actos conmemorativos del II Centenario de la batalla de Bailén.
La ciudad de Bailén (provincia de Jaén) recuerda estos días la batalla que se libró el 19 de julio de 1808 entre las tropas españolas a las órdenes del general Reding y el ejército francés, comandado por Pierre Dupont.
En reconocimiento a esa participación, la localidad de Bailén ha querido aprovechar la ocasión para rendir homenaje a los soldados suizos que combatieron y perdieron la vida luchando por la independencia española.
«Creemos que es el momento de hacer justicia al general Reding –afirma para swissinfo el alcalde de Bailén, Bartolomé Serrano- y queremos que en el futuro este homenaje deje abiertos cauces de colaboración, tanto con la familia Reding como con la embajada suiza».
«Para nosotros –señala el embajador de Suiza en España, Jean-Philippe Tissières– supone un doble motivo de celebración: por un lado conmemoramos el nacimiento de la nueva España que surge a partir de esa contienda y que hoy, 200 años más tarde, se proyecta en el país moderno y actual que conocemos».
«Por otro, es un honor recordar el valor de los soldados suizos, compatriotas nuestros, que dieron su vida por lealtad. No se trata por tanto de celebrar ninguna victoria, sino simplemente de ofrecer nuestro reconocimiento al comportamiento ejemplar de aquellos hombres», subraya el diplomático suizo.
Presencia suiza
Suiza es protagonista de estos actos conmemorativos. «Hemos querido que el pregón de las fiestas sea leído por Marguerite Boccard Reding, descendiente del general y profesora universitaria en Suiza», señala con orgullo el primer edil de la ciudad andaluza.
Bailén rinde también homenaje al insigne militar suizo erigiendo una estatua en su honor en la plaza que lleva su nombre y en la que hasta ahora sólo había una placa conmemorativa.
Por otra parte y «fruto de la colaboración con la embajada Suiza, hemos inaugurado el Centro de Interpretación de la Batalla de Bailén», señala Bartolomé Serrano.
Se trata de una exposición temática en la que han participado los Museos Municipales de Bailén y Málaga, así como el Museo de los Suizos en el Mundo, con sede en el Castillo de Penthes en Ginebra.
La batalla de Bailén
«Fue la primera derrota del ejército de Napoleón en campo abierto y tuvo una repercusión importante en Europa», explica el historiador Martínez Rivas. «Sin embargo, en España sólo representó una victoria pasajera que tardaría seis años en consolidarse».
Para el embajador de Suiza en España, «Bailén es un punto de inflexión en las guerras napoleónicas». Martínez Rivas coincide con esta opinión: «Bailén tuvo el efecto de demostrar al mundo que las tropas napoleónicas no eran invencibles».
En el contexto hispano «aquella batalla tiene una significación especial», afirma el alcalde bailenense. «Va a marcar una constante de la Guerra de Independencia: la participación del pueblo en la contienda».
«La colaboración de nuestra ciudad con las tropas hispanas fue crucial», añade el regidor. «No sólo facilitando información, sino también aprovisionando a los soldados y, sobre todo, mitigando su sed en un día que fue especialmente caluroso. María Bellido es nuestra heroína particular y simboliza el valor del pueblo de Bailén».
Exportación de expertos militares
El joven historiador Jon Valera ha dedicado buena parte de su tiempo a reivindicar la figura del general Reding y a seguir las acciones, militares y civiles, del Regimiento suizo n° 3 en España.
«Fue una de las últimas seis unidades de Infantería de Línea suizas al servicio de la Corona española», indica Valera. «Pero su servicio no se puede confundir con la actividad mercenaria». En los casi cien años de historia del Regimiento en España abundan las acciones en que la entrega de aquellos soldados fue mucho más allá de la simple lealtad.
Jean-Philippe Tissières cree que el tradicional reclutamiento suizo de soldados para ejércitos extranjeros se encuadra en la tradición helvética de exportar bienes y servicios: «Los mercenarios suizos son la expresión de la época del espíritu dinámico de nuestro pueblo. Se puede considerar como la exportación de expertos militares».
Theodor Reding von Biberegg
La historia del Regimiento tiene su origen en el acuerdo o ‘capitulación’ firmado en 1742 por Felipe V, primer Borbón español, con el cantón suizo de Schwyz, del que era originaria la familia Reding.
«Mediante ese tratado se autorizaba el reclutamiento de soldados por un noble suizo, que solía ser el coronel y propietario de la unidad», afirma el historiador Jon Valera.
A ese regimiento llega en 1769, con apenas 14 años, Theodor Reding para servir como cadete. Cuatro años más tarde es ascendido a capitán y propietario de su compañía. A partir de entonces recorre todo el escalafón militar hasta llegar al grado de Capitán General.
Tras la batalla de Bailén, Reding y parte de su regimiento fueron enviados a Cataluña, «donde los suizos volvieron a sobresalir por su arrojo en batallas como las de Montjuich, Llinás-Cardedeu y Valls», señala Jon Valera.
En este último enfrentamiento el general Reding resultó herido y moriría un mes después en Tarragona. Su regimiento tuvo unas terribles pérdidas y los supervivientes fueron adscritos a los restos de los Regimientos suizos 1 y 4, también diezmados, formando la llamada ‘Legión Helvética’.
swissinfo, José M. Wolff, Bailén
La batalla de Bailén se libró el 19 de julio de 1808 entre el ejército español, a las órdenes del general Teodoro Reding y el francés, dirigido por el general Pierre Dupont.
Se hicieron 20.000 prisioneros franceses. La Capitulación del general Castaños, jefe de las fuerzas españolas en Andalucía, estipulaba la repatriación de los prisioneros por mar, desde Sanlúcar de Barrameda.
Sin embargo, la oposición de Inglaterra, aliada de España en la contienda, hizo que los prisioneros acabaran confinados en la pequeña isla de Cabrera, donde muchos de ellos morirían de inanición y enfermedades.
En la batalla tuvo gran importancia la colaboración del pueblo de Bailén con las tropas hispanas. Fue un día de mucho calor, por lo que el aprovisionamiento de agua fue decisivo.
En recuerdo de aquel enfrentamiento el escudo de Bailén tiene un cántaro agujereado por una bala y un águila imperial boca abajo, simbolizando la derrota de Napoleón.
Fue una de las últimas seis unidades de Infantería de Línea suizas al servicio de la Corona Española.
Se creó en 1742 por una capitulación o acuerdo entre el monarca español y el cantón de Schwyz, de donde era originaria la familia Reding.
Se disolvió en 1829. Su historia está plagada de acciones heroicas tanto en el campo militar como civil.
Entre las primeras sobresale la Batalla de Irún en 1794, en la Guerra del Rosellón (1793-1795), donde el Regimiento fue distinguido con un ‘premio al valor y la lealtad’. En esa acción se produjeron más de 600 bajas suizas (casi la mitad del regimiento).
En el terreno de la protección civil destaca la actuación del Regimiento durante la epidemia de fiebre amarilla que se desató en Málaga el año 1803.
Además de establecer un cordón sanitario en torno a la ciudad para evitar que la enfermedad se extendiera, se puso al servicio de la población a los médicos y cirujanos del regimiento. Murieron 155 suizos.
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