Suiza: Menos niños por desacertada política familiar
Casi todos los padres de la Suiza germanófona conocen sus obras sobre la educación de los hijos. Remo Largo, que acaba de publicar un nuevo libro sobre la pubertad, también interviene en el debate público. Por ejemplo, contra la falta de una política familiar.
“Estamos sumergidos en el bienestar y con él nos hundiremos”, advierte el pediatra más famoso de la Suiza de habla alemana – y más allá de esta región- y critica la negativa de los políticos suizos de invertir en una verdadera política de familia.
El resultado, según Remo Largo: “1.1millón de niños no nacieron desde 1971 a la fecha», un número de infantes que habría permitido que la población suiza permanezca estable a largo plazo». Sin ellos, el número de habitantes del país disminuirá a partir de 2030″, escribe el especialista en un reciente artículo publicado en ‘Das Magazin’, el suplemento sabatino del diario Tages-Anzeiger.
Esta voz de alarma es típica de las declaraciones públicas del «pediatra de la nación», a quien no le gusta esa etiqueta. Para él, la familia no es un asunto privado, y nunca lo ha sido.
Hace tiempo, recuerda, las familias vivían en grandes comunidades en las que se ayudaban unas a otras en el cuidado y la educación de los niños. «Si el Estado no interviene, como lo ha hecho durante mucho tiempo con el desempleo, el seguro de vejez o de salud, la familia como pilar de la sociedad continuará desmoronándose», dice con preocupación.
«Un pueblo entero para educar a un niño»
Remo Largo es padre de tres hijas mayores de edad, divorciado, abuelo de cuatro nietos, entre ellos dos adolescentes. Oriundo de Winterthur y de 68 años de edad, ilustra su compromiso por mejores condiciones para las familias con el proverbio africano «hace falta toda una aldea para criar a un niño»
Justamente por eso se siente ofendido porque “en la ciudad de Zúrich, la mitad de los niños, por lo menos tres veces por semana, están solos en casa durante el almuerzo y después de la escuela; en Zürichberg (el barrio elegante de Zúrich) todavía con más frecuencia”.
Otro tema que ocupa a Largo es la escuela: en 2006 asumió una postura contra la enseñanza de dos lenguas extranjeras en las escuelas primarias en el cantón Zúrich. Posteriormente, los planes al respecto fueron aceptados en un referéndum. Entonces argumentó que con dos horas a la semana, la enseñanza era artificial, que sería mejor empezar más tarde con más lecciones.
La escuela también está muy presente en su último libro sobre la pubertad, que acaba de ser lanzado y ya es un éxito de ventas. En esta obra argumenta también a favor de que las lecciones para los adolescentes no empiecen tan temprano. «Por razones biológicas, los jóvenes no pueden dormir muy temprano”, asegura Remo Largo. “Por lo tanto, el entorno debe adaptarse, no los niños».
«La escuela favorece a las niñas”
Largo también critica ya desde hace varios años que la escuela hoy en día sea concebida para las niñas en detrimento de los varones. “A partir de una decisión del Tribunal Federal de 1982, los criterios de admisión a la escuela media deben ser los mismos para niños y niñas, de acuerdo con el principio de igualdad en la Constitución», recuerda.
«El hecho es que simplemente las niñas tienen más talento para la literatura o los idiomas, y estas materias se han vuelto cada vez más importantes en los últimos años”.
Los niños no son más tontos que las niñas, pero de facto la escuela no es igualitaria, afirma. “A causa de los esfuerzos para lograr la igualdad, se promueve más a las niñas, entonces no hay más igualdad. Hoy en día, el 60% de estudiantes en las escuelas superiores es de sexo femenino y solo el 40% de sexo masculino, explica Remo Largo. Ya desde hace años, este tema provoca discusiones controvertidas en la Suiza germanófona.
No intente controlar a los adolescentes
Remo Largo no solo es un defensor de los niños, sino también de los adolescentes en general. En su último libro aboga por un menor control, lo cual no es lo mismo que una ‘dejar-hacer’.
Los jóvenes deben entender que son responsables de sus acciones, dice el autor. “Los padres deberían darse tiempo para educar a sus hijos los primeros doce años de vida. Después deberían dejarles hacer sus propias experiencias, dejarlos crecer, escucharles, reforzar su autoestima, ofrecerles calor de hogar y hacerles sentir siempre bienvenidos. Pero no hay que tratar de controlarlos, que en cualquier caso es imposible”.
Según Largo, «si a los niños se les impide trepar a los árboles cuando son pequeños, uno se arriesga a que un día, cuando lo intenten de nuevo, se caigan. Desde esta misma perspectiva opina que los jóvenes deberían poder manejar un auto desde los 16 años, pero durante los dos primeros años solo con la compañía permanente de un adulto”.
El pediatra también hace frente a los discursos alarmistas sobre los peligros de la sociedad moderna, la predisposición a la violencia o la supuesta superficialidad de la juventud. «Son los jóvenes los que traen nuevas ideas con su creatividad e innovación. Acabemos de verlos como un factor de molestia al que se debe frenar – y por el contrario brindémosles confianza».
Nacido en 1943 en Winterthur (cantón de Zurich), Remo Largo escribió diversas obras sobre la infancia y la educación que se convirtieron en best-sellers.
Babyjahre (Los primeros años) apareció en 1993, Kinderjahre (La infancia) en 1999, Glückliche Scheidungskinder (Niños felices de parejas divorciadas), en 2004.
Su más reciente libro, publicado con la periodista Monika Czernin, trata sobre la pubertad y se encuentra en el primer sitio de ventas: Jugendjahre, Piper Verlag (en alemán solamente).
De 1975 a 2005, dirigió la sección ‘Crecimiento y Desarrollo del Hospital Infantil de Zúrich’. Desde ahí pudo dar seguimiento a más de 800 niños desde su nacimiento hasta la edad adulta.
Uno de los principales combates de Remo Largo concierne la igualdad entre los niños y las niñas en la escuela, pero desde un ángulo poco usual: según él, una igualdad estricta conduce a una desventaja para los chicos.
Recuerda la disposición del Tribunal Federal del 12 de febrero de 1982, que hizo caduco el sistema de parámetros diferenciados para chicas y chicos aplicado hasta entonces para la admisión a la escuela secundaria en el cantón de Vaud.
Ese cantón justificaba el parámetro diferenciado con el argumento de que “el desarrollo físico y psicológico de los muchachos y las muchachas presenta en esa edad (10-11 años) diferencias sensibles (…)”
“Con la introducción de un parámetro único, las niñas tendrían más de 33 posibilidades sobre 100 de acceder al colegio, mientras que un muchacho de la misma edad no tendría casi más de 28 posibilidades sobre 100”.
Un sistema de cuotas está pues en conformidad con el principio de igualdad, concluía el cantón de Vaud.
El TF desestimó esos argumentos en nombre del principio de igualdad en las áreas de la familia, la instrucción y el trabajo.
Traducción. Rosa Amelia Fierro
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