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Suiza celebra el domingo un referéndum sobre la libre circulación con la Unión Europea

Miembros del Partido Popular Suizo junto a un cartel electoral que reza en francés "¡Demasiado es demasiado!", el 13 de septiembre de 2020 en Ginebra afp_tickers

El principal partido de Suiza pide a los votantes que en el referéndum del domingo rechacen la libre circulación de personas con la Unión Europea en nombre de la «inmigración selectiva», una propuesta que es poco probable que salga adelante.

Sin embargo, el triunfo del «sí» en el referéndum de 2014 sobre cuotas de inmigrantes -impulsado por la Unión Democrática del Centro (UDC, derecha populista)- incita a la prudencia.

Esta vez la UDC, convencida de que el país alpino «sufre una inmigración descontrolada y desmesurada» que amenaza «los puestos de trabajo», lanzó una nueva iniciativa para poner fin al Acuerdo sobre la libre circulación de personas (ALCP) firmado en 1999 con la Unión Europea.

«Se trata de recuperar un atributo de la soberanía que es el control de la inmigración», explica a la AFP Vincent Schaller, concejal municipal de la UDC en Ginebra. «La UDC está a favor de una inmigración selectiva», agrega.

En 1992, los suizos votaron «no» a la entrada de su país en el Espacio Económico Europeo, un acuerdo firmado por los Estados miembros de la Comunidad Europea, el antepasado de la UE, y los países miembros de la Asociación Europea de Libre Cambio (AELC), o Acuerdo Europeo de Libre Comercio (EFTA, por sus siglas en inglés).

Desde entonces, Berna y Bruselas han firmado múltiples acuerdos bilaterales. Pero su relación se tensó tras el voto de 2014.

Esta votación enfureció a los europeos, que excluyeron a los suizos del programa Erasmus (que promueve el intercambio de estudiantes entre universidades).

Por temor a más represalias, Berna suavizó el texto de la aplicación de la iniciativa adoptado en 2016 por el parlamento, que da preferencia nacional a la contratación y establece formalidades adicionales para los empresarios radicados en Suiza que quieran traer a empleados europeos.

La adopción de esta versión irritó a su vez a la UDC, que respondió lanzando su nueva iniciativa, más radical que la primera, que acompaña con el lema «demasiado es demasiado» y un cartel en el que se ve cómo un europeo aplasta a Suiza sentándose encima.

– «Cláusula de guillotina» –

Seis años después del voto de 2014, la angustia de los suizos por la inmigración europea parece haberse disipado. Las encuestas predicen un rechazo a la iniciativa de casi 65%.

«Las condiciones han cambiado considerablemente en comparación con 2014», señala el politólogo Pascal Sciarni, quien explica a AFP que las investigaciones mostraron que parte de la población que votó a favor de la primera iniciativa ha entendido que la UE no está dispuesta a aceptar cualquier cosa.

En cuanto a la pandemia de coronavirus, durante la cual Suiza cerró sus fronteras durante varias semanas, estimó que no parece haber tenido un impacto importante en las intenciones de voto. «Las relaciones de fuerza parecen estables», señaló.

Y, más que nunca, la UDC está aislada en este tema.

El gobierno, el parlamento, los sindicatos, la patronal y los partidos llamaron a la población a hacer frente a la derecha populista. Insisten en que la UE es el principal socio comercial de Suiza y que sectores enteros de la economía, especialmente en las regiones fronterizas, dependen de la mano de obra europea.

El gobierno también advirtió que debido a la cláusula de guillotina, una denuncia unilateral de la ALCP conduciría, al cabo de seis meses, a la ruptura automática de otros seis acuerdos bilaterales (que versan sobre contratación pública, agricultura y transporte terrestre) y también correría el riesgo de poner en entredicho otros tratados concluidos con la UE.

En Bruselas, Dana Spinant, portavoz de la Comisión Europea, no quiso hacer comentarios sobre el voto, pero recordó que la UE tiene la intención de aprobar el acuerdo marco con Suiza «tan pronto como sea posible, una vez que se aclaren los puntos» planteados por Berna sobre la protección salarial y las ayudas estatales.

Desde hace años, la UE quiere cerrar un acuerdo marco institucional con Berna para simplificar las relaciones bilaterales. Este acuerdo siembra recelo en Suiza, tanto en la izquierda como en la derecha.

Por otro lado el domingo los suizos aprobarán probablemente la compra de nuevos aviones de combate por valor de 6.000 millones de francos suizos (5.600 millones de euros, 6.500 millones de dólares) y el establecimiento de un permiso por paternidad de dos semanas.

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