Autoridades tunecinas denuncian un intento de injerencia extranjera
Túnez, 10 oct (EFE).- El ministerio tunecino de Asuntos Exteriores condenó este domingo las declaraciones «vergonzosas» de figuras políticas a favor de una intervención extranjera en el país, lo que podría «comprometer» la iniciativa del presidente de la República, Kais Said, que el pasado 15 de julio cesó al primer Ministro, suspendió el Parlamento y se arrogó plenos poderes.
En un comunicado de prensa, el Departamento mostró su sorpresa ante las afirmaciones de «personalidades que han ocupado un alto cargo»- sin hacer mención explícita- en alusión al expresidente Moncef Marzouki, que el pasado sábado instó al gobierno de Francia, país donde reside actualmente, a rechazar lo que calificó de «golpe de Estado».
«Llamo a todos los tunecinos a manifestarse este domingo en defensa de la constitución, la democracia, la libertad y la soberanía nacional», aseguró Marzouki en un vídeo publicado en sus redes sociales.
Una iniciativa que trata de «incitar contra Túnez, perturbar el proceso de corrección de la experiencia democrática y perjudicar la reputación de nuestro país así como interferir en sus relaciones con el extranjero», señaló la fuente, que defendió su compromiso «total» con la protección de los derechos y libertades de los ciudadanos.
Este comunicado se produce un día después de que Said denunciase la solicitud por parte de «ciertas partes» a países extranjeros para intervenir en los asuntos internos del país.
«Tratamos con los Estados, pero queremos que nos respeten, y tratamos igualmente con instituciones internacionales pero queremos que respeten la voluntad de la ciudadanía y la soberanía del Estado», afirmó el jefe del Estado tras reunirse con el responsable del ministerio del Interior, Ridha Gharsallaoui.
Por su parte, el Sindicato del cuerpo diplomático pidió este sábado al ministerio de Exteriores la retirada del pasaporte diplomático al presidente Marzouki, al considerar que actuó contra los intereses del Estado, mientras el secretario general de la central sindical UGTT, Sami Tahri, llamó a enjuiciar al exdirigente por «incitación» contra su país y le acusó de «avivar el espíritu colonial francés».
Desde que el pasado 25 de julio Said decretase el Estado de excepción, que incluyó el cese del primer Ministro y la suspensión de la Asamblea de manera indefinida, ha congelado la casi totalidad de la Constitución de 2014 y se ha hecho con los poderes ejecutivos y legislativos con el fin de «recuperar la paz social».
Mientras la mayoría de partidos califican esta iniciativa de «golpe de Estado», otras formaciones consideran que se trata de una «rectificación» de la revolución de 2011 que puso fin a las décadas de Zine El Abidine Ben Ali.
Tras dos meses de incertidumbre, el mandatario nombró como primera Ministra a Najla Bouden, una alta funcionaria y desconocida de la escena política, que deberá formar un Gobierno «lo antes posible», aunque todavía se desconocen sus prerrogativas.
Durante este periodo, la justicia ha abierto numerosas investigaciones y ha adoptado medidas cautelares- arrestos domiciliarios y prohibición de abandonar el país- contra altos cargos de instituciones, magistrados, hombres de negocios y diputados; lo que ha desatado la preocupación de organizaciones de defensa de los derechos humanos. EFE
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