RSF pide al presidente tunecino preservar la «frágil» libertad de prensa
Túnez, 19 ene (EFE).- Reporteros Sin Fronteras (RSF) instó este miércoles al presidente tunecino, Kais Said, a preservar las garantías de libertad de prensa en el país, un «logro» de la transición democrática que padece una «fragilidad preocupante» desde que el pasado julio decretase el Estado de excepción.
«Said ha invertido la ecuación cuando se hizo con todos los poderes el 25 de julio. Como consecuencia, la tasa de violaciones contra la prensa se ha disparado», declaró el secretario general de RSF, Christophe Deloire, en informe publicado hoy bajo el título «Periodismo en Túnez, la hora de la verdad», en el que advierte del «giro autoritario que impacta directamente en la prensa».
Desde su llegada al poder a final de 2019 y pese a las protestas de la profesión, según este estudio, Said y su entorno han excluido a los medios de las conferencias de prensa y entrevistas, haciendo uso exclusivamente de su propio equipo de comunicación.
«Además de ser un logro adquirido después de la revolución, una prensa libre e independiente es indisociable del futuro de la democracia tunecina», insistió RSF, que recordó que Túnez se sitúa en el puesto 73 de un total de 180 países, un punto por debajo que en 2020, en el indice anual de libertad de prensa.
Asimismo el organismo advirtió de que las escenas de violencia que han tenido lugar durante las últimas protestas del pasado viernes contra Said «solo confirman las dudas con respecto al verdadero compromiso del jefe de Estado a favor de la libertad de prensa».
Durante estas movilizaciones, convocadas por la oposición y prohibidas por el Gobierno tunecino un día antes con motivo de la crisis sanitaria, al menos 20 periodistas fueron agredidos de «forma premeditada» y la Policía impidió a numerosos profesionales grabar los arrestos, denunció el Sindicato Nacional de Periodistas Tunecinos (SNJT).
El movimiento «Ciudadanos contra el Golpe de Estado», que reúne a figuras de diferentes corrientes políticas, reveló hoy la muerte de un manifestante, herido «por la violencia excesiva» ejercida por las fuerzas de seguridad, que hicieron uso de camiones de agua, golpes de porra y gases lacrimógenos para dispersar a los cerca de 2.000 ciudadanos que salieron a las calles de la capital.
Un día antes de estas protestas, celebradas con motivo del aniversario de la revolución, el Ejecutivo impuso un nuevo toque de queda entre las 22.00 y las 5.00 horas durante dos semanas, así como la prohibición de cualquier manifestación ante el aumento de los contagios por coronavirus, que en su último balance oficial ha registrado más de 12.000 casos diarios.
Desde que el pasado 25 de julio el presidente decretó el Estado de excepción -que incluyó el cese del primer ministro y la suspensión de la Asamblea de manera indefinida-, ha congelado la casi totalidad de la Constitución de 2014 y se ha hecho con plenos poderes con el supuesto fin de «recuperar la paz social».
Una decisión que ha sido calificada por la mayoría de partidos políticos como «golpe de Estado», mientras otros consideran que se trata de una «rectificación» de la revolución de 2011 que puso fin a las dos décadas del régimen autócrata de Zine El Abidine Ben Ali. EFE
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