Templo al chocolate a orillas del lago de Zúrich
Una cascada de nueve metros de altura que vierte chocolate constituye la principal atracción del museo recientemente inaugurado por la empresa Lindt & Sprüngli. Planificado antes de la pandemia, el ‘templo del chocolate’ quiere asociar los dulces con Suiza y atraer más turistas al país.
Entrar a un jardín de dulces, untar los dedos en chocolate líquido derramado en sandías coloridas, y nadar en un río de cacao. “Controla la respiración, pide un deseo y cuenta hasta tres”, le dice Willy Wonka a los niños cuando entran en la ‘Fantástica Fábrica de Chocolate’. Tal vez fue esta escena de la famosa película musical, dirigida por el cineasta Mel Stuart en 1971, la que inspiró a los arquitectos que diseñaron Home of ChocolateEnlace externo, el museo recientemente inaugurado por Lindt & Sprüngli, el segundo mayorEnlace externo fabricante de chocolates de Suiza.
En la entrada principal se encuentra nada menos que una fuente de chocolate, la más grande del mundo. Tiene nueve metros de alto. Y en la punta, una batidora derrama constantemente1,4 toneladas del más puro chocolate con leche sobre un gran bombón Lindor. El edificio, una moderna construcción de mármol y cemento, fue inaugurado el 10 de septiembre de 2020. Su objetivo: exponer todo sobre la historia de la empresa fundada en 1845.
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Pioneros de la ‘Revolución suiza del chocolate’
El evento constituyó un hecho importante para la empresa Lindt. Fueron invitados periodistas del mundo entero para participar de la inauguración del museo, instalado en la Plaza del Chocolate número 1, junto a la fábrica original construida en 1899 en Kilchberg, una pequeña comuna de los alrededores de Zúrich. La obra costó 100 millones de francos y fue dirigida por la empresa de arquitectura Christ & GantenbeinEnlace externo.
Estaba presente Ernst TannerEnlace externo, quien dirigió la Lindt entre 1993 y 2016 y actualmente funge como presidente del Consejo de Administración. “Queremos reforzar a Suiza como centro productor de chocolate -acumulando conocimientos y experiencias en esta actividad-, y promover la formación profesional”, subrayó Tanner y señaló que el museo fue financiado por la Lindt Chocolate Competence Foundation, creada con tal fin en 2013.
A su lado, se encontraba Ueli Maurer, ministro suizo de Finanzas, quien recordó la importancia de la industria de este ramo para el país. “El chocolate hace parte de la identidad nacional de Suiza. La industria chocolatera representa un sector económico importante y por tal motivo apoyar la formación de competencias en el área significa también reforzar nuestra economía”. El tenista suizo Roger Federer, emblema de la publicidad de la empresa desde 2009 e invitado al evento, explicó a la prensa las virtudes del chocolate para mejorar el rendimiento deportivo ( vea AQUI la entrevista realizada por swissinfo.ch con el tenista en 2010).
Bebida sagrada
El centro ofrece diversos espectáculos, un museo interactivo, la mayor tienda de chocolates Lindt en el mundo, una cafetería, una chocolatería para cursos de formación y un centro de investigación. Sin embargo, el corazón mismo, es la visita guiada de la exposición que ocupa un espacio de 1 500 metros cuadrados. El visitante viaja a través de la selva tropical con árboles de plátano y cacao (hechos de plástico), flanqueado por grandes monitores que exhiben escenas de la cosecha del fruto en plantaciones de Ghana, África, así como el proceso de secado y tostado del grano. Las audioguías relatan y exhiben, con carteles como soportes, piezas históricas y videos que explican el surgimiento del chocolate como bebida sagrada del pueblo maya en México y su llegada a Europa en el siglo XIV.
La sala de los pioneros, donde se presentan escenarios alpinos, relata la historia de empresarios suizos, como François-Louis CaillerEnlace externo, que abrió en 1819 en Vevey la primera tienda de chocolates. Philippe SuchardEnlace externo, que fundó una confitería para procesar chocolate y poco después desarrolló el “melangeur”, una máquina mezcladora que molía azúcar y cacao produciendo una pasta fina. En 1875, Daniel Peter tuvo la idea de emplear leche condensada para crear el chocolate de leche. El mismo año, Rodolphe Lindt inventó un proceso que mejoró la calidad de los bombones de chocolate.
La lógica interactiva es una de las características del moderno museo. En una de las salas, grandes globos giratorios representan datos estadísticos de fácil acceso táctil. ¿Quién es el mayor consumidor de chocolate en el mundo? Según Lindt no son los suizos. Los alemanes, con 11 kilos per cápita, superan a los ciudadanos helvéticos que consumen 9,7 kilos.
En esta sala, la de los globos, es donde Lindt & Sprüngli tematiza un problema sensible: la sostenibilidad de la producción del chocolate. Trabajo infantil, bajos salarios, destrucción del medio ambiente… Algunas de las críticas más corrientes esgrimidas por las ONG defensoras de los derechos humanos a las multinacionales dedicadas a la producción de alimentos. La portavoz de la empresa subraya que la problemática no fue olvidada. Una mirada atenta a las informaciones de los videos prueba que hoy existe una preocupación significativa sobre estos temas de parte el productor suizo.
«Para nosotros la sustentabilidad es muy importante. Incluso hemos promovido un programa específicoEnlace externo para apoyar a los productores de cacao en África”, señala Sarah Thallner.
Después de la historia y de la economía viene el momento del deleite. El visitante llega a una sala dedicada a la tecnología de producción, donde puede llenar cucharas desechables con chocolate amargo, de leche o blanco que proviene de tres pequeñas fuentes. Luego tiene acceso a las informaciones sobre cómo se fabrica el producto y su importancia económica en el mundo. Finalmente, la visita concluye en la ‘Fantástica Fábrica de Chocolate’: una gran sala, donde todos los chocolates Lindor, es decir más de una docena de variedades, se exhiben en grandes vitrinas y se ofrecen gratuitamente.
Despertar emociones
La Casa del Chocolate de Lindt no es el único lugar en Suiza dedicado a este producto. Fabricantes como Maestrani (ChocolariumEnlace externo), Camille Bloch (Chez Camille BlochEnlace externo), Cailler (Maison CaillerEnlace externo) , abrieron también en los últimos años locales especiales donde los visitantes pueden descubrir sus productos e informarse sobre el proceso de la fabricación. Sin embargo, la pandemia de la COVID-19 provocó el cierre de uno de ellos, inaugurado apenas hace dos años: el Centro de Visitantes de la Fábrica de Chocolates FreyEnlace externo. En su sitio web, el tercer mayor fabricante suizo del sector, que abastece la red de supermercados Migros, explica el cierre debido a las dificultades para adaptar el espacio a las nuevas exigencias de seguridad sanitaria.
Otros productores famosos nunca pensaron en abrir este tipo de centro para visitantes, como es el caso de la TobleroneEnlace externo, que desde 1990 pertenece a la multinacional alimenticia Mondelez International. HalbaEnlace externo, gran productor de chocolates, ligada a los supermercados Coop, tampoco exhibe su producción al público.
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Läderach, el chocolate fresco que quiere conquistar el mundo
Pero, ¿cuál es la razón para que los productores de chocolate abran centros de visitantes? «Hace diez años dejamos de aceptar visitas a la fábrica de chocolate por razones de higiene. Pero siempre ha existido mucho interés de la gente por ver cómo se hacen nuestros productos», dice Ernst Tanner de Lindt en una entrevista escrita. «Decidimos abrir un centro especial, no solamente para honrar a los pioneros del chocolate, sino para mostrar la calidad de nuestros productos».
Para los especialistas, la razón principal se encuentra en el cambio de los hábitos del consumidor. Ciertos canales clásicos de propaganda como la televisión o los periódicos pierden continuamente importancia y van siendo sustituidos por plataformas más consultadas por el público. “Vivimos en la era de los medios sociales. Si uno abre un museo del chocolate logra agregarle emoción al producto y multiplica esas experiencias a través de imágenes y mensajes distribuidos por Internet”, evalúa Jürg StettlerEnlace externo.
Profesor de la Universidad de Lucerna y especialista en turismo, Stettler considera que los museos de grandes marcas como la Lindt & Sprüngli aprovechan la imagen del país para conquistar al consumidor. “Suiza tiene la fama de contar con productos de alta calidad, especialmente su chocolate. Cuando los extranjeros piensan en Suiza, inmediatamente lo asocian con el chocolate. Y si visitan el país, es la vivencia que querrían tener, junto a la de las montañas”.
Pérdidas a causa de la pandemia
Entre enero y agosto del 2020, la facturación de los fabricantes suizos de chocolate tuvo una caída del 14,3 %. No solo vendió menos en el mercado interno (-15%), sino también cayeron las exportaciones en un 14%.
Según Chocosuisse (Asociación Suiza de Productores de Chocolate), la mayor parte del producto fabricado en el país está destinado al mercado externo (70%). La fuerte caída en las ventas estuvo ligada al cierre de negocios duty free en los aeropuertos y de la gastronomía en muchos países.
En Suiza, el retroceso en las ventas de chocolate se debió a la caída del número de turistas extranjeros. Según la asociación -que aglutina 16 fabricantes y da empleo a unas 4 840 personas- el país importó en los primeros nueve meses del año un 2,2% más de chocolate.
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