Turquía pide mantener la calma en norte de Siria y no perjudicar a civiles
Estambul, 29 nov (EFE).- El Gobierno de Turquía declaró este viernes que considera prioritario «mantener la calma» en el noroeste de Siria, donde se suceden combates entre tropas gubernamentales y rebeldes islamistas, y lamentó los «recientes ataques contra Idlib», la zona dominada por los sublevados y parcialmente bajo control de Turquía.
«Hemos advertido en las plataformas internacionales sobre los ataques de los últimos tiempos contra Idlib, que han causado serias pérdidas civiles y vulneran el espíritu y la aplicación de los acuerdos de Astaná», señala un comunicado del Ministerio de Exteriores turco.
«Para Turquía es prioritario prevenir una mayor inestabilidad y más daños a la población civil», prosigue.
Idlib es el último bastión rebelde en manos de milicias islamistas Organismo de Liberación del Levante (Haiat Tahrir Sham en árabe), mientras que Turquía controla varias zonas adyacentes en el norte de Siria con ayuda de grupos armados contrarios al régimen de Bachar al Asad.
Varios de estos grupos lanzaron el miércoles una ofensiva que tras fuertes combates con las tropas gubernamentales, apoyadas por la aviación rusa, ha conseguido tomar hoy cinco barrios de Alepo, la segunda mayor ciudad de Siria, según informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
Esta es la primera vez que las facciones armadas entran en Alepo desde 2016, según el Obsevatorio, una ONG con sede en el Reino Unido y una amplia red de colaboradores sobre el terreno.
Turquía lleva meses señalando su disposición a negociar con el presidente sirio para recuperar las relaciones diplomáticas rotas tras el inicio de la guerra civil siria en 2011, provocando protestas de los grupos rebeldes sirios bajo su dominio, que temen ser entregados a Damasco.
Por otra parte, el comunicado de Ankara recuerda que le causa «preocupación» la «presencia de grupos terroristas», en referencia a las milicias kurdosirias, en las zonas de Tel Rifat y Manbech, al noreste de Alepo, ya que también contribuyen, asegura, a la «inestabilidad». EFE
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