Ucrania aprovecha la caída del prorruso Asad para buscar su sitio en Oriente Medio
Marcel Gascón
Kiev, 14 ene (EFE).- Ucrania se ha propuesto disputarle a Rusia su influencia en aquellas regiones del mundo en las que está más presente Moscú y ha encontrado una oportunidad de oro para cumplir este propósito con la reciente caída a manos de los rebeldes islamistas apoyados por Turquía del líder sirio Bashar al Asad.
Con la llegada al poder a Damasco de las nuevas autoridades, las fuerzas rusas que durante una década sostuvieron militarmente a Asad ante la amenaza de los rebeldes comenzaron a retirarse y difícilmente mantendrán en la nueva Siria el poder que llegaron a tener con el anterior régimen.
Aprovechando el hambre de legitimidad y relaciones comerciales internacionales de los nuevos dirigentes de Siria, y apelando también a la solidaridad entre dos sociedades que han sufrido los bombardeos del Ejército ruso, Ucrania ha corrido a posicionarse como uno de los primeros apoyos para la recuperación siria con una visita del ministro de Exteriores ucraniano, Andrí Sibiga, para restablecer de inmediato la cooperación entre ambos países.
Punto de entrada a la región
“Siria se ha convertido en uno de los potenciales puntos de entrada de Ucrania a Oriente Medio”, dice a EFE Iliá Kusa, experto en esa región del Instituto Ucraniano para el Futuro.
Kusa recuerda que Siria era antes de la guerra uno de los principales socios comerciales de Ucrania en Oriente Medio, especialmente por las exportaciones de grano ucraniano.
Las relaciones comerciales y de otra naturaleza entre ambos países cayeron con el estallido de la guerra civil en Siria en 2011, se deterioraron aún más con la entrada de Rusia en el conflicto en 2015 y la invasión a gran escala rusa de Ucrania en 2022, que encontró como era previsible en Asad uno de las pocas voces favorables.
El principal argumento e interés de Ucrania para volver a contar en Damasco es comercial, como lo demuestra el hecho de que el ministro de Agricultura ucraniano, Vitali Koval, viajara a Siria junto al jefe de la diplomacia de Kiev.
El viaje sirvió entre otras cosas para anunciar el envío a ese país árabe afectado por casi tres lustros de guerra de una primera partida de 500 toneladas de grano ucraniano pagado con dinero occidental para cubrir una parte de las necesidades humanitarias del país.
Este primer envío humanitario podría ser un primer paso para reabrir a los exportadores ucranianos un mercado que con Asad cubrió una parte de su demanda con cereal enviado por Rusia desde zonas ocupadas por Moscú en Ucrania.
Durante su gira en Oriente Medio, los ministros ucranianos de Exteriores y Agricultura también visitaron Líbano, otro país en guerra que ha mostrado interés en expandir las importaciones de productos agrícolas ucranianos.
Según dijo recientemente el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, las exportaciones agrícolas ucranianas a Líbano se sitúan actualmente en los 400 millones de dólares anuales, una cantidad que Kiev espera doblar en el año que empieza.
Cooperación militar y política
Otro campo en el que ambos países podrían cooperar en el futuro es la industria militar. Como explica a EFE el coronel ucraniano en la reserva Serguí Grabski, el equipamiento del Ejército sirio es fundamentalmente soviético, por lo que los ingenieros ucranianos pueden desarrollar un papel clave en la reconstrucción de las fuerzas armadas del país si se consuma la salida de Rusia.
Más allá de lo estrictamente comercial, las malas experiencias con el Kremlin que comparten ambos países podrían impulsar también una cooperación política fructífera que sume un apoyo más a la lista aún exigua de países del llamado Sur Global que se alinean con Ucrania sin ambages en el conflicto con Rusia. EFE
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