Zelenski pierde la ingenuidad en dos años de poder
Olga Tokariuk
Kiev, 19 may (EFE).- En dos años en el poder, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha aprovechado el antagonismo con Rusia para acercar a su país a Occidente, pero no la logrado cumplir su principal promesa electoral: poner fin a la guerra en el Donbás.
«Sus votantes esperaban que hiciera milagros para solucionar todos los problemas de Ucrania. No ocurrió. Sin embargo, tampoco ha tenido lugar una catástrofe ni un colapso del Estado ucraniano como pronosticaron el anterior presidente Petró Poroshenko y sus partidarios», dijo a Efe el politólogo Volodímir Fesenko.
Zelenski, de 43 años, llegó al poder el 20 de mayo de 2019 tras desbancar a Poroshenko con un histórico 73 % de los votos en la segunda vuelta electoral.
Ya no es aquel actor cómico de 2019 y, según Fesenko, se ha convertido en un político de corte más tradicional, aunque conserva la tendencia a adoptar medidas poco convencionales como su actual campaña contra los oligarcas, sin precedentes en el espacio postsoviético.
PROMESAS INCUMPLIDAS
Desde que asumió la jefatura del Estado, Zelenski ha cumplido sólo una cuarta parte de las promesas que hizo durante la campaña electoral, según el Comité de Votantes de Ucrania.
Sí ha cumplido con la reforma de la tierra, la modernización de la red de carreteras, la automatización de procesos públicos en línea, la derogación de leyes sobre la inmunidad de los altos cargos y la posibilidad de abrir procesos de destitución al presidente.
Pero los expertos consideran que esas promesas cumplidas apenas tienen impacto en la vida de los ucranianos.
«No se han cumplido los principales puntos del programa: el fin de la guerra, la mejora del nivel de vida, combatir la corrupción y llevar a cabo importantes reformas», señala el comité.
Pese a ello, entre un 28 % y un 31% de los ucranianos estarían aún dispuestos a apoyarle en las urnas, según los últimos sondeos.
MIRAR A LOS OJOS A PUTIN
Durante su primer año de mandato, Zelenski aseguró a los ucranianos que era posible poner fin a la guerra en el Donbás en el plazo de meses. En su segundo año se dio cuenta que esto era un imposible.
«Cuando llegó al poder, Zelenski creía que el conflicto se podía solucionar mirando a los ojos de (el presidente ruso, Vladímir) Putin. En la primavera de 2020 esa postura comenzó a cambiar cuando se dio cuenta de que en el Kremlin no había voluntad política para poner fin a la guerra», señaló a Efe María Zolkina, analista de la Fundación de Iniciativas Democráticas.
Ante la imposibilidad de llegar a un acuerdo con Moscú, optó por iniciativas como la Plataforma de Crimea, que celebrará en agosto su primera cumbre internacional con el fin de recabar apoyos para la recuperación de la península.
Como los altos el fuego no surtieron resultado alguno, decidió tomar medidas para limitar la influencia de Putin dentro del país.
Así fue cómo abrió un proceso contra el amigo del jefe del Kremlin, Víctor Medvedchuk.
La Fiscalía General abrió un caso por alta traición contra el oligarca y diputado prorruso por negocios en Crimea y trabajar para Rusia. Un tribunal le impuso arresto domiciliario y podría ser condenado a 15 años de cárcel.
Mientras Putin y Medvedchuk defienden la concesión de un estatus especial a las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, una mayoría de ucranianos se niega a negociar directamente con los regímenes marionetas del Donbás patrocinados por Moscú.
Zelenski es un «presidente del pueblo», por eso debe tener en cuenta que sólo un 17-18 % de los ucranianos, en su mayoría residentes en el sur y este del país, apoyan una paz, bajo cualquier condición, con Rusia.
UE Y OTAN, ALIADOS SIN COMPROMISO
La política exterior de Zelenski puede ser considerada un gran éxito si se compara con sus logros a nivel nacional. Desde un principio, mantuvo firme su política de acercamiento a la Unión Europea y la OTAN.
De hecho, logró el unánime apoyo de las potencias occidentales durante el reciente pulso que mantuvo con Rusia por la concentración masiva de tropas en la frontera.
No obstante, según los expertos, pecó de ingenuidad en materia diplomática como cuando pasó de promover un referéndum sobre el acceso en la OTAN a exigir el pronto ingreso en la Alianza.
«Hace dos años no entendía del todo lo que era política exterior. En su programa electoral estaba escrito que la OTAN tiene 12 miembros, cuando, de hecho, son 30», comentó Hanna Shelest, directora de programas de seguridad en el Consejo de Política Exterior de Prisma Ucraniano.
Las amenazas rusas le hicieron entender, agregó, que «es mejor estar del lado de los ‘tipos fuertes’ que con Putin, que abusa de él».
Aunque es un político aún popular, Zelenski sólo continuará en el poder, según Fesenko, si madura como político, deja de creer en soluciones rápidas, cumple sus promesas y abre nuevos frentes en su actual campaña contra la oligarquía. EFE
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