Un atropello en la ciudad alemana de Mannheim deja dos muertos y once heridos
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Un hombre atropelló el lunes con un automóvil a una multitud en Alemania, matando a dos personas e hiriendo a otras 11, informó la policía, que detuvo a un alemán de 40 años por este hecho.
El atropello múltiple ocurrió en Mannheim y las autoridades regionales dijeron que «la policía trabaja intensamente para aclarar el incidente, las circunstancias del delito y la motivación del culpable», dijo el ministro regional del Interior de Baden-Wurtemberg, Thomas Strobl.
El conductor irrumpió en la zona peatonal de la ciudad «a gran velocidad», utilizando su vehículo «como un arma», añadió Strobl. «Este acto se inscribe en una serie de varios crímenes recientes en los que un automóvil fue utilizado como arma», recordó.
Sin embargo el ministro indicó que no existe «ningún indicio de un fondo extremista o religioso» en este acto cuya motivación «podría estar relacionada con la personalidad del autor».
Más tarde, el procurador encargado del caso Romeo Schüssler, dijo que el hombre sufría una enfermedad mental.
El canciller Olaf Scholz lamentó un «acto insensato de violencia», que ocurre en un clima muy pesado en Alemania, donde dos ataques similares han sido cometidos desde diciembre.
Tras el incidente, las autoridades pidieron a los residentes de esta ciudad del suroeste de Alemania «permanecer en sus casas».
«Solo vemos heridos y al muerto, y no sabemos qué hacer», dijo al diario local Mannheimer Morgen un comerciante de la zona, que se encontraba en plenos preparativos para las festividades de Carnaval.
Imágenes de televisión mostraban efectos personales esparcidos en el suelo, incluyendo un zapato de niño, un bolso y una chaqueta.
Según los medios de comunicación, el sospechoso estaba al volante de un Ford negro, que los investigadores están inspeccionando.
«Me parte el corazón», declaró Kasim Timur, de 57 años, dueño de un café próximo al lugar del incidente. Una de sus empleadas vio a heridos graves, incluyendo niños, agregó el hombre, citado por el semanario alemán Der Spiegel.
Alemania ha sido escenario de varios ataques con atropellos en los últimos meses.
A mediados de febrero, en Múnich, en el sur del país, un conductor embistió a manifestantes con su vehículo, matando a dos personas, incluido un niño de dos años, e hiriendo a varias otras.
El presunto autor, detenido tras el acto, es un afgano de 24 años que habría cometido el ataque por «motivos religiosos».
En diciembre, en Magdeburgo, en el este del país, un médico saudita de 50 años atropelló a toda velocidad a varias personas en un mercado navideño, matando a seis personas e hiriendo a unas 300.
– Auge de la extrema derecha –
Además de estos ataques, otros actos violentos han vuelto a poner en primer plano el debate sobre la seguridad y la inmigración en Alemania.
Mannheim ya había sido escenario de un ataque con cuchillo en una reunión pública en 2024, en el que murió un policía. El juicio del sospechoso, de nacionalidad afgana, comenzó el mes pasado.
En Solingen, en el oeste, un apuñalamiento -esta vez atribuido a un sirio- durante una fiesta municipal el verano pasado costó la vida a tres personas.
Y otro apuñalamiento, presuntamente perpetrado por un afgano indocumentado y con problemas psiquiátricos, dejó recientemente dos muertos en el sur de Baviera, entre ellos un niño de dos años.
El 21 de febrero, un refugiado sirio de 19 años apuñaló a un turista español, hiriéndole de gravedad, cuando visitaba el Memorial del Holocausto en Berlín, dos días antes de las elecciones parlamentarias alemanas.
En estos comicios venció el partido conservador de Friedrich Merz y marcó un importante auge del partido ultraderechista AfD, que aboga por las expulsiones masivas de extranjeros y el endurecimiento de la política penal.
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