Un Gobierno de transición toma mañana las riendas de una Siria plagada de desafíos
Beirut, 28 mar (EFE).- Un Gobierno de transición tomará mañana, sábado, las riendas de Siria casi cuatro meses después del derrocamiento del régimen de Bachar al Asad y con grandes desafíos por delante, que van desde la frágil economía hasta la situación de seguridad tras las masacres de este mismo mes.
Está previsto que el nuevo Ejecutivo sea anunciado mañana durante una ceremonia que tendrá lugar a las 12.00 hora local (09.00 GMT) en el Palacio Presidencial de Damasco, donde los ministros tomarán también posesión de su cargo ante el presidente, Ahmed al Sharaa.
Después de que grupos islamistas y proturcos tomaran Damasco el pasado 8 de diciembre como colofón a una rápida ofensiva desde el noroeste del país, los hasta aquel momento opositores designaron a una serie de ministros interinos con la promesa de llevar a cabo un diálogo nacional y de formar un Gobierno inclusivo para el 1 de marzo.
En menos de dos meses, a finales de enero, Al Sharaa era nombrado para asumir las funciones de presidente de la República durante la etapa de transición, se derogaba la última Constitución promulgada en 2012 bajo el mandato del anterior régimen y se disolvía también el Parlamento vinculado al mismo.
Hasta ese momento, Al Sharaa, que lideró a la alianza islamista Organismo de Liberación del Levante, la principal formación de la ofensiva contra Al Asad, ya se había perfilado como el nuevo hombre fuerte de Siria.
A finales del pasado febrero llegó la esperada conferencia para delinear la transición, aunque los principales grupos kurdos -que controlan de facto el noreste de Siria- denunciaron que fueron excluidos del proceso y condenaron la «falta de pluralidad» de las nuevas autoridades de Damasco.
En ella, los participantes acordaron una veintena de puntos sobre los que se debe trabajar inmediatamente para iniciar el proceso transitorio, entre ellos acelerar la formación de un Legislativo para ese periodo y constituir un comité que prepare una nueva Carta Magna para el país.
Entre críticas a la falta de inclusión de algunas comunidades y temores a que Al Sharaa estuviera tratando de perpetuarse en el poder, el 1 de marzo pasó sin que se anunciara un Gobierno de transición con representación amplia y sin que se estableciese una nueva fecha para ello.
Mientras el presidente interino de Siria ya había alertado de que la celebración de elecciones democráticas podría demorarse hasta cinco años, el Consejo de Ministros que tome posesión mañana se enfrenta a una serie de desafíos que deberán ser atajados sin demoras.
Van desde la escasez de electricidad hasta la pobreza, pasando por la falta de fondos para el pago de salarios públicos, y por las sanciones internacionales que afectan en mayor o menor medida a un gran número de sectores y actividades estatales.
En el plano de la seguridad, se superponen la fragmentación, la amenaza israelí o la necesidad de crear unas fuerzas unidas.
Hace tres semanas, las provincias costeras de Latakia y Tartús, feudos de Bachar al Asad y de mayoría alauita, vivieron una ola de violencia sin precedentes en cuatro meses con ataques de grupos leales al derrocado régimen contra las fuerzas de la nueva administración de Damasco.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos, organización dedicada a registrar la violencia en Siria desde el inicio de la guerra civil en 2011, informó el 11 de marzo de 1.614 civiles muertos, mientras que la Red Siria de Derechos Humanos situó la cifra de fallecidos en 803 muertos, entre los cuales aseguró que hay al menos «211 civiles». EFE
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