UNRWA denuncia que el desplazamiento de palestinos en Cisjordania es el mayor desde 1967
Ginebra, 10 mar (EFE).- En el territorio palestino ocupado de Cisjordania se está experimentando el mayor desplazamiento de población desde 1967 a raíz de la operación militar lanzada por Israel hace seis semanas, que ha implicado la demolición de edificios a gran escala, denunció este lunes el jefe de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA), Phillippe Lazzarini.
A ese respecto, informó de que varios campos de refugiados en Cisjordania «prácticamente se han vaciado», que el número de desplazados palestinos llega por el momento a 40.000 y que con las demoliciones que se están produciendo la gente ya no tiene adonde regresar.
Lazzarini recalcó que Israel está desarrollando allí una de las operaciones militares más prolongadas desde la época de la Segunda Intifada (2000-2005), pero que esta situación está quedando silenciada por la gravedad de la situación en Gaza.
«Estamos tremendamente preocupados por lo que está pasando (en Cisjordania). Hemos visto aparecer tanques en los campos de refugiados por primera vez desde la Intifada», señaló Lazzarini en una conferencia de prensa en Ginebra, tras una reunión con diplomáticos de varios países.
Gaza, tras algunas semanas de respiro gracias al alto el fuego – acordado tras 16 meses de guerra- sufre por una nueva prohibición israelí a la entrada de ayuda humanitaria, recordó el responsable de la UNRWA.
Esa medida fue dictada hace diez días e incluye la entrada de suministros comerciales, lo que ha puesto a Gaza en la misma situación de bloqueo que siguió al ataque de Hamás contra Israel del 7 de octubre de 2023 y que desencadenó la actual guerra.
Lazzarini enfatizó que la entrada de asistencia humanitaria vital que ha sido posible durante la primera fase de la tregua entre Israel y Hamás demuestra que cuando existe voluntad política la ayuda puede llegar de forma regular y sin obstáculos.
Sobre el riesgo de que Israel vuelva a la idea lanzada por algunos de sus políticos de transferir forzosamente a los palestinos de Gaza a terceros países, respondió: «Se trata de la tierra de los palestinos, de donde vienen y ellos ven su futuro allí. La cuestión es cómo hacer nuevamente de Gaza un lugar donde se puede vivir».
Recordó que la implementación de tal propuesta significaría «una limpieza étnica».
Como alternativa defendió la propuesta de la Liga Árabe, respaldada por la Organización de Estados Islámicos, de crear un fondo de 53.000 millones de dólares para financiar la reconstrucción de Gaza en un periodo de algo más de cinco años.
Lazzarini confirmó que la agencia que dirige, que proporciona la mayoría de servicios básicos a los palestinos en los territorios ocupados, no ha podido seguir trabajando en Jerusalén Este en aplicación de una ley aprobada por el Parlamento israelí.
En Gaza y Cisjordania, la UNRWA, en cambio, sigue trabajando, mantiene sus escuelas y centros de salud abiertos, pero únicamente con personal local porque otra legislación aplicable en esos lugares ha prohibido la coordinación entre la agencia y las autoridades israelíes, y ha forzado la salida del personal internacional, al que no se han renovado sus visados.
La consecuencia es que el personal palestino de UNRWA ha quedado «más vulnerable y expuesto a posibles abusos e intimidación» debido a que eran los trabajadores internacionales los que mantenían el contacto con sus contrapartes israelíes en caso de problema.
«Vemos que están aumentando los casos de acoso e intimidación del personal. Desde que está ley empezó a aplicarse hay más ansiedad entre el personal», indicó Lazzarini. EFE
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