50 años de E Changer: decepción y esperanza
Al celebrar este 2009 su medio siglo de vida, una de las organizaciones pioneras de la cooperación suiza expresa su desencanto por la persistencia de la inequidad en el mundo, pero también su optimismo por el fortalecimiento de las redes de solidaridad.
Presente en América Latina desde los tiempos del apogeo de la Teología de la Liberación, la ONG apuesta por el cambio, pero advierte contra el exceso de expectativas: 500 años de explotación no se borran de un plumazo…
«Por una parte, sentimos decepción porque el hecho de llegar a 50 años quiere decir que los procesos que buscamos son mucho más largos de lo que quisiéramos: la esperanza de E CHANGER es de no existir más porque las cosas, las relaciones, se establecen de una manera mucho más equitativa», asienta Beat Wehrle, secretario general de la ONG.
Generosa, la agenda de festejos de E CHANGER arrancó con la celebración del Foro Social Mundial en la Amazonía a principios de año y concluye en noviembre con una participación en la XI edición del Festival Filmar en América Latina. En el medio: exposiciones, debates, teatro, cine y, como plato fuerte, la visita a Suiza de Frei Betto, Teólogo de la Liberación y ex asesor del presidente brasileño, Lula da Silva.
«Hacemos de nuestro aniversario un momento fuerte para dar voz a nuestros socios del Sur, para discutir con ellos las diferentes realidades y fortalecer el proceso de intercambio. Queremos dar nuevas esperanzas, innovar nuestras perspectivas», asienta Beat Wehrle, en entrevisa con swissinfo.ch.
Nacida en 1959 como ‘Hermanos sin Fronteras’, con estrategias en África de corte misionero, la entidad conoció cambios importantes. Los primeros, derivados de las fricciones inherentes a una cooperación que se desarrollaba en una esquema vertical, los otros, con relación a su espacio geográfico.
A partir de los años 70, la entidad volvió la mirada al Nuevo Mundo, en particular hacia Nicaragua y su Revolución Sandinista, pero supo también de la efervescencia de los países del Cono Sur bajo el yugo de las dictaduras militares o en la lucha de la Teología de la Liberación.
Con estrategias que buscan fortalecer a la sociedad civil como protagonista de un cambio que permita una mayor justicia, E CHANGER desarrolla programas de intercambio – no de meras tecnologías, sino humano-, en diversos países de Latinoamérica. La suya es una búsqueda que se apoya en la idea que tanto el Sur tiene que aprender del Norte, como el Norte del Sur.
Es un cambio que, advierte Beat Wehrle, se da en forma muy lenta, paso a paso. Cariñosamente conocido como ‘Tuto’, como le llamaban en Brasil, país donde vivió muchos años, nuestro interlocutor alude a ese país para explicar el proceso:
La elección de Lula
«En Brasil vivíamos en una dictadura militar y pensábamos que había que re democratizar para lograr una justicia social coherente. Llegó la democratización, pero resultó insuficiente. Luego nos dijimos: ‘hay que luchar para establecer los derechos sociales de todos’. Se logró con la Constitución de 1988, pero tampoco fue suficiente. La visión luego fue elegir como presidente a uno de los nuestros para asegurar la aplicación de leyes positivas y progresistas, y vemos claramente que tampoco es suficiente…. Y es que:
«Las expectativas acumuladas por Brasil en 500 años de explotación no las va a resolver una sola persona, pero la elección de Lula (da Silva) fue un paso importante, forma parte de esos logros que, como pequeñas piedras, van a construir un proceso más importante». Y eso, añade Tuto, es válido para otros países.
En Bolivia, por ejemplo, y como explica la coordinadora local de E CHANGER, María Isabel Caero, la llegada de Evo Morales al poder «es como un terreno fértil para poder relacionarnos de igual a igual, mejorar las relaciones de vida, trabajar el tema de la exclusión. La nueva Constitución plantea estas cosas que son muy revolucionarias, una revolución muy democrática sin violencia».
Bolivia: «socios, no patrones
Empero, agrega, «no todo es maravilla». El cambio se ha dado, pero aún queda mucho por hacer: persisten esquemas de autoritarismo y de corrupción y «el Gobierno tiene que hacer más en materia de desarrollo económico para acabar con la pobreza en la que se encuentra el 60% de la población».
La ONG suiza trabaja mano a mano con las entidades civiles locales en busca del fortalecimiento de la sociedad civil y lo hace, de acuerdo con Isabel Caero, en el marco de lo establecido por el presidente Morales cuando se refirió a la cooperación internacional: «¡Queremos socios, no patrones!»
En Colombia, la presencia de la cooperación suiza se desarrolla a través de diversas entidades: SUIPPCOL, que reúne a una decena de ONG y que apoya la promoción de la paz; E CHANGER, que promueve el fortalecimiento de los movimientos sociales, y Peace Watch, que busca proteger a las comunidades y sus derechos.
Irma García Heredia labora con la ONG local Pensamiento y Acción Social, partenaire de E CHANGER. La tarea conjunta enfrenta enormes y variados desafíos en un país sumido en 50 años de conflicto y donde la sociedad civil, en particular la de las áreas rurales, es víctima de toda suerte de violencia y de todos los actores armados.
Uno de los aspectos más dramáticos de esas agresiones es el desplazamiento de comunidades enteras (más de tres millones de personas han perdido su hogar) y ese es un tema en el que laboran las ONG, según nos explica nuestra entrevistada.
Colombia: la unión hace la fuerza
«Tenemos muchos desafíos, pero uno de los primeros es el de apoyar a las organizaciones de base, las comunidades indígenas o negras, a las mujeres, a los campesinos para que hagan todo el esfuerzo posible para mantenerse como organizaciones y mantenerse en sus territorios. Eso es fundamental».
De la permanencia en sus tierras no sólo depende la protección de las mismas, sino la posibilidad de desarrollar sus proyectos de vida, y para asegurarla, los voluntarios acompañan a las comunidades para tratar de disuadir ataques externos.
Irma García explica que las comunidades han encontrado también formas de autodefensa. Por ejemplo, la llamada «guardia indígena» mediante la cual los integrantes de la población actúan de manera colectiva. En grupos de 300 o 400 personas van a rescatar a sus secuestrados o incluso a los cadáveres de sus muertos.
Otra forma de intentar mantener sus territorios consiste en la creación de «asambleas permanentes», es decir, zonas cercanas a sus hogares en las que tienen alimentos y en las que pueden refugiarse durante el ataque para luego volver a su territorio.
Las tierras de los indígenas, asienta la coordinadora de E CHANGER, poseen muchas riquezas y son muy codiciadas, lo mismo que pasa en otros países. Sin embargo, en Colombia hay un conflicto y «algo gravísimo como impacto de ese conflicto de larga duración, y que está aceptado por muchos, incluidos amplios sectores de la sociedad, es que el fin justifica los medios».
swissinfo.ch, Marcela Águila Rubín
Desde 2007, E-CH concentra sus esfuerzos en 5 países:
– Bolivia
– Brasil
– Burkina Faso
– Colombia
– Nicaragua
Antiguamente «Hermanos sin fronteras», la organización E-Changer quiere promover la cooperación con los países del Sur, esencialmente en América Latina y África. Va dirigida a voluntarios deseosos de participar en proyectos de desarrollo sobre autonomía de poblaciones actualmente desfavorecidas.
Su acción se basa en el respeto del otro y la preocupación del bien común. Se inscribe en una dinámica de cambio social, en asociación con organizaciones locales. Los ámbitos de competencias de los voluntarios son: formación, agricultura, refuerzo institucionales, derechos humanos, etc.
Pero, cualquiera que sea la especificidad del proyecto al cual colaboran en el Sur, nuestros voluntarios se comprometen en un proceso de intercambio, al cual aprenderán ciertamente lo mismo sobre ellos-mismos y sobre el mundo de los que vienen, que las personas que son supuestos «ayudar» – término que menciona una lógica paternalista anticuada que Intercambiar prefiere evitar.
E-Changer quiere también suscitar un cambio de las mentalidades al Norte sensibilizando a la sociedad civil lo que está en juego a niveles planetarios.
Sumergidos por un período de tiempo de tres años en un medio ambiente cultural muy diferente del suyo, los voluntarios se convierten en portadores de un conocimiento precioso para su comunidad de origen. Por medio de un grupo de apoyo activo durante su mandato en el extranjero, pueden contribuir a una evolución saludable de nuestra mirada sobre el Sur.
Fuente: E CHANGER
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