“La mirada de la gente, lo que me conmueve»

Las exequias del fotógrafo Marcel Imsand tienen lugar este jueves en Lausana, donde el artista de la lente, conocido particularmente por sus retratos excepcionales, falleció el sábado pasado a los 88 años. Como una forma de homenaje, le invitamos a compartir una visita a su taller en 2011. (archivo RTS / swissinfo).

Marcel Imsand captó un sinnúmero de rostros, tanto de celebridades como de personas anónimas. Su tarea de fotógrafo de prensa lo llevó asimismo a recoger en imágenes el mundo rural, y el conjunto de su obra ha sido reunido por el fondo que lleva su nombre, hoy en manos del Musée de l’ElyséeEnlace externo, en Lausana.

#SwitzerlandEnlace externo has lost one of its greatest photographers Marcel Imsand. He captured the @BejartBalletEnlace externo many times with his talented eye. pic.twitter.com/Nc6eOPememEnlace externo

— House of Switzerland (@HofSwitzerland) 13 de noviembre de 2017Enlace externo

Poeta de la luz, Marcel Imsand ejerció un periodismo social. Participó en alrededor de 80 libros, dos de los cuales perpetúan la tradicional Fiesta de los Viticultores de Vevey.

Maestro en su arte, evitaba el uso de efectos y de flash. Autodidacta, Marcel Imsand supo convencer con la fuerza de su talento y conoció a grandes figuras.  Fue el fotógrafo oficial del Théâtre de Beaulieu de Lausana y se encargó de las imágenes del Comité Olímpico Internacional, amén de que inmortalizó los rostros de Nina Simone, Jacques Brel, Cindy Crawford y Barbara, entre muchos otros.

Tenía estrechos vínculos con el coreógrafo y bailarín Maurice Béjart.

Pero Marcel Imsand también fue el fotógrafo de personas anónimas. Tres obras clave dan testimonio de su capacidad para acercarse a la gente. ‘Paul y Clemence’, ‘Luigi el pastor’ y ‘Los hermanos’.

‘Luigi el pastor en el camino, 1990’ Marcel Imsand/Fondation Pierre Gianadda/Musée de l’Elysée

Marcel Imsand

Hijo de un obrero y una empleada de una chocolatería, Marcel Imsand nació el 15 de septiembre de 1929 en Pringy (Friburgo). A los 35 años, casado y padre de tres hijos, asumió el riesgo de vivir de la fotografía y se instaló en el corazón de Lausana.

Múltiples son los tributos que se suceden tras el anuncio de su fallecimiento.