25 años del ascenso histórico al Eiger
Hace exactamente 50 años, el 25 de marzo de 1966, cinco alpinistas lograron lo que nadie antes había conseguido: ascender por la ruta más directa de la pared norte a la cumbre del Eiger, en los Alpes berneses. Pero el precio que pagaron fue alto: uno de ellos murió.
Hoy, el récord para escalar los 1 800 metros de la pared norte del Eiger es de dos horas y 22 minutos.
Pero en 1966, las cosas eran muy distintas. El estadounidense con residencia en Suiza, John Harlin, se había fijado la meta de realizar el ascenso más rápido posible al famoso pico suizo, en diez días y con la ayuda de tres alpinistas. El reto era ascender en línea vertical, lo que nunca nadie había realizado.
Solo poco después de que Harlin se lanzara a su aventura, en febrero, un equipo alemán, compuesto de 8 personas, emprendía el mismo objetivo. Según un miembro del equipo de Harlin, el británico Chris Bonington, los alemanes tenían comida suficiente para tres semanas.
A las difíciles condiciones de la escalada, se sumó el mal tiempo. En esas circunstancias, la lucha entre los dos bandos por alcanzar primero la cima del Eiger fue calificada como “la carrera más lenta del mundo”.
El 22 de marzo, la cara norte del Eiger, donde ya numerosos alpinistas habían muerto, le costó la vida al propio Harlin, que cayó 1 200 metros, luego de que la cuerda que lo sostenía se rompiera.
Dougal Haston decidió continuar el ascenso y unirse a cuatro miembros del equipo alemán. Los cinco alcanzaron la cumbre tres días después. Había transcurrido casi un mes desde el inicio de este periplo en vertical, que desde entonces se conoce como la vía Harlin, en homenaje al pionero estadounidense.
John Harlin III, hijo del alpinista, celebró al pie del Eiger, junto con algunos de los escaladores que participaron en la hazaña, los 50 años de este ascenso histórico.
(Texto: Dale Bechtel, swissinfo.ch; fotos: Collección John Harlin III /Ediciones AS; edición fotográfica: Christoph Balsiger)
Patricia Islas
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