La expresión de los pacientes psiquiátricos en torno a 1900
A principios del siglo XX entrar en una clínica psiquiátrica era fácil. Salir era bastante más difícil. Muchas personas ingresadas utilizaban el arte para seguir en contacto con el mundo exterior. El Museo de Arte de Thun les dedica ahora una exposición.
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Soy periodista residente en Berna; estoy particularmente interesada en temas sociales, pero también en política y redes sociales. Anteriormente trabajé para medios regionales, en el equipo de redacción del Journal du Jura y de Radio Jura bernois.
Katy Romy (texto), Ester Unterfinger (edición de fotos)
Entre 1850 y 1930 no existe la arteterapia. Los pacientes de las clínicas psiquiátricas, sin embargo, encuentran distintos medios para encauzar su creatividad.
Investigadores de la Escuela Superior de las Artes de Zúrich (entre 2006 y 2014) han examinado los archivos de 22 instituciones suizas. El resultado es una base de datos con unas 5 000 obras de enfermos que pueden consultarse en dicha escuela. La exposición “¡Extraordinario!” presenta en el Museo de Arte de ThunEnlace externo una selección de 180 de estas creaciones.
A través de estos trabajos descubrimos la vida en las clínicas de la época; aislada del mundo exterior. Las personas atendidas por alguna enfermedad mental comienzan a ser reconocidas como enfermas en torno a 1850. “Entonces el número de clínicas aumenta en Suiza y cada vez se interna a más personas”, cuenta la historiadora de arte y responsable del proyecto de investigación Katrin Luchsinger.
Vivir y morir en una clínica
El internamiento no se contempla como una solución a corto plazo. A veces los enfermos viven en instituciones toda su vida. Y mueren allí. “Prevalecía la idea de que debían estar aislados de su entorno anterior, de sus actividades”, explica la especialista. Los pacientes pueden contar esta otra vida dibujando, pintando, tejiendo o haciendo manualidades.
La temática de muchas obras es el aislamiento. En un cuaderno, una mujer dibuja su casa. En otra página, reproduce su habitación con tanta precisión que descubrimos un escritorio sobre el que se ve un cuaderno en el que ella escribe. Las ventanas están abiertas, el sol llega hasta el interior de la habitación y todo está en orden. Al lado, escribe: “Estoy en la clínica y no sé dónde están mis cosas. Todo está en cajas”.
Los dibujos y escritos de esta paciente conmovieron a Katrin Luchsinger. “Muchos pacientes viven el internamiento como una pérdida de sentido, un caos. Ya no se encuentra más. Se tiene miedo. Es comprensible”, dice.
Condiciones difíciles pero no inhumanas
Es verdad que, en cierto modo, la vida en una institución en torno a 1900 podría compararse con el encarcelamiento. Sin embargo, la historiadora de arte señala que, en aquel entonces, la psiquiatría en Suiza no era inhumana e incluso tenía cierto éxito. “En el país se desarrolló una psiquiatría innovadora. Muchos psiquiatras estaban interesados en entender por lo que estaban pasando sus pacientes. Por eso se han conservado tantos dibujos”.
Los internos, sin embargo, no tenían materiales específicos para crear, y dibujaban sobre papel barato, embalajes u otros medios improvisados. Una falta de recursos que se puede observar en la exposición. “Las obras se presentan en pequeños formatos y utilizan pocos colores”, cuenta Katrin Luchsinger. La historiadora de arte imagina que los creadores esperarían mayores incentivos.
A pesar de todo, el arte encontró su camino y a miles de enfermos internados en clínicas les permitió evadirse en su mundo imaginario.
La exposición puede verse en el Museo de Arte de Thun (cantón de Berna) hasta el 19 de mayo. Luego viajará a Austria, al Museo de Arte Lentos en Linz, del 7 de junio al 18 de agosto, y después a Alemania a la Colección Prinzhorn en Heildelberg, del 11 de octubre al 20 de enero de 2020.
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