Bolivia: El ‘SI’ a la Constitución, hecho histórico
Bolivia vive un momento histórico: por primera vez, el soberano se pronuncia sobre su ley fundamental y aprueba una Constitución elaborada con el concurso de la ciudadanía.
Es un paso importante para el reconocimiento de la diversidad cultural y la búsqueda de una sociedad más justa y con mayor equidad en la gestión de los recursos naturales, subraya el especialista suizo Bruno Clément.
«Es entonces un momento histórico que también permite al presidente cumplir con sus promesas electorales», agrega el responsable de los programas para Bolivia y Brasil de la ONG suiza E-CHANGER, en entrevista con swissinfo.
La víspera, y por primera vez en su historia, la ciudadanía acudió a las urnas para pronunciarse sobre su máxima legislación. La nueva Carta Magna, propuesta por el presidente Evo Morales, y elaborada con la participación popular, habría obtenido un 60% de los votos de acuerdo con datos preliminares.
Los medios de prensa destacaron que, aunque irrefutable, la victoria del primer Gobierno indígena boliviano no había colmado sus expectativas de atraer a un 65 o 70% de los votantes.
«La victoria del ‘sí’ es clara, pero no aplastante, como se pensaba hasta hace algunos días. La razón es probablemente la campaña calumniosa y agresiva realizada estos últimos días por la derecha», señala, por su parte, Mathieu Glayre, voluntario de E-CHANGER en Tarija.
Pese a la manipulación
Explica que los opositores al Gobierno de Morales se valieron del miedo «y la cuerda sensible de la religión, haciendo creer, por ejemplo, a los ciudadanos que la nueva Constitución iba a hacer de Bolivia ‘un Estado ateo en el que el aborto sería legalizado'».
Con eslóganes tales como ‘Vote por Dios, vote NO’, la oposición habría querido hacer zozobrar una iniciativa del Gobierno de izquierda en cuya realización tomaron parte amplios sectores de la sociedad, mediante procesos de consulta popular, un hecho también inédito en el país.
«La participación de la población fue un elemento importante de concientización», destaca Bruno Clément. A ello atribuye el hecho de que la movilización de los medios de comunicación, impulsada por la oposición y los grupos económicos más fuertes, tenga sólo un éxito relativo.
«La población sabe lo que quiere y no se deja manipular», subraya nuestro interlocutor. Una actitud que en buena parte obedece a una autorevalorización de los sectores menos favorecidos, incluidos, por supuesto, los grupos indígenas.
Fortalecer a la población
La estrategia de E-CHANGER y de sus contrapartes en Bolivia avanza en esa dirección: «Buscamos fortalecer a los actores de la población civil, a las ONG, o más bien a los movimientos de campesinos, de indígenas, para que puedan organizarse, defender sus derechos y una mayor justicia», acota Bruno Clément.
En la coyuntura de la nueva Constitución, la ONG suiza trabajó, por ejemplo, con campesinas. Las mujeres se organizaron, realizaron debates sobre asuntos de tierras, territorios, reforma agraria y luego, a través de representantes, transmitieron sus reivindicaciones a la Asamblea Constituyente.
«Hay ahora una conciencia ciudadana muy fuerte en Bolivia que hace que una mayoría de la población ya no se deje manipular como en años pasados. Creo que la población está consciente de su poder y de su rol como ciudadana», puntualiza el responsable de E-CHANGER para Bolivia.
La aprobación de la nueva Constitución, reitera, «representa un momento histórico para el país» toda vez que incluye un más amplio reconocimiento de la diversidad cultural de la población, incluidos por supuesto los grupos indígenas, y mejoras en el nivel de la gestión y el empleo de los recursos naturales para el bienestar de todo el país.
Un país claramente dividido
Un país que quedó nueva y claramente dividido por una frontera geográfica y social: Los cuatro departamentos orientales -de mayor concentración económica- Pando, Beni, Santa Cruz y Tarija con un ‘no’ contundente a la nueva Carta Magna, y los cuatro departamentos del Altiplano: La Paz, Oruro, Cochabamba y Potosí, con un amplio respaldo a la ley fundamental propuesta.
El noveno y último estado, Chuquisaca, habría recogido un «mitad y mitad».
«La división del país es una cuestión delicada. En el referendo de agosto pasado -sobre el Gobierno- también se notó, pero el Gobierno logró resultados positivos en los estados orientales. Yo creo que la población de esa zona está más influenciada por el ‘lobby’ de los medios económicos», sostiene Clément.
Alude también a la molestia que causa entre los habitantes de las zonas más favorecidas de Bolivia, el empleo de las ganancias derivadas de los recursos naturales que ahí se encuentran, en beneficio de todo el país.
Para Bruno Clément, Evo Morales dio un paso más, y un gran paso, al lograr la aprobación de una Constitución que busca una mayor equidad social. El reto ahora es aplicar las nuevas disposiciones y lograr la cohesión del país.
Para ello, dice, es menester que «el presidente debe seguirse mostrando lo más abierto posible» porque, sentencia, «es del interés general, que Bolivia se mantenga unida».
swissinfo, Marcela Águila Rubín
Por primera vez, el pueblo boliviano acudió este domingo (25.01) a las urnas para pronunciarse sobre una Constitución.
Un 60% de los votantes (según estadísticas no oficiales) sufragó en favor de la Carta Magna propuesta por el presidente Evo Morales.
Aun cuando la propuesta del Ejecutivo obtuvo el ‘sí’ mayoritario, el porcentaje de aprobación fue inferior a las expectativas de entre 65 y 70%.
E-CHANGER es una organización suiza de voluntariado a la cooperación.
Desde hace cerca de 50 años envía voluntarios suizos y extranjeros a los países del hemisferio meridional.
Tanto en América Latina como África, hombres y mujeres se comprometen para un mínimo de tres años a compartir sus conocimientos profesionales y humanos con una organización socia.
La nueva Constitución de Bolivia fue aprobada el domingo 25.01 en referendo.
La Carta Magna incluye 411 artículos en busca de un país plurinacional, orientado a la integración indígena, autonómico y de economía «estatista».
La oposición aduce que otorga privilegios a grupos étnicos, en detrimento de los mestizos y que no recoge una descentralización verdadera.
Entre los cambios que incluye la nueva Carta Magna:
Las propiedades agrarias no tendrán más de 5.000 hectáreas.
Introducción de mecanismos para garantizar una mayoría indígena en todas las instituciones y órganos de poder público del país.
Permite la reelección presidencial.
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