Calentamiento: buena acogida de las propuestas suizas
Suiza presentó a la Asamblea General de la ONU en Nueva York, una propuesta de financiación global de las medidas de protección contra los efectos del calentamiento del planeta. Estrategia que suscitó un vivo interés.
Desde la Conferencia sobre el Clima (2007) en Bali, se habla cada vez más de la necesidad de adoptar medidas para afrontar las consecuencias del calentamiento, y del financiamiento de esas medidas. En paralelo, sigue el debate sobre los medios de frenar el proceso de calentamiento, en particular, sobre una disminución y estabilización a largo plazo de las emisiones de CO2.
En los últimos meses, diversos países industrializados iniciaron la creación de un fondo para el clima con promesas concretas. Pero las necesidades financieras no están cubiertas ni de lejos, considera el Ministerio suizo de Medio Ambiente, Transportes, Energía y Comunicación.
Medidas costosas
Solamente las medidas de adaptación costarían entre 10 y 40 mil millones de dólares, según las estimaciones del Banco Mundial. Con su propuesta, Suiza desea asegurar también a los países más pobres, un acceso a estas medidas de protección.
«Debemos prever un aumento de situaciones extremas como las sequías o las inundaciones. Los países más pobres serían afectados severamente, incluido el plano financiero», destacó el ministro de Medio ambiente, Moritz Leuenberger, al presentar la propuesta suiza, este miércoles (24.09) en Nueva York.
Disminuir las emisiones de CO2
El modelo suizo de financiamiento prevé un impuesto de 2 dólares por tonelada de emisión de CO2, lo que produciría beneficios de 48.500 millones de dólares por año.
Calcula un volumen de 1,5 tonelada de emisión de CO2 ‘per cápita’ por país. Este volumen corresponde al nivel mundial de emisión que, según un estudio de la ONU, no deberá ser superado, si se quiere impedir un colapso total del clima de aquí a finales de siglo.
Eximiría de ese impuesto a los países en desarrollo que producen menos de 1,5 tonelada de gases con efecto invernadero ‘per cápita’ y por año. Los Estados que superen ese límite deberán pasar a la caja, según el sistema: el que contamina, paga.
Fomento a proyectos nacionales
La propuesta prevé, por otro lado, que una parte de esos ingresos pueda consagrarse a financiar proyectos para la disminución de emisiones de CO2 en los propios países, en función de su nivel de desarrollo. Los países más pobres se beneficiarían del máximo (85%), y los industrializados del mínimo (40%).
El resto sería destinado a un fondo global que serviría para financiar medidas de prevención y protección en los países con ingresos medios y bajos.
«Este modelo permitiría, a nuestro modo de ver, respetar un equilibrio entre los deberes de los países industrializados y los de los países en desarrollo», precisó Moritz Leuenberger.
Una asunto actual
El ministro de Medio Ambiente presentó la propuesta suiza en el marco de un foro de países que analizan los métodos de financiación vinculados al cambio climático.
Además de la Confederación Suiza, Bangladesh, los Países Bajos, Gran Bretaña, así como el Banco Mundial, formaron parte de la mesa redonda. En el público figuraban entre otros, ministros de Desarrollo y Medio Ambiente de varios Estados.
El moderador del debate fue Jeffrey Sachs, economista estadounidense y consejero especial de la ONU para los Objetivos del Milenio. «Es un tema muy importante, que afecta al presente y no al futuro», declaró.
Los Objetivos del Milenio de la ONU y el calentamiento climático están vinculados y sus agendas coinciden parcialmente. «El desarrollo significa también la adaptación y viceversa».
Preservar los objetivos de desarrollo
Es decir, las medidas de protección del clima no deben adoptarse en detrimento de los objetivos de desarrollo. Para ello, son necesariaa propuestas concretas para una financiación justa y fiable de esas medidas.
«Sin ingresos suplementarios, no podremos superar las dificultades. La propuesta suiza es fácilmente practicable. Podría ser un mecanismo muy eficaz».
Una propuesta entre otras
La propuesta de la Confederación no es la única. Pero suscita un eco bastante bueno, porque es concreta y se basa en una fuente de ingresos segura.
Moritz Leuenberger explicó que su proyecto puede muy bien combinarse con otros conceptos. Por ejemplo con el de la Unión Europea, que propone una financiación sobre la base de una subasta de certificados de emisión.
«No tenemos la pretensión de ver nuestra propuesta aplicada tal cual». Pero es pragmática y ofrece un marco para los próximos debates que deben desembocar en un acuerdo complementario al Protocolo de Kioto en la cumbre sobre el clima, a finales de 2009 en Copenague.
«Es tiempo de que los Estados no se satisfagan más con promesas y asuman compromisos firmes», declaró Moritz Leuenberger, para concluir.
swissinfo, Rita Emch, Nueva York
(Traducción, Marcela Águila Rubín)
En noviembre de 2006, Moritz Leuenberger había hablado por primera vez de un impuesto sobre las emisiones de CO2 en la Conferencia sobre el clima de Nairobi.
En 2007, en Bali, presentó una primera propuesta de financiación que fue aprobada por el gobierno suizo en julio de 2008.
Propuesta: en las condiciones actuales de las emisiones de CO2, el impuesto fijado en Suiza de 2 dólares por tonelada (alrededor de 0,5 céntimo por litro de petróleo) generaría aproximadamente 60 millones de francos.
Esta contribución no constituiría una carga suplementaria para los consumidores o las empresas. Podría ser financiada por los ingresos de los instrumentos existentes, como el céntimo climático y el impuesto sobre el CO2.
Actualmente, las emisiones de CO2 ‘per cápita’ alcanzan más de 7 toneladas en Suiza.
Estas emisiones se consideran a un poco más del valor límite de 1,5 tonelada al año en India de aquí al 2010. China ya supera esos valores.
Según el modelo suizo, la mayoría de los países africanos estaría exento de impuestos sobre el CO2.
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