Combate suizo contra tráfico de seres humanos
Suiza organizó este jueves su primera conferencia sobre el tema. La idea es reforzar la legislación y coordinar los esfuerzos contra ese fenómeno.
El compromiso coincide con las acciones emprendidas por la organización Terre des Hommes, en particular en India y África.
El tráfico de seres humanos permanece, la mayor parte de las veces, oculto e impune. Las víctimas, con frecuencia traumatizadas y en situación ilegal, difícilmente denuncian los casos, sea por ignorancia de sus derechos o por el temor de una posible venganza.
Por ello, las autoridades tienen que emprender mayores acciones, señala Stephan Libiszewski, responsable del Servicio para la coordinación contra la trata de seres humanos y el tráfico de los migrantes (SCOTT), servicio común de la Confederación y los cantones, creado en enero del 2003.
El organismo tiene entre sus tareas la de establecer las estructuras necesarias para mejorar la protección de las víctimas y castigar a los criminales.
Con ese objetivo, SCOTT organizó este jueves en Berna la primera Jornada Nacional sobre el tema, que reunió a más de 130 especialistas de todo el país. «Una afluencia superior a lo previsto, un gran éxito», subraya Stephan Libiszewski.
Una lucha en todos los frentes
Durante el encuentro se presentó una guía práctica destinada a mejorar la cooperación entre los diferentes sectores: policía, justicia, autoridades encargadas de los asuntos migratorios, ONG y organismos privados y públicos de ayuda a las víctimas.
Los agentes de la policía responsable del servicio de extranjeros y las asociaciones de ayuda a las víctimas son, con frecuencia, los primeros en enterarse de los casos de tráfico. Sin embargo, sus intereses a veces son opuestos.
De ahí la necesidad de instaurar la confianza con la posibilidad -aunque no automáticamente el derecho- de que las víctimas en situación irregular obtengan un permiso provisional.
A través del Ministerio de Exteriores y de su red diplomática, Suiza se compromete en los países de procedencia de las víctimas (de Europa del Este, Tailandia o Brasil).
Durante la entrega de visas, las embajadas intentan descubrir los casos potenciales, precisa Stephan Libiszewski.
Tráfico de jovencitas
Terre des Hommes, por su parte, presentó sus proyectos de lucha contra el tráfico de niños.
En la India, la organización trabaja de manera conjunta con el sindicato de prostitutas para combatir el tráfico y la explotación sexual de jóvenes nepalesas en los burdeles de Bombay y de Calcuta. El sindicato reagrupa unas 650.000 mujeres.
De manera paralela, Terre des Hommes desarrolla otros proyectos de lucha contra ese fenómeno. En particular, la instalación de centros de rehabilitación para menores prostituidos y la protección de niños de madres prostitutas, amén de un compromiso constante en pro del endurecimiento de las leyes correspondientes.
Pequeños esclavos de los tiempos modernos
En África del Oste, y desde la semana pasada, Terre des Hommes amplió su combate contra la trata de niños a Guinea y Senegal. La organización laboraba ya en Burkina Faso, Benin y Togo.
En esta región del globo, los niños o los jóvenes son explotados en las canteras y las plantaciones, obligados a prostituirse y a mendigar en las ciudades grandes o son sometidos a penosos trabajos domésticos.
Para poner coto a esa situación, Terre des Hommes busca el diálogo y la colaboración con las familias, las comunidades y los responsables religiosos.
Su acción va de la prevención del tráfico a la integración social de las víctimas. La organización ha fundado ya dos centros de reinserción comunitaria en Togo.
En Suiza también
Con la mundialización, la trata de seres humanos se ha hecho trasnacional y Suiza no escapa a ese fenómeno. Terre des Hommes reclama una legislación más severa.
«Los traficantes de menores deben ser interceptados y sancionados en Suiza, cualquiera que sea su nacionalidad y la de sus víctimas y cualquiera que sea el país en el que hayan cometidos los crímenes», enfatiza Muriel Langenberger.
La responsable de los programas de Terre des Hommes en Suiza agrega que sólo bajo esas condiciones «nuestro país no servirá de refugio a aquellos que comercian con los seres humanos».
swissinfo y agencias
Los especialistas en la lucha contra la trata de seres humanos estiman entre 1500 y 3000 las víctimas de ese flagelo cada año en Suiza.
Empero, son raras las denuncias: 30 o 40 casos por año, de las cuales apenas una décima parte concluye en una condena.
El Código Penal suizo castiga sólo la trata de seres humanos con fines sexuales y el gobierno propone adaptarlo a la definición internacional.
Mientras tanto, otras formas de delitos relacionados con tráfico humano, como el comercio con órganos humanos o la explotación laboral, pueden ser castigados con base en otros artículos de esa legislación.
El gobierno busca que Suiza se adhiera a los Convenios de la ONU contra el crimen organizado y a sus protocolos adicionales sobre el comercio de personas.
El Parlamento abordará en fecha próxima esos temas.
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