Críticas por una sentencia blanda contra un traficante
Una asociación que lucha contra la explotación sexual se muestra indignado por la sentencia dictada este miércoles contra el propietario de un burdel acusado de haber forzado a mujeres brasileñas a la prostitución.
El FIZ señala que el fallo de un tribunal de Zúrich constituye un pésimo mensaje, ya que los seis miembros de una red de tráfico quedaron en libertad.
La acusación pudo probar 5 de los 74 cargos por tráfico de personas (delito cuya pena máxima es de 20 años de cárcel) que se le imputaban al propietario del burdel, así como 25 cargos por vivir de ingresos inmorales.
En su dictamen, el tribunal señaló que no hay pruebas que atestigüen «un caso serio de tráfico de seres humanos».
Las mujeres no fueron secuestradas en su país de origen ni traídas a Suiza con falsas promesas.
La procuradora del Estado, Silvia Steiner, recurrirá las sentencias, aunque no se manifestó «insatisfecha» con el fallo del tribunal.
La acusación pedía cinco años y medio de cárcel para el principal acusado, que fue condenado a sólo 26 meses y quedó en libertad, al haber purgado más de dos tercios de la pena en detención preventiva.
«¿Qué conclusión sacamos de estas sentencias ridículas? Que no es arriesgado forzar a mujeres a la prostitución y que es una señal pésima», declaró a swissinfo la portavoz del FIZ, Doro Winkler.
«Es importante que las víctimas vean que la gente no puede seguir adelante con el negocio como si nada fuera. El caso es que todos los culpables dejaron el tribunal con ánimos de fiesta y celebrando la sentencia», anota.
Un total de seis personas estaban acusadas de varios cargos derivados de las alegaciones, según las cuales las mujeres fueron obligadas a prostituirse en un burdel de Zúrich entre febrero del 2003 y febrero del 2005.
Problema creciente
La noticia se produce semanas después de que la Oficina Federal de Policía (Fedpol) publicara un informe, según el cual la industria del sexo en Suiza aumentó de forma alarmante el año pasado.
Asimismo el informe señala un incremento de los crímenes de índole sexual y calcula que, en la actualidad, hay entre 1.500 y 3.000 personas en Suiza víctimas del tráfico de seres humanos.
La policía indica que tras la adopción en el 2005 de medidas más severas a escala cantonal y nacional ha aumentado el número de casos llevados a los tribunales.
Aún así, el FIZ solicita a los juzgados que actúen con más contundencia para terminar con la plaga del tráfico de mujeres.
«Mientras haya demanda no se puede frenar la industria del sexo, que es un negocio muy lucrativo», sentenció Winkler.
«Si las sentencias pronunciadas fueran más severas, la gente que vive de este negocio buscaría otros medios para ganarse la vida».
Winkler hizo hincapié en que otras personas que pertenecían a la misma red fueron declaradas culpables en Brasil y condenados a penas mayores.
«La conclusión de esto es que es más arriesgado dedicarse al tráfico en Brasil que en Suiza», apuntó.
Los procuradores de Zúrich han amenazado con condenar a más gente en relación con el caso.
swissinfo, Matthew Allen, Zúrich
La prostitución mueve anualmente 3.200 millones de francos, según un informe de Fedpol.
Según el documento, en Suiza trabajan unas 14.000 prostitutas.
Entre el 2003 y el 2005 su número aumentó un 20% en Zúrich, un 50% en Ginebra y en el mismo periodo en el cantón de Basilea se abría un nuevo burdel cada dos semanas.
Ejercer la prostitución es legal en Suiza, pero las profesionales del sexo tienen que inscribirse en un registro ante las autoridades municipales y sanitarias, además de someterse a chequeos regulares.
El proxenetismo es ilegal y poco común: la mayoría de las prostitutas son autónomas y trabajan en pequeños estudios vía teléfono móvil.
Las condenas por tráfico de seres humanos pueden llegar hasta 20 años de prisión y forzar a una persona a la prostitución está penalizado con hasta 10 años de cárcel.
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